Este Búho mantiene sus ojos bien abiertos para ver todo lo que ocurre en nuestra política, que está más movida que Kike Suero celebrando la fiesta de la vendimia con trago gratis. Aquí les dejo mis ‘piquitos’, cortitos y veloces como los besos que le da Brunellita a su ‘Chucky’ Acuña.
LAS TAREAS DE VIZCARRA: Lo vengo diciendo desde hace tiempo, el presidente Vizcarra tiene mucho trabajo por hacer y ya es hora de que vaya reevaluando las prioridades del país. La lucha contra la corrupción es fundamental y necesita el apoyo del gobierno, como por ejemplo que dé al Ministerio Público los recursos económicos que necesita para reforzar la labor de los fiscales.
Pero también hay otros temas urgentes que la gente exige se les dé solución, como la delincuencia que día a día crece y se torna más sanguinaria. Esa debe ser su principal preocupación. Ya no se puede tolerar que un muchacho salga de casa a estudiar y sus padres no sepan si volverá con vida porque un ratero lo puede asesinar por su mochila o el celular. La reactivación económica tampoco puede esperar, pues todos los días numerosos peruanos pierden el empleo, lo que es una tragedia para muchas familias. ¡Más decisión, presidente!
DONAYRE A LA REJA: Los congresistas levantaron ayer la inmunidad parlamentaria de Edwin Donayre, a quien el último lunes la Corte Suprema confirmó la condena de cinco años y medio de prisión efectiva, que en agosto del año pasado le dieron en primera instancia por el delito de peculado. De esa forma, el general en retiro debe ir a la cárcel, porque se estableció que se apropió de forma ilícita de combustible del Ejército que luego era vendido en grifos para beneficiarse económicamente. Desde el año pasado el Congreso se negaba a retirar la inmunidad del sentenciado, pero ayer no le quedó otra. Una lástima que un militar de alta graduación se vea envuelto en una situación así, pero cualquiera que sea culpable de corrupción debe pagar, sobre todo si es una autoridad.
‘CHALÁN’, DE PALACIO A CASTRO CASTRO: En estos días vemos cómo van cayendo personajes que un tiempo atrás eran intocables y poderosos. Uno es Luis Nava, el ex secretario presidencial de Alan García, que ayer estaba a la espera de ser internado en el penal ‘Miguel Castro Castro’ para cumplir 36 meses de prisión preventiva por el caso Lava Jato. Más de uno se preguntaba si, a cambio de su libertad, confesaría todo acerca de las coimas supuestamente pagadas a García, o se mantendría leal y en silencio. Según la acusación, mientras Odebrecht pagaba sobornos a García por intermedio de Nava, la empresa de este, ‘Transportes Don Reyna’, era contratada por la empresa brasileña por 24 millones de dólares. Un verdadero festín.
ECHARON A ALAN: Como ya se sabía, las indagaciones en el caso Lava Jato irían aclarando las responsabilidades de todos los actores, incluido Alan García. Aunque con su muerte él ya no puede ser investigado directamente y mucho menos ser condenado, sí se puede, y se debe, definir el papel que jugó. Las declaraciones de Miguel Atala, quien fue vicepresidente de Petroperú en el segundo gobierno del Apra, dejan mal parados al líder del partido de la estrella. Es cierto que Atala deberá entregar pruebas documentales de sus afirmaciones, pero el golpe encajado al aprismo es duro. Hay que esperar las declaraciones de los demás involucrados.
LA ‘TÍA REGIA’ HASTA EL CUELLO: La exalcaldesa Susana Villarán está en un lío muy serio, tras las declaraciones de Jorge Barata, quien fue el máximo representante de Odebrecht en nuestro país. Según el brasileño, entregaron tres millones de dólares para la campaña del ‘No’ a la revocatoria. El problema en este caso es que Susana solicitó ese dinero siendo funcionaria pública, lo que se considera un agravante. No solo Barata la señala, también el presidente de OAS, Leo Pinheiro. La discusión de si Villarán usó la plata para evitar ser revocada y no para enriquecerse pasa a segundo plano, pues se supone que a cambio de ese dinero favoreció de forma indebida a la constructora brasileña. Odebrecht no entregaba dinero a nadie de favor. Buscaba y conseguía siempre ganancias multimillonarias e ilegales, como la de los peajes. Apago el televisor.