Del saque somos carnecita… La verídica que aquí hace tanto calor que mi sombra me pide agua. Me cambio de medias taloneras y calzoncillos tres veces al día. Hoy, el equipo de Ricardo Gareca tiene que salir de la cancha con suero. Dejar hasta la última gota del cuerpo en el Estadio de la Universidad de Phoenix, porque se lo merecen el Perú y nuestros compatriotas que vienen manejando desde California, Los Ángeles, San Francisco, Las Vegas y demás ciudades cercanas. Por ellos, y por ustedes mismos, hay que sacarse la mela. Sí, señores…
Toca Ecuador y yo estoy curado del susto desde el vientre de mi santa madre. Jugamos con el líder de las Eliminatorias y está bien que estén chancados, pero no me dan miedo. No son Argentina, Brasil o Uruguay. Son atletas y no fenómenos. Tienen peso y jugadores en buenos clubes, pero los partidos se ganan en la pizarra, en el verde, en el banco, en los detalles en los cambios, en el replanteamiento, en el ‘desahueve’. Así que vamos carajooo…
Creo que no podemos entrar a su ritmo, aunque sí incomodarlos. Presión alta desde la salida. Hay que apurar a los centrales Mina y Achilier, que solo la revientan. En una harán la del ‘Chavo del 8’. Tapemos las bandas a Paredes y Ayovi, y que no distribuyan Noboa y Gruezo. Allí cortamos todo, porque no les llegará la pelota a los correlones Antonio Valencia y Bolaños, y se van a morir de hambre Montero y Enner Valencia. Necesitamos que juegue Céspedes, hecho para estos partidos por su velocidad y desborde. Prefiero mil veces a Corzo que a Revoredo, que solo se limita a despejar el peligro. Hay que jugar de igual a igual. No hay otra. Lo ideal hubiera sido una línea de tres, con dos metidos adelante, pero el ‘Tigre’ nunca practicó ese sistema. Solo queda ser aplicaditos y que Gallese, el ‘Mudo’, Tapia y Paolo hablen en la cancha y ordenen, que encojonen a la gente. Este es el precio del choque eliminatorio, donde contaremos con toda la batería. Ahora hay que apoyar a la muchachada. Que ‘Orejas’ demuestre que es pericotero con grandes y grandazos. Le tengo fe al chato. Que Vílchez y Cuevita hagan el choque de sus vidas para asegurar la clasificación y seguir un rato más por los ‘yunaites’, donde las blancas son unas muñequitas. Miro cómo se hacen la ‘pedicure’ y me vuelvo loco. Las uñitas lucen unos colores espectaculares. Rexuxa…
La firme que lo bueno de este país es que no se pierde nada. Salí de ‘shopping’ al Scottsdale Fashion Square Mall, donde hay unas tiendas increíbles. Me metí a una de marca española, de ropa pegadita que también hay en el Jockey Plaza, y me probé como diez prendas. Al final compré cuatro y salí arrancado. Después de dos horas y haberme paseado por varios establecimientos, y ya en el estacionamiento para subir al auto que renté por 40 cocos diarios, me doy cuenta de que mis lentes Louis Vuitton, que me costaron 500 cocos con la ‘charlería’, no los tenía ni estaban en el auto. Pensé que se me cayeron, que se me chorrearon, y por último voy a buscarlos. Fui a la tienda y el cajero me los devolvió. Aquí no hay ‘bujiazo’, tercio, arranchada, ni cambiazo o la cascada, pero sí clonadores y tenderos que, en su mayoría, son latinos. Dejas maletas, plata y joyas en tu guantera y no chocan. Lo que pasa es que uno tiene el chip de allá y es podrido con todos. Bueno, me alisto para la batalla contra los vecinos del norte y hoy cuélguese de la web, que tendrá la mejor previa en la tierra de los vaqueros John Wayne y Django, pero al estilo Trome. Así es… Me voy, soy fuga.
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