
Este Búho siente unas manitos que lo levantan en Jueves Santo. Es mi hijita. ‘¡Papá, vamos a ver una película en el cable, empieza ahorita!’ Como un zombi me doy una ducha y, con la modernidad de ahora, ella acota: ‘Pa, no te preocupes. La estoy grabando y cuando vengas la retrocedo’. La película de dibujos animados tenía poco y nada que ver con los santos. Más bien, era de monstruos sanguinarios. Se fue a comerciales e hice zapping. En Fox Sports me enteré de la muerte de un mítico futbolista, una leyenda, el holandés Johan Cruyff. Los jóvenes que me leen, estoy seguro, no saben quién fue y no los culpo.
Este columnista ha estudiado Historia en San Marcos y conozco la importancia de saber lo que pasó antes que nosotros. Un gran historiador sentenció: ‘Si no sabes de dónde vienes, nunca sabrás adónde vas’. En el balompié, estoy seguro que muchos futbolistas jóvenes no lo conocen. Porque en sus horas libres no ven películas, videos, a pesar de la gran ayuda que esto significa. Por eso, un técnico como Jorge Sampaoli puede pedir una millonada y uno nacional le dice a sus pupilos: ‘Chupen, pero no hagan cag…’. ¡¡Por favor!! Yo, sin saber de tecnología, porque no la había en mi época de niño cuando la tele era en blanco y negro, no había cable, ni celular ni comida delivery, sabía quién era el gran Johan Cruyff.
Mi maestro, el hermano de mi madre, mi tío Kike, llegaba a la casa con ‘El Gráfico’ y ‘Goles’ de Argentina. Salía el martes y allí, en 1973, supe que había un equipo, el Ajax de Holanda, un país con poca tradición futbolística, que arrasaba en la Copa Europea. Los críticos estaban asombrados, nunca se había visto el juego que mostraba el club del técnico Rinus Michels. Pero sobre todo, nunca se había visto a un jugador como la estrella del equipo. Un rubio pelucón con pinta de playboy, que te marcaba como back, se ponía a taponar como ‘6’, luego se vestía de ‘10’ y, por último, definía como un centrodelantero.

A eso le llamaron ‘fútbol total’. Y el holandés era pieza fundamental de ese engranaje. Con el Ajax se llevó dos Copas de Europa y en 1973, el dueño de Barcelona fue a Ámsterdam y se entrevistó con el presidente del Ajax. ‘ Johan Cruyff va a ser la estrella del mundial, prefiero comprarlo antes’, dijo. La cifra fue la más grande en ese momento en la historia del fútbol. En el mundial, la ‘Naranja mecánica’ holandesa, cuya base era el Ajax, le dio una lección de fútbol nada menos que al Brasil de Rivelino y Jairzinho, y a la Argentina del histórico Roberto Perfumo. Cruyff y compañía humillaron, maltrataron y lapidaron a los grandes sudamericanos. Yo vi ese Argentina-Holanda, en lo que se denominó ‘el diluvio de Gelsenkirchen’.
¡Me escapé del colegio y me zampé, trepando muro, con mi mancha al coliseo Amauta, a verlo a todo color. Era la exclusividad y solo los millonarios iban con sus hijos! Vi todo ese año 74, la lluvia, el barro y, lo mejor, el baile del hombre al que ahora rindo homenaje y al que nunca olvidará el meta gaucho Daniel Carnevali. Ojo, esta columna la escribo del disco duro de mi cerebro. Nadie como Johan recibió tan merecidamente tres Balones de Oro europeos. Tan famoso era que en su época hubo un campeonato en Mirones, mi barrio. En la canchita ‘Tito Drago’, todos querían ser como él. Uno rubio, pelucón, metió un gol y se lo dedicó a la tribuna. ‘¡Este gol es al estilo de Johan Cruyff !’ Pero allí nomás saltó el famoso borrachito de las películas de ‘Cachín’ Alcántara, el bravísimo Jaramillo, y respondió: ‘¿Johan? ¡Piojan Cruyff serás, ja, ja, ja!’
De allí en adelante, los peloteros talentosos y pelucones se llamaron ‘Piojan’. Nunca olvidaré la final Alemania vs. Holanda de ese Mundial del 74. Sobre todo, una de las jugadas más maravillosas que este columnista vio en el fútbol. Primer minuto de la final del Mundial. Saca Holanda y en segundos se la cedieron a Johan Cruyff, quien arrancó desde el mediocampo, eludiendo rivales como postes, hasta que pisó el área y astutamente provocó un penal. ¡¡Era la final de un Mundial!! Una jugada preconcebida, pero solo realizada por un fuera de serie. Cruyff tenía el biotipo, salvando abismales distancias, como Germán Leguía, esos grandotes que nadie imagina que tienen potencia y habilidad para culminar jugadas complicadas. En Barcelona hizo una gran dupla con el ‘Cholo’ Hugo Sotil y, junto a él, fue artífice de la goleada histórica del 5-0 que le dio el ‘Barza’ al Real, en el mismísimo ‘Bernabéu’. Se fue uno de los cinco mejores futbolistas de todos los tiempos. Apago el televisor.













