Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un pollo a la piña con tiras de pimiento, arroz blanco y para tomar un refresco de cocona friecito. “María, no me sorprendió que “dos jóvenes policías hayan sido capturados tras asaltar”“:https://trome.pe/actualidad/san-juan-lurigancho-agarran-dos-policias-asaltar-pistola-menor-2082781 a punta de pistola a una menor de 14 años, a quien arrebataron su celular cerca a su casa, en San Juan de Lurigancho. Al papá de la niña, que intentó defenderla, le dispararon. Los sujetos fueron capturados ese mismo día y el alto mando de la policía anunció su pase al retiro, así como su juzgamiento bajo la figura legal de flagrancia por robo agravado, pues usaron armas de fuego y son funcionarios públicos ¡¡encargados de reprimir robos!!
La condena que podrían recibir está entre 12 y 20 años de prisión. Estos individuos no son los únicos policías acusados de graves delitos. Hace unas semanas, a principios de febrero, un médico que llegaba de visita a la casa de su mamá, en el Cercado de Lima, fue secuestrado por dos malos efectivos que lo subieron a la fuerza a su patrullero, donde lo tuvieron veinte minutos dando vueltas. En ese tiempo, le exigían que saque dinero de donde sea para dárselos. O sea que además de secuestrado, fue asaltado, extorsionado y robado, pues le quitaron quinientos soles.
Encima, lo amenazaron: ‘Sabemos dónde vives’, para que no los denuncie. Pero el galeno entendió que lo sucedido era tan grave que no podía quedarse sin hacer nada y acudió al Escuadrón de Emergencia Centro a realizar la denuncia. Allí encontró a los secuestradores a quienes acusó directamente, por lo que fueron arrestados.
La pregunta que todos nos hacemos es, ¿qué clase de policías tenemos? ¿Bajo qué criterios son seleccionados? Solo el año pasado fueron pasados al retiro 86 oficiales y 819 suboficiales por diferentes faltas y delitos. Hasta hace unos años, la policía escudriñaba bien la vida de los postulantes a oficiales.
Incluso, agentes encubiertos iban a su casa para ver el comportamiento de su familia, su barrio, los amigos. Querían conocer qué tipo de persona era y cuáles sus relaciones. No fuera a ser que se tratara de un delincuente. Hoy, a la luz de lo que estamos viendo, parece que los métodos de selección están fallando. Esto me recuerda la película ganadora del Oscar ‘Los infiltrados’ (2006), de Martin Scorsese, en la que Colin Sullivan (Matt Damon) es preparado desde niño por el jefe mafioso de raíces irlandesas Frank Costello (Jack Nicholson) para que entre como ‘topo’ a la policía de Massachusetts y, desde allí, les dé valiosa información. Los procesos de selección de nuestros policías deben mejorar si no queremos seguir sabiendo de más efectivos asaltantes, secuestradores, extorsionadores y hasta asesinos. La corrupción es un cáncer que está matando a nuestra sociedad, especialmente a niños”. Gary tiene razón. Me voy, cuídense.