
Este Búho ve el panorama político más movido que Kike Suero brindando con un aromático pisco acholado, mientras ve por televisión un nuevo capítulo de la guerra entre Maju y su esposo. Por eso, agarro mi ‘Espada del augurio’ de ‘Los Thundercats’, para que me permita ver ‘más allá de lo evidente’ en esta ‘Radiografía Política’ que tanto piden mis lectores.
JOSÉ JERÍ. De la noche a la mañana asumió la presidencia y dio un giro radical con su visita a penales en la madrugada con camisa remangada, a diferencia de Dina Boluarte que vivía escondida y en una burbuja. Eso puede ser percibido como algo positivo por la población. Pero la trágica muerte del rapero Eduardo Mauricio Ruiz embarra sus primeros días de gestión. Un sector pide su salida del poder y veremos si puede sortear esa ola.
Es sostenido por el Congreso que ya lo salvó hace unos días, al rechazar debatir una moción que planteaba censurar a la Mesa Directiva del Legislativo que él preside y que hubiera significado su salida de Palacio de Gobierno.
DINA BOLUARTE. Era un cadáver político que, pese a ello, no se esperaba que la vaquen de forma exprés. Olvidó que, según se acercaban las elecciones, crecía el riesgo de que le soltarían la mano los partidos que la respaldaban en el Congreso. Ya sin inmunidad parlamentaria deberá afrontar once carpetas fiscales, entre ellas los casos ‘Rolex’, ‘Cirugías’ y ‘Cofre’. Como si fuera poco, sus antiguos aliados de la izquierda, que sienten que los traicionó cuando asumió la presidencia, se la tienen jurada y no pararán hasta verla tras las rejas. Su futuro es incierto y muy complicado.
KEIKO Y CÉSAR ACUÑA. Gobiernan al Perú a través de sus bancadas en el Congreso y solo le soltaron la mano a Dina en un intento de desmarcarse de su muy criticado gobierno ante la cercanía de las elecciones. Pero su cálculo político fue erróneo porque tardaron demasiado en alejarse de ella. A estas alturas no engañan a nadie y la gente se siente indignada con ellos.
A Acuña no le perdonan que mientras su región se desangra por la delincuencia, él se haya estado yendo a Madrid a pasar sus vacaciones. Tienen una mochila bastante pesada que los electores les harán pagar en las urnas.
PEDRO CASTILLO. Aprovecha cada audiencia de su juicio para victimizarse y así capitalizar votos para Juntos por el Perú de Roberto Sánchez, con miras a las elecciones de abril. El chotano buscaría poner a una de sus hermanas y a otros familiares en la cámara de Diputados. Él mismo, preso en Barbadillo, piensa lanzarse al Senado, pues no ha sido sentenciado por la justicia, ni inhabilitado por el mismo Congreso que él ordenó cerrar en su fallido golpe de Estado. El descalabro de Bolivia demostró que el socialismo del siglo 21 es un total fracaso y los peruanos lo tienen claro, pero Castillo y su gente confían en el voto de odio.
VLADIMIR CERRÓN. Con la caída de Dina, la captura del prófugo Vladimir Cerrón debería darse en cualquier momento, salvo que esté escondido en la embajada de Cuba. Ya cumplió más de dos años en la clandestinidad, tiempo en el que se ha dedicado a burlarse de las autoridades a través de las redes sociales, con la confianza de quien se sabe protegido. Es investigado por lavado de activos, delito por el que pesa sobre él una prisión preventiva de 24 meses.
En sus cuentas se habría detectado más de seis millones de soles de origen desconocido. Su hermano Waldemar y su bancada del lapicito lo defienden desde el Congreso. Apago el televisor.
MÁS INFORMACIÓN:








