Este Búho ve el panorama político del Perú más movido que el terremoto de Haití, con un pronunciamiento de la Marina de Guerra del Perú que traerá cola. Por eso, agarro mi ‘Espada del augurio’ de ‘Los Thundercats’, para que me permita ver ‘más allá de de lo evidente’ y presentarles esta ‘Radiografía política’ que tanto reclaman mis lectores. Comencemos.
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En sus primeros quince días ostenta el ‘título’ de ser el único presidente peruano que inicia su gestión siendo desaprobado por la mayoría del país. Este deplorable comienzo es de responsabilidad exclusiva del profesor rondero.
Eligió un premier y un gabinete con varios impresentables, salvo honrosas excepciones, con ‘chicharrones’ por corrupción y hasta nexos con el terrorismo. Para colmo, Pedro se encerró en un mutismo incomprensible mientras subía el dólar y aumentaban los precios de los alimentos y combustibles.
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Pedro Castillo también cerró las puertas a la prensa hasta en ceremonias públicas. Hoy cambia de estrategia al comprobar que los peruanos perciben que ‘el premier le hace más caso a Cerrón que al presidente’. Al armar su partido político magisterial, pretende ‘jalar’ a su molino a los maestros congresistas de Perú Libre.
También empieza a hacer un ‘juego propio’, reuniéndose con la directiva del Congreso y con Julio Velarde del Banco Central de Reserva. Lo real es que no es ‘un caído del palto’. Tendría que marcar su propia ruta, al margen de Cerrón, sacando a ministros que se disparan a los pies, como el trasnochado canciller Héctor Béjar.
Pese a todo, todavía es el poder detrás del trono y es percibido como el que toma las más importantes decisiones del Gobierno. Al menos, a todas luces, es el responsable de los nuevos nombramientos desde ministros y altos funcionarios, aunque cínicamente lo niega.
Su intención de copar el aparato estatal tiene el objetivo de convertir a nivel nacional lo que hizo en la gobernación de Junín: transformar las entidades públicas en una fuente de dinero para las campañas electorales de su partido Perú Libre. Al igual que Castillo, también ha cambiado de estrategia al salir de las sombras.
De lo único que parece estar convencido es en su desprecio a los que llama ‘caviares’: ‘Son -asegura- los que viven del Estado’. Ahora vive horas desesperadas, porque la Fiscalía lo acaba de incluir en una investigación por el gravísimo cargo de terrorismo y podría terminar en la cárcel.
Nunca un primer ministro de un gobierno de quince días tuvo tanto rechazo, y todo por su condenable comentario público de admiración a la senderista Edith Lagos, abatida en Ayacucho en los años ochenta. También está investigado por apología al terrorismo y su sola figura puede hacer tambalear al Gabinete cuando se presente ante el Congreso para pedir la confianza.
Colaboradores eficaces lo sindican como el receptor de miles de soles sucios provenientes de las fechorías de ‘Los Dinámicos del Centro’, plata que habría utilizado en su campaña electoral. Pese a que su situación legal pende de un hilo, se muestra desafiante y cachaciento con la prensa.
En una última entrevista, cuando un periodista le preguntó si sus últimos ‘deslindes’ con el terrorismo eran solo una estrategia, lo insultó: ‘qué lechuga eres, recontralechuga’. Increíble, si el único fresco es este vergonzante premier.
Este columnista considera que a la presidenta del Congreso le compete una misión sumamente delicada. Estará a la cabeza de un Congreso que deberá decidir si le da la confianza a un Gabinete con un premier y varios ministros que son una afrenta al país.
Pero a pocos días de producirse tan importante acontecimiento, se ve atacada desde varios frentes por una supuesta y falsa ‘discriminación’ al presidente de la República. Es que las redes aguantan cualquier cosa.
Francamente, habiendo temas tan graves que tienen que ver con la estabilidad de la democracia y el alza de los alimentos, con un evidente avance de posiciones afines a Sendero Luminoso en las esferas del poder, queda fuera de foco hacerle ‘bullying’ por una ridiculez. Una despedida con ‘codito’ al presidente en plena pandemia me parece que era suficiente. ¿Qué querían, una despedida de telenovela mexicana?
Apago el televisor.
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