Este Búho observa con preocupación lo que viene ocurriendo en Venezuela, donde el miserable Nicolás Maduro mandó ayer a sus esbirros a secuestrar a la valiente María Corina Machado durante una movilización de protesta contra la dictadura. Esto es un nuevo escándalo del chavismo, acostumbrado a desaparecer y asesinar opositores.
El ‘gorila’ ladrón está decidido a juramentar para un tercer mandato con el apoyo de los tanques y sus secuaces. La historia enseña que los dictadores nunca se van solos, hay que sacarlos, y ese será el destino de Maduro y los cómplices que lo apoyan. Pero mientras tanto, el país llanero está sumido desde hace años en una gravísima crisis que ha hecho que más de ocho millones de personas se vayan a otras naciones, escapando del terror, la violencia, la miseria y el hambre.
Lo que estamos presenciando desde hace años en Venezuela, en Cuba, es una verdadera desgracia que nos debe poner a reflexionar a todos los peruanos sobre la importancia de saber votar. De lo crucial que es hacerlo con cabeza fría, eligiendo al mejor candidato o, en nuestro caso en los últimos años, al menos malo. Eso de votar con el hígado, con el ánimo de fregar porque a mí me va mal y quiero que también le vaya mal a los demás, y entonces elijo al peor, al loquito, al que promete incendiar la pradera, es la peor decisión.
Siempre se puede estar peor. El 2021 salió elegido Pedro Castillo y desde la campaña se dedicó a sembrar el odio entre los peruanos, a crear rencor entre provincianos y limeños, entre ricos y pobres. Su corto gobierno fue uno de los más desastrosos porque con la cantaleta del ‘gobierno del pueblo’ se dedicó a elegir a los peores ministros y funcionarios, a gente ignorante, ratera y hasta senderistas.
Aumentaron la pobreza y el hambre, subieron los precios de los alimentos, hubo una explosión de la delincuencia, especialmente de las extorsiones. Los peruanos debemos agradecer que Castillo era un inepto de aquellos y por eso dio el peor golpe de Estado de la historia mundial, que abortó apenas iniciado. De lo contrario, seguiría en Palacio, con el apoyo de ‘niños’, ‘mochasueldos’ y otras lacras del Congreso que cobraban por lo bajo para mantenerlo en el poder.
VOTEMOS PENSANDO
Tras el fallido golpe de Estado de Castillo, Dina Boluarte asumió de manera constitucional porque era la vicepresidenta. Así que no olvidemos que ella es la continuación del gobierno del partido Perú Libre que lidera el prófugo de la justicia Vladimir Cerrón. Dina puso gente un poco mejor como ministros, pero lo indiscutible es que ella tampoco estaba preparada para ser la presidenta del país.
No solo no tiene capacidad, sino que ni siquiera tiene la voluntad de solucionar los problemas, como la inseguridad, pues anda más preocupada en sus joyas, cirugías, investigaciones y encima mantiene como ministro del Interior, a quien hasta felicita públicamente, a un personaje como Juan Santiváñez, dedicado a defenderla, a fungir de su escudero.
Mientras, los asesinatos, los ataques con granadas de los extorsionadores a negocios continúan, aún en los distritos en Estado de emergencia. Todos los días los hampones hacen volar tiendas o bodegas, pero para la presidenta todo está bien y agradece a Santiváñez por su ‘liderazgo, valentía y coraje’. ¡Increíble! Qué dirán de eso las viudas y huérfanos que dejan a diario los criminales.
El Congreso tampoco se queda atrás, pues se ha dedicado a aprobar leyes que favorecen a los corruptos, asesinos, extorsionadores, violadores y otros ‘angelitos’. Todo por beneficiar a algunos líderes de los partidos que están en el Parlamento y han sido condenados por corrupción o son investigados. Los partidos políticos tienen la obligación de presentar a los mejores candidatos posibles, pero eso no se cumple en este país, pues nos dan a sinvergüenzas y aventureros. Tiemblo de solo pensar en los candidatos que se presentarán para las próximas elecciones, que serán un caos, así que solo nos queda votar pensando en el mejor futuro posible para nuestros hijos. Apago el televisor.
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