Enrique 'El Loco' Casaretto y un inolvidable saltito. (Foto: Allengino Quintana/GEC)
Enrique 'El Loco' Casaretto y un inolvidable saltito. (Foto: Allengino Quintana/GEC)

Este Búho se regocija porque en estos tiempos de ‘aislamiento obligatorio’ la televisión está desempolvando los inolvidables partidos de la selección, como el Perú-Bulgaria en el Mundial de México 70. También repitieron el choque contra Escocia en Argentina 78. Los europeos empezaron ganando, pero ahí apareció el ‘Poeta’ César Cueto para poner el empate.

Luego llegarían dos de los goles peruanos más importantes y hermosos de todos los tiempos. Los de Teófilo Cubillas. Los dos de pierna derecha y con la parte externa del pie, con una técnica extraordinaria. Hay goles que por su trascendencia y hermosura quedarán grabados en la memoria colectiva de los hinchas.

Esos de Cubillas hicieron delirar a un Búho que estaba chibolo. En la mítica Unidad Vecinal de Mirones había un vecino que era marino mercante y se había traído de contrabando una televisión a color. En el país no vendían estos televisores -la fiebre llegaría recién para el Mundial de España 82-, pero en ese año 1978 nos maravillamos porque el vecino, buena gente, abrió sus ventanas y dejó que una mancha de ‘lagartazos’ viéramos ese trascendental partido afuera, a pesar de que hacíamos un tremendo escándalo.

Lo que más nos alucinó fue que la camiseta del árbitro no era negra, ¡¡sino roja!!, justamente para las transmisiones a color. Después del triunfo nos fuimos gorreando carro hasta la ‘esquina de la televisión’ de Panamericana en la avenida Arequipa.

Este columnista también debe rendir homenaje a un seleccionado histórico: Enrique ‘Loco’ Casaretto, recientemente fallecido. Decenas de jugadores han anotado goles con la blanquirroja, pero no son muchos cuyos tantos trascenderán a través de la historia, como por ejemplo los de ‘Cachito’ Ramírez a la Argentina en 1969, los de Cubillas a Bulgaria y Escocia, el de Sotil a Colombia en la final de la Copa América, el de Uribe a Uruguay en el Centenario o el de ‘Foquita’ Farfan a Nueva Zelanda, que nos abrió el pase al Mundial de Rusia.

Y, por supuesto, los dos goles de Casaretto a Brasil en las semifinales de la Copa América de 1975, en el estadio Mineirao de Belo Horizonte. Brasil tenía entre sus estrellas al campeón mundial Wilson Piazza, Nelinho, Zé Carlos, Palinha, Roberto ‘Dinamita’, el malogrado Roberto Batata y Reinaldo, entre otros cracks. Perú, por el contrario, no contaba con una pieza clave, Percy ‘Trucha’ Rojas, goleador de Independiente de Avellaneda, fundamental en los partidos de primera ronda ante Chile.

Los dirigentes argentinos no lo cedieron para jugar la semifinal. El entrenador Marcos Calderón desesperadamente recurrió a un jugador como el ‘Loco’, llamémosle ‘veterano’, aunque tenía treinta años pero con incipiente calvicie. En Brasil anotó el primer gol tras pase de Cubillas y el tercero tras pivoteo de ‘Cachito’ Ramírez. Pero lo que lo hizo leyenda en ese partido, aparte de los goles y la gran victoria de visita, fue su ‘saltito’ en la celebración del tercer tanto.

Una de las razones del ‘Oso’ Marcos para convocarlo fue que Casaretto ya había enfrentado con Perú al Brasil de Pelé en 1969, la noche de la ‘bronca’ en el Maracaná. En esa oportunidad, el ‘Loco’, como siempre, hizo una de las suyas a los periodistas brasileños que fueron a recibir a la selección al aeropuerto.

Cuando se le acercaron los reporteros a preguntarle quién era la ‘estrella’ del equipo peruano, muy serio les dijo: “Así como su estrella es ‘Tostao’, nuestra estrella es mejor, el famoso ‘Quemao’...” y llamó a Pedro ‘Perico ‘León, el morocho delantero que no comprendía por qué le tomaban tantas fotografías. Al día siguiente, los diarios cariocas anunciaban que Perú llegaba con su máxima estrella, ‘Quemao’ León, con tremendas fotos de ‘Perico’. Hoy deben estar juntos ‘vacilando’ a San Pedro. Apago el televisor.


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