Este Búho sabía que tarde o temprano Luis Nava, exsecretario de Palacio durante el mandato de Alan García, iba a ‘echar’ a su jefe y ‘carnal’, como reveló a los fiscales desde su prisión en ‘Castro Castro’. Cuando nos enteramos de que Jorge Barata, el mandamás de Odebrecht en el Perú, le habría entregado 3 millones de dólares a Luis ‘Chalán’ Nava Guibert, no me comía el cuento de que desde su puesto en el Gobierno pudiera ser tan poderoso como para favorecer a la constructora brasileña con contratos, decretos de urgencia y adendas millonarias.
En esos tiempos, Alan estaba vivo y, a los ojos de los fiscales probos del caso Lava Jato, esos pagos depositados en la banca de la ‘cutra’, la de Andorra, tenían que ver con el exmandatario. Pero mucho antes de que la Fiscalía detuviera a Nava y César Atala, un viceministro de Comunicaciones (Jorge ‘Provocación’ Cuba) y un funcionario de segundo nivel (Edwin ‘Pulgoso’ Luyo) fueron puestos en custodia por haber recibido millones de dólares en sobornos de Odebrecht, por la Línea 1 del Metro de Lima. Los fiscales les prometieron beneficios si se acogían a la colaboración eficaz, cuando ‘Pulgoso’ bramó ante las cámaras ‘¡no voy a caer solo!’. Pero luego se sumió en un silencio sepulcral, que hizo recordar a dos connotados funcionarios apristas cercanos al presidente Alan, encarcelados por corrupción: Agustín Mantilla y Facundo Chinguel. Agustín se llevó a la tumba su secreto. Chinguel también se mantuvo fiel a la ‘ley mafiosa de la omertá’.
Sin embargo, cuando la ruta del dinero puso en la mira a César Atala, exvicepresidente de Petroperú, la cosa cambió. Atala no era hombre de partido y fue el primero que ‘echó’ al líder aprista. Claro, antes a Luis Nava, de quien dijo que le propuso ser apoderado (testaferro) de una empresa ‘offshore’. Aceptó y a los días apareció en la cuenta un depósito de ¡un millón y medio de dólares! Pasó un tiempo y Nava le confesó: ‘Esa es plata de Alan’.
Luego contó a las autoridades que el mandatario empezó a llamarlo para pedirle dinero: ‘Veinte o treinta mil dólares entre el 2010 y 2018’. Alan se suicidó el 17 de abril de este año, en su casa de Miraflores, cuando iban a capturarlo por orden judicial. Pero es recién en el último mes de setiembre en que Nava, el ‘consiglieri’, hizo sorprendentes y hasta increíbles revelaciones.
DE ‘CHALÁN’ A PAVAROTTI: El penal ‘Castro Castro’ no es La Scala de Milán, pero se le parece. Nava cantó a más decibeles que Plácido Domingo y Pavarotti juntos. Y el tema recurrente no son los celos de ‘Otelo’ o ‘Rigoletto’, no, el tema es García. Sus declaraciones harán explosionar el local aprista de Alfonso Ugarte, ¡justo ahora que se vienen las elecciones parlamentarias! Declaró oficialmente a los fiscales que Jorge Barata entregó más de ¡680 mil dólares! a García.
“Se reunían en el local partidario de Miraflores. Yo veía llegar al brasileño con una lonchera. Me resistí a creer que un hombre tan elegante iba a andar con lonchera para almorzar, luego me dije ‘debe estar enfermo y come dieta especial’. Pero después me sorprendí al ver que en la lonchera, también en maletines, había sesenta mil dólares. No fue uno, sino varios encuentros. En Palacio de Gobierno le dio 600 mil”.
Pero no solo ha revelado la entrega de millonarias sumas. Su abogado, Raúl Noblecilla, afirmó que el exsecretario de Palacio declaró que Barata, además de complacer al mandatario con miles de dólares, también lo hacía con ‘damas de compañía A1’. En sus afirmaciones, el trujillano asegura: “El presidente me dijo ‘me han mandado un brochure (catálogo) de damas de compañía A1 para hacer la fiesta en Olmos”. Además, le regaló un costosísimo reloj Patek Philippe. Qué fea manera de terminar una amistad que parecía fundada en la más profunda complicidad. Luis Nava fue amigo personal de Alan en tiempos en que ambos eran misios.
Ambos se recibieron de abogados, García titulado en San Marcos y Nava en la Villarreal. Al trujillano se le presentó la Virgen cuando García llegó a la Presidencia de la República, pues este último no se olvidó de su amigo de épocas de ‘vacas flacas’ y lo nombró presidente de directorio de la poderosa Mutual Perú, la cual llevó a la quiebra, y en 1993 pasó un año en prisión acusado de estafa, apropiación ilícita y delito contra la fe pública.
Pero en el 2006, su suerte cambió al salir elegido nuevamente presidente su amigazo Alan, quien lo nombró ‘secretario general de la Presidencia de la República’. Hoy Nava saldrá de prisión para tener arresto domiciliario por enfermedad, pero su abogado Raúl Noblecilla denuncia que ha recibido amenazas: “Haz callar al traidor, que no se meta con la estrella”. Definitivamente, las declaraciones de Nava son una bomba atómica. Apago el televisor.
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