Dos hijos, una esposa y cuatro hermanos de legisladores de tres bancadas, así como la empresa de un legislador, habrían violado la ley de contrataciones del Estado. (Foto: GEC)
Dos hijos, una esposa y cuatro hermanos de legisladores de tres bancadas, así como la empresa de un legislador, habrían violado la ley de contrataciones del Estado. (Foto: GEC)

Este Búho abre sus ojazos y no puede creer que la crisis política en el país haya llegado a niveles tan dramáticos. En estos momentos, a los protagonistas de esta tragicomedia parece que ya ni les interesa las encuestas, los reclamos del pueblo o el sencillo hecho de maquillar una imagen con algún resquicio de ética, ni exhibir en la confrontación política algo de decencia. No, aquí para Bartra, Becerril, Vilcatoma, Velásquez Quesquén o Mulder, vale todo.

CULPABLES SON TODOS: Aquí hay responsabilidad de ambos bandos. Tras varios lustros siguiendo la política como columnista, he aprendido con la práctica lo que hace siglos aconsejó Nicolás Macchiavello, en su visionaria obra ‘El príncipe’, a Lorenzo de Médici: ‘En política, ni los buenos son tan buenos ni los malos tan malos’. Pero es evidente que hay responsabilidades mayores de parte de quienes perdieron las elecciones en el 2016 y pretendieron gobernar de facto desde el Congreso y, al encontrar resistencia en el Ejecutivo, guillotinaron a un presidente y no descartan volver a hacerlo con Vizcarra.

LA RESPONSABILIDAD DE MARTÍN: El moqueguano sabía que jugaba con fuego cuando aceptó ser parte de la conspiración de Keiko contra PPK. Sus reacciones sorpresivas y abruptas, y jugadas políticas solo consultadas no con políticos sino con hombres de su entorno, le resultaron redondas en sus primeros golpes a sus enemigos en el Congreso, como el referéndum y la no reelección de congresistas. Pero la alocada propuesta de adelanto de elecciones anunciada el 28 de julio de este año fue un búmeran. No se podía esperar otra cosa de una medida que ni siquiera había discutido con su segunda vicepresidenta y con ningún miembro destacado de la bancada oficialista. Esos graves errores se pagan en política.

EL FUJIAPRISMO CANÍBAL: Lo grave es que los peruanos no debemos pagar por la ambición antropófaga de un fujiaprismo que no solo pretende tumbarse al mandatario, sino la política anticorrupción en su conjunto. El escándalo ‘Lava Jato’ con las delaciones recientes de Jorge Barata y los ‘codinomes’ no dejan dormir a varios connotados líderes apristas y fujimoristas. Por esta razón, la consigna no solo es bajarse o neutralizar completamente a Vizcarra, sino fundamentalmente copar el Tribunal Constitucional; mantener a Pedro Chávarry como fiscal supremo, para desde allí digitar denuncias de sus peones contra José Domingo Pérez y Rafael Vela; traerse abajo el acuerdo de delación con Odebrecht y socavar la gestión de la fiscal de la Nación, Zoraida Ávalos.

BUSCAN UN TRIBUNAL ‘TRUCHO’: La mayoría legislativa, cegada y ‘borracha’ de su poder, pretende elegir hoy un Tribunal Constitucional al caballazo, once ‘candidatos’ sacados entre gallos y medianoche, tan vergonzosos algunos de ellos que los propios congresistas fujimoristas, como Luis Galarreta, los han negado y han tenido que recurrir a otro parlamentario, de otra bancada ‘amiga’, para que se responsabilice por ese postulante impresentable. ¡Qué es esto! Todo porque la intención fujimorista es que el nuevo TC ‘depurado’ libere ‘sí o sí’ a Keiko Fujimori. Ese tipo de actitudes insulta y ofende la inteligencia de todos los peruanos.

La denuncia de la magistrada del Tribunal Constitucional, Marianella Ledesma, es gravísima: ella ha declarado que ‘un miembro del mismo tribunal me dijo que me quedaba en el cargo si votaba por la liberación de Keiko’, y se ha reafirmado en la acusación que publicó ‘Hildebrandt en sus trece’. En círculos palaciegos se comenta que si la mayoría del Congreso consuma el estropicio de nombrar a ese vergonzante Tribunal, fruto de una ‘repartija’, el Ejecutivo va a lanzar una ‘bomba’. Estaremos atentos. Apago el televisor.

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