Lima y el plan Bratton

Este Búho se siente indignado y dolido por el cobarde asesinato de un estudiante de solo 18 años, en San Borja, a manos de despiadados ‘raqueteros’. La víctima, Jesús Fabrizio Román, había salido del instituto de diseño donde estudiaba y acompañaba a su enamorada a casa, cuando fueron atacados por dos alimañas que llegaron en un auto negro. Como el muchacho salió en defensa de la chica, a la que intentaban robarle su mochila, uno de los delincuentes le disparó en la cabeza. ¡Por una mochila! Las cucarachas huyeron con la mochila y Jesús fue llevado de emergencia a una clínica cercana, pero falleció en la madrugada. El joven es solo la última de miles de víctimas de la delincuencia común que, desde hace tiempo, tiene en jaque a Lima y a todo el Perú.

La inseguridad ciudadana en Lima y el resto del país debería ser el gran tema de los dos candidatos que se disputan la presidencia del país. Keiko y PPK deben entender que este es el problema más serio que padecemos y dar propuestas para solucionarlo. Que dejen de atacarse entre sí todos los días, que eso no es lo que quieren los peruanos. El Perú libra una guerra interna que, hasta el momento, el Estado está perdiendo por goleada. Este Búho se permite recordar que, en la anterior campaña, Ollanta Humala prometió ponerse al frente de la lucha contra la delincuencia y derrotarla. Miles le creyeron por tratarse de un militar y votaron por él esperanzados.

Pero no cumplió y cinco años después estamos mucho peor que antes. Los ‘raqueteros’, como los que asesinaron al joven estudiante en San Borja, son hienas para quienes la vida ajena no vale nada y están decididos a matar en las calles de Lima. Siempre van armados y te caen a balazos por un celular, una billetera o un par de zapatillas usadas. Recorren las calles en motos o autos, las 24 horas del día, pero sobre todo de noche. Andan buscando su oportunidad: Una persona o una pareja caminando por un lugar solitario y oscuro, la puerta abierta de una casa para meterse y robar todo lo que encuentren, algún conductor con su carro detenido frente a un edificio.

Estas bestias no tienen códigos y balean a mujeres y niños. ¡Increíble! Uno de los mejores alcaldes que tuvo Lima, Alberto Andrade cuya figura crece al paso de los años, tras compararlo con los que vinieron después, dejó el Plan Bratton, elaborado por el ex sheriff de Nueva York, William Bratton, responsable de acabar con la delincuencia en esa ciudad de Estados Unidos. Hablamos del año 2002. ¡Hace 14 años!

Dicho informe, que costó 80 mil dólares y fue pagado por la Municipalidad de Lima Metropolitana y la empresa privada, iniciaba con una advertencia premonitoria: ‘De continuar con la ausencia de una respuesta poderosa (…), en los próximos tres a cinco años las tasas de robos, asaltos y asesinatos aumentarán de manera alarmante y la sensación de inseguridad (…) se sentirá de manera más pronunciada en *Lima*’.

Lamentablemente, Andrade no salió elegido para un tercer período que le permitiera poner en práctica las recomendaciones y, en su lugar, entró Luis Castañeda, quien tiró el plan al tacho para Lima. No se hizo nada y las advertencias se cumplieron. No olvidemos que en 1989 Nueva York era una ciudad ultraviolenta. Todos los días había seis asesinatos, ocho violaciones y 419 delitos violentos. Así que el alcalde, el republicano Rudolph Giuliani, y el nuevo jefe de la policía, William J. Bratton, elaboraron un plan demoledor para erradicar la delincuencia. Ese documento se llamó ‘Tolerancia cero’. Los resultados fueron contundentes, pues entre 1990 y 2007 se redujo el índice criminal en un 77%. Hoy, Nueva York es una ciudad segura.

Lima necesita medidas radicales que sean llevadas a cabo por gente preparada, honesta y valiente, que se enfrente a la corrupción policial y del Poder Judicial. También, que ponga muchos más policías en las calles. Además de ‘raqueteros’, secuestradores, extorsionadores, ‘marcas’ y sicarios han tomado del cuello al país.

No solo en Lima y el Callao, pues la violencia delincuencial está extendida en todas las provincias. Si el próximo presidente no hace algo en serio contra esta lacra, el Perú llegará a los niveles de Tijuana y otras ciudades mexicanas tomadas por los cárteles de la droga. Estamos advertidos. Apago el televisor.

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