​Alonso Cueto (GEC)
​Alonso Cueto (GEC)

Este Búho se impresionó con la narrativa de Alonso Cueto (Lima 1954) cuando en el 2006 cayó en mis manos su libro ‘Amores de invierno’. Allí me hipnotizó un cuento sobre el estado de trance en que se sumerge un hincha del Sport Boys, cuando ve un partido de la Copa Libertadores donde el club de sus amores juega un trascendental encuentro de visitante. En ese departamento, durante esos noventa minutos, el hombre se convierte en un neandertal primitivo, mientras su esposa le prepara un lomo saltado.

Ambos hablan un idioma distinto en esos minutos mientras rueda la pelotita. De ese relato me gustó la manera de abordar los personajes y que el escritor no intentó ponerse ‘políticamente correcto’ en una historia que hería las susceptibilidades de las feministas. Recuerdo que ni bien terminé de leer ese cuento, saqué una conclusión: hay que casarse con una chica que le guste el fútbol y que sea hincha de tu mismo club.

A partir de allí busqué libros anteriores de Cueto y leí ‘Grandes miradas’ (2003). Allí el narrador se interna en ese mundo putrefacto de la dictadura de Fujimori y Montesinos, que conlleva hasta el asesinato de un juez probo, Guido Pazos. El crimen, de connotación política, hubiese quedado impune y el asesinato hubiera calificado como un crimen pasional gay atizado por la prensa basura que aceitaba el ‘Doc’, pero la novia de la víctima, Gabriela, una sencilla maestra de escuela, decide averiguar la verdad y tomar venganza.

Las altas esferas del poder, la corrupción, el periodismo mermelero son retratados con tanta convicción, que Francisco Lombardi la adaptó para su notable filme ‘Mariposa Negra’ (2006). Después fui por ‘La hora azul’ (2005), que venía con el plus de haber sido galardonada con el prestigioso premio Herralde de España.

Nuevamente el novelista nos introduce en el infierno desatado por Sendero Luminoso en Ayacucho y los excesos y violación de los Derechos Humanos en la lucha antisubversiva. A diferencia de ‘Grandes miradas’, en esta obra no nos presenta los abusos de la cúpula del poder, sino que nos muestra el desgarrador testimonio de los que sufrieron la brutal represión de algunos mandos militares en la zona de emergencia, concretamente en Huanta.

Basada en hechos reales, un prestigioso abogado de la élite limeña, Adrián Ormache, descubre después del entierro de su madre unas cartas y documentos de extorsión de la que fue objeto producto de acciones delictivas de su padre, un alto oficial de la Marina que cometió atroces violaciones a los derechos humanos. El padre, en sus delirios de muerte, le confiesa a su hijo que mantuvo secuestrada a una muchacha en el cuartel militar y que abusó de ella cuantas veces quiso, hasta que escapó.

Hay una foto del militar y la muchachita desnuda. A partir de allí, el abogado viaja a Ayacucho y se introduce en un mundo donde las historias de horror se multiplican. Cueto se inspiró en el libro de Ricardo Uceda ‘Muerte en el Pentagonito’, pero también asistió a sesiones de la Comisión de la Verdad, donde escucho ‘in situ’ desgarradores testimonios de supervivientes y víctimas tanto de la violencia senderista como de la represión militar.

Por eso, su novela es desgarradora pero también es una historia de amor, la del abogado que suplanta al padre en su obsesión por Miriam Anco, la hermosa mestiza ayacuchana a la que su padre violó y secuestró y a la que encuentra trabajando en una peluquería limeña. Alonso es un escritor prolífico que este año ha publicado dos libros: Un retrato histórico impresionante sobre la mítica ‘Perricholi’, la amante del virrey Amat, que recibió una elogiosa crítica de Mario Vargas Llosa, y el otro, el libro que acabo de leer, ‘Palabras de otro lado’.

El autor regresa de la Colonia a este siglo para relatarnos la historia de Aurora, al mismo estilo de ‘Pedro Páramo’ de Juan Rulfo. La abogada treintañera asiste a la agonía de su madre Dora. En su lecho de muerte, le hace una tremenda y terrible revelación. Su padre Leonardo no es en realidad su padre. Su padre biológico es un español al que conoció en su Cusco natal, cuando trabajaba como secretaria en una minera.

Le confiesa que no engañó a su padre Leonardo, que él sabía que estaba embarazada de otro y que a pesar de eso, la reconoció y la crio como su hija: ‘Búscalo, búscalo. Que te ayude. Que te dé lo que no pudimos darte aquí. Él supo de mi embarazo. Supo de ti. Supo de ti’. Así comienza esa historia que llevara a Aurora a embarcarse en una aventura increíble entre Madrid y Barcelona, buscando a Ignacio Peña, su padre. ‘Palabras del otro lado’ cierra un año increíble para el escritor hijo del filósofo Carlos Cueto Fernandini, quien fuera ministro de Educación del primer gobierno de Fernando Belaunde. Lo que se hereda no se hurta, dicen. Apago el televisor.


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