Este Búho sigue con atención de Niza, en . La verdad es que se me escarapeló el cuerpo el día de la tragedia de solo pensar en las decenas de víctimas, entre ellas varias mujeres y niños tirados en las calles. Uno siente rabia e impotencia al ver la muerte de tanta gente inocente. Los terroristas del Estado Islámico odian al mundo con todas sus fuerzas, están dementes y decididos a matar al mayor número de personas, aunque para eso tengan que morir. Aquí, en el Perú, también sufrimos por fanáticos terroristas.

Sendero Luminoso comenzó a asesinar desde 1980, cuando el Perú retornó a la democracia. Los jóvenes no han vivido esa historia trágica de nuestro país. Niños, madres de familia, humildes agricultores, vendedores ambulantes, policías y militares eran acribillados y dinamitados de manera artera por estos orates, que querían conseguir el poder mediante las armas. No puedo evitar ingresar al túnel del tiempo.

Este columnista estudiaba en San Marcos, siendo ‘cachimbo’ aquella tarde de abril de 1980, en el comedor estudiantil de Cangallo, la célebre ‘muerte lenta’, en plena efervescencia electoral. Los grupos de izquierda armaron una polémica sobre las elecciones, pero un contingente numeroso, en su mayoría de otra universidad, exigía que el debate sea sobre la ¡situación nacional! Eran los de Sendero Luminoso.

Tanto barullo hicieron, que los otros aceptaron hablar del tema. Allí, el ponente senderista resultó ser el hijo de la amiga de mi madre, un estudiante de Ingeniería de una universidad de provincias. Era educadito en mi barrio de Mirones, pero en la polémica era muy rabioso e hizo un anuncio que, en ese momento, causó risa, pero visto en perspectiva, fue histórico y resultó premonitorio para saber por qué se desató un baño de sangre en el país. Esa tarde, anunció que el Partido Comunista del Perú acababa de culminar el noveno pleno de su comité central y acordó ¡¡iniciar la lucha armada del campo a la ciudad el 17 de mayo de ese año!!

Era increíble, hasta ponían fecha. Sendero era conocido por tener influencia solo en el sindicato de trabajadores de hoteles y chifas. Recuerdo que alguien se burló y gritó: ¡O sea que van a hacerle la guerra al gobierno lanzándoles condones, papel higiénico y wantanes fritos! Los de Sendero se fueron lanzando consignas a favor de la lucha armada. Ninguno de los quinientos testigos, entre los que se cuenta este Búho, pensó que el hombre hablaba en serio. Pero ese 17 de mayo, día del retorno a la democracia, en un pueblito de las alturas de Ayacucho, llamado Chuschi, una columna de encapuchados interrumpió la votación y quemó todas las actas y ánforas, y anunció a los aterrorizados pobladores: ‘Esta elección es una farsa burguesa, el partido ya tiene un presidente y este es el ‘camarada Gonzalo’’.

Ese apelativo era el que usaba Abimael Guzmán, el líder de ese grupo sedicioso. Hoy, el enemigo de la democracia mundial es el Estado Islámico, un grupo mucho más peligroso y siniestro, que no vacila en quemar vivas a personas, decapitar periodistas y ciudadanos occidentales, asesinar mujeres a pedradas y ufanarse de ello por Internet. Los peruanos sentimos perfectamente el dolor del pueblo de Francia. Apago el televisor.

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