Este Búho confiesa que, como todo cinéfilo, vio en estreno en el cine la tremenda primera entrega de los ‘Transformers’ aquel año 2007, filme dirigido por el ‘señor catástrofes’ Michael Bay (‘Pearl Harbor’, ‘Armagedón’, ‘La Roca’) y coproducido por Steven Spielberg, que mostraba al espectador un entretenimiento ligero y explosivo que ponía en el ecran como nunca antes a los juguetes de Hasbro, convertidos en los heroicos Autobots y los malvados Decepticons, junto a los protagonistas, el carismático Shia LaBeouf y la despampanante Megan Fox, quienes luchaban junto con los Autobots por salvar a la Tierra, acompañados de actorazos consagrados como John Voight y John Turturro.
El filme resultó todo un taquillazo con una inversión de 150 millones de dólares y recaudó más de 700 millones. Como no podía ser de otra manera, Bay volvió a dirigir las secuelas, ‘La venganza de los caídos’ y ‘El lado oscuro de la Luna’. Si bien se repitió el dicho de que nunca las segundas partes fueron mejores que las primeras, lograron convertir aquel rico proyecto en una saga que consiguió la fidelidad de la platea a nivel mundial. Pero luego, continuaciones como ‘La era de la extinción’ y ‘El último caballero’ desinflaron la franquicia. No solo porque ya no estaban los carismáticos protagonistas iniciales o el director, sino que estos ya no tenían la misma emoción y sorpresa. Esas las vi por cable porque ya no daban ganas de ir al cine. Pero llegó ‘Bumblebee’(2018) el querido Autobot amarillo, Camaro de 1977 como protagonista, el entusiasta novato que quiere ayudar a Optimus Prime en su cruzada contra el maléfico enemigo. La película se transformó en un tremendo éxito de taquilla que posibilitó la llegada de la secuela más esperada de este año 2023: ‘Transformers: El despertar de las bestias’. Con una tremenda novedad: una parte se filmó en Brooklyn, Nueva York, Montreal y la mayoría ¡en el Perú! en el milenario Cusco y la selva de San Martín.
Todo empieza en Brooklyn, a principios de los 90, escuchamos a los músicos de moda del momento, los reyes del rap y el hip hop. Afiches del mítico grupo ‘De la Soul’, escuchamos temas de LL Cool J en el humilde departamento del protagonista Noah (Anthony Ramos). De origen latino, no consigue chamba para pagar el costoso tratamiento de la enfermedad de su hermano. Aunque es un buen tipo, no le queda otra que hacer algún ‘cachuelo’ de vez en cuando, hasta que intenta robar un coche que, para su mala -o buena- suerte es un Autobot. Lo acompaña en la aventura Elena (Dominique Fishback), una arqueóloga que trabaja en un museo donde se encuentra con un objeto de procedencia indefinida y qcaba implicándola, junto a Noah, en el conflicto de los robots. Esa amenaza a la Tierra no es otra que Unicron, un monstruo de metal que se alimenta de planetas y que tiene su ejército en los Terrorcons.
Los Autobots, los de siempre (Optimus Prime, Bumblebee) y otros nuevos (Mirage, Arcee) no tardarán en aliarse con Elena y Noah, además con los Maximals (robots que se transforman en animales mecanizados gigantescos) para evitar que Unicron se trague el universo. Luego de este encuentro entre humanos y Autobots, emprenden vuelo a Cusco (Perú) donde se encuentra la otra parte de la llave que los puede llevar de regreso a su planeta. En el cine se escucharon aplausos cuando Elena expresa que tiene que viajar el Cusco para encontrar ‘la llave’. Mirage, el carismático nuevo Autobot, amigo de Noah, arranca risas del auditorio al expresarse con el muchacho mediante jergas peruanísimas como ‘causa’, ‘chévere’, ‘qué palta’ o ‘asu mare’.
Miles de cusqueños participaron en “Transformers: el despertar de las bestias”
La platea se emociona cuando en el corazón mismo de Machu Picchu se produce una épica batalla entre los encabezados por el noble Optimus y el malvado Scourge. Al que menos se le escarapela el cuerpo pensando que esos salvajes golpes y voladas de las maquinas se pueden ‘bajar’ el Intihuatana o alguna torre incaica. Pero el convenio entre Paramount Pictures y las autoridades de cultura y promoción del turismo de Perú estipularon que nuestro patrimonio arqueológico debía ser escrupulosamente preservado. Nunca Machu Picchu se vio tan hermosa y majestuosa en tomas desde todos los ángulos. No solo la maravilla del mundo es la estrella del filme, también la fortaleza de Sacsayhuamán. Pero sobre todo la ciudad del Cusco y su gente. Los productores querían incluir la mítica ceremonia del Inti Raymi en la película, pero esta se realizó en junio y ellos llegaron a filmar en setiembre del año pasado. Así que organizaron su propio Inti Raymi, no en Sacsayhuamán sino en la Plaza de Armas de Cusco. La población estuvo entregada al proyecto.
Miles de cusqueños participaron en esta inédita ceremonia mientras Noah y Elena paseaban por el barrio de San Blas y Santa Ana. Las imágenes del Cusco son majestuosas, su gente con sus vistosos trajes típicos. Estas imágenes, que serán vistas por millones de espectadores en todo el mundo, son la mejor publicidad turística que un país puede recibir. Es increíble las revanchas que te da la vida. Hace unos meses Cusco fue sumergida en una espiral de violencia con sabotajes a los trenes de Machu Picchu, bloqueo de carreteras, paros violentos que prácticamente liquidaron el turismo. Sin embargo, la ciudad volvió a vivir gracias al empuje de su gente que no se dejó intimidar.
Hoy el turismo se ha reactivado y con la filmación de ‘Transformers’ es seguro que miles de turistas quedarán maravillados con las bellezas que ofrece el país. Para la anecdota quedó el ‘choque’ nada menos que de Optimus Prime primero con un taxi y luego con un carro particular en el centro del Cusco. Guiños a la comida peruana, Maximals que hablan quechua, son parte de un filme que toma como protagonista al Perú, a su gente y cultura. Como decía Chabuca Granda en un recordado comercial sobre el Perú: ‘Qué encanto de gente’. Apago el televisor.