Este Búho recuerda indignado las siniestras palabras de ese ser demoníaco llamado Aníbal Torres, quien anunció que ‘correrán ríos de sangre’. Ahora me parece increíble escuchar las recientes expresiones de la congresista Sigrid Bazán, quien pareciera desesperada porque no había víctimas en Lima.
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‘La protesta pacífica no genera cambios’. Se acaba de producir el primer fallecido por las manifestaciones en la capital. Una perdida lamentable. En ningún país de la región se ve a una Policía apaleada, apedreada por vándalos que destruyen la ciudad. La consigna es destruir.
No hay que ser ciegos, los objetivos políticos de la izquierda radical, que exige la renuncia de Dina Boluarte y el cierre del Congreso, pretenden conseguirlos por la vía violenta. El aumento de víctimas civiles es, en su maquiavélico razonamiento, una vía corta para lograr ese objetivo.
El Perú está jaqueado por una asonada muy violenta que no es espontánea. Toda la planificación de tomas de carreteras, aeropuertos, comisarías, minas, empresas agroindustriales, el aislamiento de las ciudades y hasta la ‘Toma de Lima’ se planificaron en el año y medio del gobierno del golpista Pedro Castillo.
Esta escalada estaba preparada para apoyar un ‘autogolpe’ del chotano. Pero el profesor se adelantó y su intentona fracasó. Días después se activó su plan y estos son los resultados: 2 mil 150 millones de soles en pérdidas económicas entre el 8 de diciembre y el 23 de enero. Y las mayores regiones afectadas son Cusco, Puno y Madre de Dios.
Los más pobres pagan las consecuencias. Se ha liquidado el turismo en Cusco y Puno, pero no solo pierden los grandes operadores, son miles de compatriotas, artesanos, trabajadores de hoteles, taxistas, restaurantes, comerciantes y ambulantes.
Madre de Dios es el caso extremo, donde se evidencia que la minería ilegal -tan protegida por Castillo- financia a los promotores de un inhumano bloqueo de carreteras que no permite ni el ingreso de ambulancias, ni camiones del Ministerio de Salud con medicinas.
Hay muertos de los que nadie habla. Los que ni siquiera estuvieron en una manifestación, las víctimas de los inhumanos ‘bloqueos de carreteras’: tres recién nacidos y nueve pasajeros con problemas de salud que perdieron la vida en una ambulancia o un bus detenidos en la carretera. Una terrible manera de morir, sin tener ningún tipo de atención médica.
¿Qué dicen los políticos izquierdistas sobre estas once víctimas inocentes? Nada. Esos muertos no le suman a los que ven los derechos humanos de un solo lado. La alianza siniestra entre el castillismo revanchista junto a sus aliados, los remanentes de Sendero, tan beneficiados durante el gobierno del chotano, están detrás de las asonadas violentas en provincias.
Pero también las mafias de la delincuencia común han ingresado en la perversa ‘toma de carreteras’ en Virú, La Libertad. Un revelador informe de El Comercio sostiene que bandas de delincuentes de Trujillo han hecho de la toma de la Panamericana Norte una jugosa fuente de ingresos, extorsionando a los camioneros y transportistas de pasajeros. Cobran cupos y asesinan a choferes que han intentado oponerse a sus fechorías.
Hay una responsabilidad en el desgobierno en el control de carreteras porque el Ministerio del Interior y de Defensa lanzaron un pomposo comunicado asegurando que se ‘iban a desbloquear todas las vías’, pero por el contrario, ahora también se han sumado bloqueos en la Carretera Central.
Estamos ante grupos violentistas organizados, que van a seguir buscando más violencia y muerte. No se ve un trabajo de inteligencia efectivo. El Congreso tiene que aprobar el adelanto de elecciones. Ya basta de violencia. El Perú se está desangrando. Apago el televisor.
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