A este Búho le embarga la nostalgia cuando se prepara para una noche intensa con el concierto del grupo Kiss en la Arena 1 de la Costa Verde. Después de dos años de terrible aislamiento por culpa de la maldita pandemia, vuelven los conciertos multitudinarios.
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Por eso, qué mejor que lleguen Gene Simmons y Paul Stanley, líderes de la banda, para empezar esta nueva etapa, este nuevo comienzo, y nos canten que el rocanrol nunca muere y menos por culpa del desgraciado coronavirus. Pero uno como periodista tiene que agarrar su ‘Espada del augurio’ de ‘Los Thundercats’, para que me permita ver ‘más allá de lo evidente’ al analizar las palabras de los líderes de la banda sobre la gira a la que han bautizado como ‘End of the Road’ (El final del camino).
¿Podemos creerles? Lo que sí sabemos, por los videos colgados en YouTube de su tremendo concierto en Buenos Aires, es que volverán a presentar ese festival pirotécnico de fuego y explosiones, sus pantallas gigantes, sus escenarios giratorios. Pero bajo todo ese andamiaje y en los estrambóticos disfraces de la banda se esconde un genuino amor por el rocanrol en estado químicamente puro.
Este columnista en verdad se sorprende de que el grupo tenga tanta vigencia. Cuando a inicios de los setentas del pasado siglo aparecieron en Nueva York con sus alucinantes disfraces, parecían una versión diabólica del ‘glam rock’ de esos años. Muchos pensaban que serían un grupo más que aparecieron con la moda glam. Pero a Simmons, Stanley, al guitarrista Ace Frehley y al baterista Peter Criss se les presentó la Virgen cuando en 1975, después sacar tres álbumes de estudio que les habían dado mediana publicidad, editaron su cuarto LP en vivo de nombre ‘¡Alive!’, fruto de sus exitosas presentaciones en el mítico Madison Square Garden de Nueva York.
Ese disco los catapultó a la fama no solo en Norteamérica. Nunca olvidaré que en 1975 tuve en mis manos ese legendario LP importado, doble con tapa dura, gracias a que mi pataza Jimmy de la Torre lo compró a unos ‘pitucos’ angustiados que ‘bajaban’ a la Unidad de Mirones a computar ‘cigarritos voladores’. El ‘¡Alive!’ tendría dos clasicos del grupo: ‘Nothin’ to lose’ y el inolvidable ‘Rock’n roll all night’.
El Búho sobre Kiss en Perú: Este concierto será histórico
La banda enfrentaría el furibundo embate de la música disco a nivel mundial, pero sobre todo en Estados Unidos y en su ciudad natal Nueva York, donde abundaban las discotecas como Studio 54. En ese tiempo sacaron el ‘Rock and Roll Over’ (1976) donde sobresale el single ‘Calling Dr. Love’ cantado por el demonio Simmons. Estaban en su mejor momento y no lo desaprovecharon e ingresaron a la maquinaria de Hollywood para protagonizar su propia película, ‘Kiss contra los fantasmas’ (1978), una olvidable pero taquillera cinta que vi en el desaparecido cine Mirones.
Si la agrupación resistió a la música discotequera también tuvo que lidiar con el punk que los catalogaba como ‘dinosaurios’. Pero en 1978 sacan el LP ‘Dinasty’ donde nítidamente coquetean con el hard rock y el pop con el architocado single ‘I was made for you’ (Nací para amarte), tantas veces visto en el programa de Gerardo Manuel, ‘Disco Club’, que catapultó de nuevo a la banda gracias a los canales de videos.
Así lograron reinventarse en los ochentas. Cuando vieron que sus disfraces ya no pegaban y dominaban la escena bandas como Aerosmith, se lavaron la cara, pero ya no representaban lo mismo para sus fanáticos, quienes sentían que el espíritu de Kiss estaba en el maquillaje. A Simmons no le tembló la mano para expulsar a Frehley y Criss por abusar de las drogas y el alcohol.
‘Fue una decisión difícil, o eran ellos o la continuidad del grupo’, afirmó. Contra lo que todos pensaban, el demonio, el diablo encarnado por Simmons era adicto... al trabajo y los dólares. Pero Kiss ofrece espectáculo y un repertorio musical increíble. No por nada tiene más de veinte discos en estudio. Gracias a esos conciertos emprendían giras mundiales con millones de espectadores que se suspendieron abruptamente por el coronavirus.
Hoy vuelven más vivos que nunca. Recordé que estuve en ese inolvidable concierto de la banda cuando pisó por primera vez Lima, en abril del 2009, ante 45 mil almas en el Estadio Nacional. En la entrada una chiquilla de Bellas Artes pintaba a centenares de fanáticos por cinco luquitas. Hice mi colita y me pintó como ‘El demonio’. Pasé delante de varios colegas y no me reconocían. ¡¡Han pasado 23 largos años!!, pero me siento en plena forma al igual que los Kiss. No olvidemos que Gene Simmons tiene 72 años y Stanley 70, y puede ser que su anunciada retirada sea algo verdadero y se irán a descansar. O sea, este concierto será histórico. Apago el televisor.