Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un espectacular plato de pallares, arroz graneadito, ensalada de palta y pescado frito encima. Y para tomar, una jarrita de chicha morada al tiempo. “María, ¿recuerdas la película ‘El vengador anónimo’? El actor protagónico es Charles Bronson, quien interpreta a un padre de familia que sufre en carne propia el accionar de despiadados delincuentes, quienes ingresan a su casa, matan a su esposa y ultrajan a su hija. Destrozado por todo lo que ha pasado y ante la pasividad de la policía, que no encuentra a los culpables, decide armarse y salir a la calle en busca de justicia.

En su camino, no duda en asesinar a los criminales que se le crucen enfrente y, aunque parezca mentira, recibe el apoyo de la sociedad. Salvando distancias entre lo ficticio y lo real, además de que nadie puede hacer justicia con sus propias manos, algo parecido ocurre con Eliobaldo Berrú Ambulay, un padre de 43 años que perdió a su pequeño hijo Matías (9) a manos de unos malditos degenerados. Con revólver en mano, caminaba por las calles de Villa El Salvador buscando información que lo lleve hasta los autores del crimen. Fue detenido, luego puesto en libertad y él ha jurado que no descansará hasta encontrar a los asesinos.

Entendemos que la muerte de su hijo lo ha destrozado en todos los aspectos. Él mismo ha dicho que lamenta no haber estado con su pequeño para defenderlo y que lo atormenta pensar todo lo que sufrió. No es para menos. Pero también debe comprender que tiene una esposa (Felícita Aponte), quien sufre por la pérdida de Matías y que vive angustiada por lo que pueda pasar. Converso de este caso con los ‘tigres’ de policiales y me cuentan que sucedió en noviembre del año pasado. La última imagen del pequeño es la de una cámara de seguridad. Se le ve caminando cerca de una losa deportiva, ya era de noche, y detrás de él, una siniestra silueta. No hay más. Luego, su cuerpecito sin vida fue hallado en las ruinas de Pachacámac.

Los indicios apuntan a que los culpables podrían haber sido fumones, que abundan por la zona. La policía sigue investigando, pero su trabajo no avanza. No creemos que sean indolentes, pero no solo Eliobaldo Berrú les pide resultados, también se los exige el Perú entero. Los asesinos del pequeño Matías no pueden caminar tranquilamente por las calles. Deben ser capturados, que todo el peso de la ley caiga sobre ellos y que se pudran de por vida en la cárcel. Si por mi fuera, yo les aplicaría la pena de muerte”. Pucha, qué triste historia. Ese señor tiene el alma destrozada y necesita mucha ayuda, al igual que su esposa. Me voy, cuídense.

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