Este Búho no puede permanecer impávido ante la más grande desgracia natural que azota al país. Ni el terremoto de Pisco puede compararse con el dantesco fenomeno de ‘El Niño Costero’, que golpean a casi medio Perú y causa muerte y destrucción. Seguramente algún día, un cineasta hará una película sobre este terrible desastre. Este columnista llegó hasta Chosica, dormí allí, me amanecí con los damnificados en una noche de polvo, frío, café ‘piteadito’ y muchas historias de huaicos. Esa noche les recordé a mis nuevos amigos que cada región tiene sus propios desastres naturales. Allí donde no hay terremotos, hay tifones o tornados. Por eso se me ocurrió presentarles dos películas representativas. Aquí van.
TORNADO: En el año 1969, Jo, una chibolita de 5 años, ve televisión con su familia. En eso, la señal del aparato se raya mientras los árboles parecen danzar al ritmo de un viento huracanado. Ella y sus papás junto con el can de la familia, Toby, se esconden en un refugio para tormentas, mientras que un alucinante tornado que destruye todo a su paso se dirige hacia ellos. Fue un experiencia inolvidable para la niñita, que luego crece y se convierte en una ‘cazatornados’.
La película vuelve al año presente. Solo ella y su mascota sobreviven. Jo (Helen Hunt) ya está madurita y bella, es una científca experta en tornados y es profesora de la Universidad Estatal de Muskogee. Está por reunirse con su esposo, Bill Harding (Bill Paxton), que es un antiguo investigador del tiempo y perseguidor de tormentas del que está separada en malos términos y que ahora se ha convertido en reportero del tiempo. La presencia de Bill en la expedición es porque quiere casarse con una voluptuosa terapeuta sexual, Melissa Reeves Bill (Jami Gertz), y necesita que Jo firme los papeles de divorcio.
Para colmo, el marido se entera de que su ex se ha apropiado de cuatro aparatos buscatornados basados en su trabajo. Esos equipos están diseñados para liberar cientos de sensores en el centro de un tornado con el fin de estudiar su estructura desde adentro y así poder crear un sistema de alertas más avanzado y eficiente, incluso predecir hacia dónde se dirigirá el tornado. Pero a la hora de confrontar las teorías de laboratorio con la realidad, nos damos con un tremendo choque en la cara. Y todo se va a complicar cuando la expedición se enfrente a un fenómeno nunca antes visto, tipo ‘El Niño Costero’. Lo demás no lo cuento. A sacarla en DVD porque es un clásico del género.
TERREMOTO, LA FALLA DE SAN ANDRÉS: Esta cinta nos cae a pelo por los pronósticos de los servicios meteorológicos sobre un terremoto cuyo epicentro sería Lima. En este filme, Dwayne ‘La Roca’ Johnson, interpreta a ‘Ray’ Gaines, un piloto de helicóptero de los bomberos que, en el preciso instante que se produce un devastador sismo de 9.6 en la escala de Richter, sobrevuela la ciudad eludiendo rascacielos que se derrumban y ¡oh, sorpresa!, en medio de la destrucción y las nubes de polvo, logra divisar a ¡¡su exesposa Emma!! (Carla Gugino), a quien salva milagrosamente y juntos emprenden la búsqueda de su única hija, Blake (Alexandra Daddario).
Después de más de 40 años, los efectos especiales superan a los de la cinta original ‘Terremoto’, protagonizada por Charlton Heston, sí, el mismo de ‘Ben-Hur’. Pero tanta parafernalia le da toques de incredibilidad, como cuando en una lancha rápida ‘La Roca’ desafía a un tremendo tsunami que amenaza con arrastrar el puente de San Francisco. En tiempos de movimientos telúricos violentos en todo el mundo, hay que estar alertas y no burlarse de los simulacros.
Lo puede decir este Búho, a quien ya siendo periodista le tocó sentir un violento movimiento telúrico en un edificio antiguo y en un séptimo piso. Fue horrible. Para colmo, nos quedamos atrapados en la salida de emergencia. Vi a muchas colegas al borde de un ataque de nervios. Tal como el desastre que azotó Pisco, fue a las 7 de la noche y teníamos que trabajar la edición, pero nadie quería subir al edificio. Tuvimos que ponernos fuertes y ordenar el regreso a la Redacción. Los periodistas no podemos darnos el lujo de abandonar el trabajo. Para un verdadero hombre de prensa, la noticia es primero. Apago el televisor.