Este Búho siempre ha sido un apasionado del séptimo arte. En mi niñez asistir al cine era una obligación semanal. Una experiencia casi religiosa, como dice la canción. El domingo en la mañana asistíamos a misa y en la tarde al mítico cine Mirones. Este columnista vio tres grandes películas, con su canchita y chicha, que en la actualidad son homenajeadas al cumplir veinte añitos de su estreno.
KILL BILL I: Quentin Tarantino demoró seis años para presentar su cuarta película y dejó perplejo a todo el mundo. Otra vez jugaba con el tiempo y el espacio en un filme que significó un homenaje a las cintas de artes marciales que el cineasta devoraba de chiquillo en la cazuela del cine de su barrio, sobre todo una japonesa llamada ‘Lady Snowblood’ (1973), del director Toshiya Fujita, que le sirvió de inspiración. Beatrix ‘The bride’ Kiddo (deslumbrante Uma Thurman) es una asesina que paga muy caro su fuga de la banda de sicarios cuyo líder es Bill (David Carradine), su mentor y amante. Bill ejecuta una masacre durante la boda de una embarazada Kiddo con un muchacho en El Paso, Texas. Se venga del abandono de Beatrix disparándole en la cabeza sin saber que el bebé que lleva es su hijo. Ella sobrevive, pasa años en coma y regresa para una venganza terrible contra sus excompañeros y sobre todo contra Bill, en un filme que tuvo una segunda parte estrenada seis meses después y que también es de visión obligatoria. Inolvidable y sangrienta la batalla de ‘La novia’ contra los 88 sicarios de su enemiga O-Ren (siniestra Lucy Liu) en un club de Tokio.
EL SEÑOR DE LOS ANILLOS: EL RETORNO DEL REY: La tercera de la saga y la más deslumbrante del neozelandés Peter Jackson. El final de la trilogía, adaptado de la monumental obra de J.R.R. Tolkien, narra el tramo definitivo del viaje que Frodo Bolsón (inolvidable Elijah Wood) y su carnal Samsagaz Gamyi (Sean Astin) hacen en compañía del repulsivo y traicionero Gollum (¡¡mi tesoroooo!!) para llegar a Mordor y destruir el Anillo Único en el Monte del Destino. Con actuaciones destacadas del resto de la Comunidad del Anillo: Aragorn (grande Viggo Mortensen), el gran Gandalf (Ian McKellen), Legolas (Orlando Bloom), Gimli, Merry y Pippin. Uno acompaña sin chistar esta larga marcha de los hobbits arrojados desde lejos, sorteando miles de obstáculos de la mano de un realizador que llevó la categoría de los filmes épicos y de aventuras a un nivel estratosférico. Los maduros salíamos del cine envidiando a esos chiquillos que quedaban maravillados de ver tan fantástico derroche visual, de aventuras, un canto a la amistad, la heroicidad, pasando por personajes rebozantes de maldad. Una clásica película para siempre.
RÍO MÍSTICO: Clint Eastwood confirmó su categoría de director extraordinario con este filme adaptado de la novela de Dennis Lehane, que se inicia en Boston a comienzos de los años setenta con el abuso a un niño. Tiempo después los remordimientos de las víctimas, la muerte y la ciega venganza destruyen hasta a las más antiguas amistades. Una excelente película, poderosamente dramática, que contó con las actuaciones portentosas de Sean Penn y Tim Robbins, que les valió a ambos ganar el Oscar a la mejor actuación principal y secundaria, respectivamente. Pero no son las únicas performances a destacar, porque también brillaba Kevin Bacon en el papel de un policía, amigo de infancia de los dos anteriores; y Marcia Gay Harden y Laura Linney como las esposas de Robbins y Penn. Clint tenía 73 años cuando la dirigió y demostró que tenía cuerda para rato. Estaba más firme que nunca en la silla de realizador y lo seguiría demostrando a lo largo de la década. Apago el televisor.
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