Este Búho vio el tráiler ‘The Batman’ (2022), la última saga del entrañable ‘hombre murcielago’. El derroche visual de tonalidades oscuras nos adentra a una ciudad como ‘Ciudad Gótica’, ensombrecida por la delincuencia, con malhechores desquiciados y la corrupción que campea por doquier. Ahí es donde aparece el hombre murciélago para combatirlos.
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Como dice la voz en off, cuando la luz del cielo oscuro vislumbra la silueta de un murciélago, el símbolo de Batman: ‘El miedo es un arma, cuando esa luz aparece en el cielo... no es solo una llamada... es una advertencia’. En el segundo año de su lucha contra el crimen Batman (Robert Pattinson) investiga la corrupción que recorre la metrópoli y cómo lo conduce hasta su propia familia, mientras enfrenta a un alucinado asesino conocido como ‘El Acertijo’.
El filme de Matt Reeves ha recibido unánimes elogios de la crítica mundial, las que sostienen que no tiene nada que envidiarle a las mejores cintas del héroe dirigidas por Tim Burton y Christopher Nolan, que parecían insuperables. Como elemento adicional, vuelve a cruzarse en el camino del héroe su explosivo amor, la villana ‘Gatúbela’, encarnada por Zoe Kravitz. Las palabras del exigente crítico Luis Martínez, del diario español El Mundo, la definen así: ‘The Batman acaba de ser un deslumbrante y soberbio espectáculo al anochecer, una obra maestra que no es más que una anti obra maestra’. Evito spoilers y solo recomiendo ir al cine para a verla con canchita y su chicha morada.
El Búho y sus recuerdos entrañables de Batman
Este columnista tiene recuerdos entrañables del hombre murciélago, pues de niño no me perdía ni un capitulo de la serie de TV que daban a las siete de la noche. Se emitió inicialmente por la cadena ABC desde 1966 hasta 1968 con un total de tres temporadas de 120 capítulos. Ningún niño se perdía las aventuras de Batman, al que veíamos en tremendos televisores en blanco y negro. Era una serie sicodélica que, para parecerse al comic original de DC, sobreponía en las peleas letras como ¡¡Clach!! ¡¡Pum!! ¡¡Bang!! ¡¡Wow!! ¡¡Sock!! a cada golpe a los villanos de Batman y su fiel Robin, ‘el chico maravilla’, con mucha música sicodélica de fondo.
Los villanos eran de antología y serían los causantes de que las posteriores películas de Batman tuvieran tanto éxito taquillero. El Guasón de mi niñez lo interpretaba César Romero y era más bufón que asesino y un resentido social, como lo fueron los guasones que interpretaron para la posteridad Heath Ledger y Joaquin Phoenix. Pero no solo Guasón era un villano de aquellos. En todos los barrios a alguien con cara de chistoso le clavaban el ‘chaplín’ de Guasón. Los otros villanos imperecederos: Acertijo y sus diabólicas adivinanzas, la mujer gato, ‘Gatúbela’, el Pingüino. Todos esos malhechores fueron interpretados décadas después por estrellas de Hollywood, como Jack Nicholson, Michelle Pfeiffer, Danny DeVito, Arnold Schwarzenegger.
Pero volvamos a la época sicodélica en que los niños de la Unidad Vecinal de Mirones recorríamos todas las bodegas buscando chapitas de Coca Cola. Si te tocaba una con premio, podías canjearlo por una capa de Batman y a más chapitas, la máscara y el uniforme completo. Batman se convirtió en un fenómeno mundial y de merchandising. El ser considerado el más humano de los DC Comics lo hacía más atractivo al público. La única diferencia era que Bruno Díaz (Adam West) era un millonario filántropo que junto a Ricardo Tapia (Burt Ward) combatían a los criminales desde el sótano de una gran mansión, del que salían raudamente a bordo de un extraordinario auto denominado ‘Batimóvil’. Recuerdo que en esos tiempos a las carcochas de Lima las bautizaban como ‘Batimóvil’.
Cómo olvidar a su querido mayordomo Alfred y al comisionado Fierro, la tía Harriet y el jefe de policía O’Hara, los únicos que conocían su verdadera identidad. En plena época hippie y el paso a la tele a color, Batman se convirtió en un ícono de la cultura pop, al punto de que figuras del celuloide como Zsa Zsa Gabor y el famoso pianista Liberace participaron en algunos capítulos. También hicieron ‘cameos’ Bruce Lee como ‘Kato’ y el gigantón de ‘Los Locos Addams’, Ted Cassidy, como ‘Largo’.
Definitivamente la serie marcó nuestra infancia con ese Batman de carne y hueso, y no los que devorábamos en los chistes que alquilábamos en el mercado por medio sol. Con esa bella ‘mujer gato’. malvada, pero que seducía a nuestro héroe, que repetimos, como diría Nietzsche: ‘Era humano, demasiado humano’. Recuerdo que mi tía Nena, quinceañera en la época de mayo del 68, colocaba en una tremenda radiola televisor Andrea un disco de 45 revoluciones del tema de Batman, del compositor de Jazz Neal Hefti. Hoy las radiolas y los discos de en 45 rpm han desaparecido. Solo Batman sigue vivo. Apago el televisor.
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