El autor Gay Talese, pionero del 'Nuevo Periodismo', nació un 7 de febrero de 1932. (Foto: STAN HONDA / AFP)
El autor Gay Talese, pionero del 'Nuevo Periodismo', nació un 7 de febrero de 1932. (Foto: STAN HONDA / AFP)

El reciente libro del famoso periodista y escritor norteamericano (Alfaguara 2024), ya forma parte de los libros de cabecera de este Búho. Lo he leído de un tirón. Es una obra obligada para cualquier periodista, veterano o joven, que pretende hacer buen periodismo. Talese, quien actualmente tiene 92 años, trabajó durante mucho tiempo en The New York Times, uno de los diarios más importantes de Estados Unidos. Y escribió crónicas en la famosa revista ‘Esquire’. Es el padre del Nuevo Periodismo, esa corriente que surgió a fines de los años setenta, la misma que consistía en la mixtura de recursos de la literatura de ficción con el reporteo sobre hechos estrictamente reales.

‘Siempre estuve orgulloso de contar las historias tal y como fueron, sin engrandecerlas’, solía decir. Talese fue un reportero sencillo que no se obsesionaba por la fama y la exclusiva. Dos defectos que, lamentablemente, se han impregnado en la nueva generación de periodistas que están en nuestro medio. ‘Su especial talento reside en haber sabido hacer periodismo de todo aquello de lo que suelen huir los otros reporteros: del hombre común, del desconocido, del perdedor o de los que están lejos de los focos y el éxito y, a través de ellos, ofrecer un retrato fidedigno del ser humano y sus obsesiones’, dice la periodista Bárbara Celis en la contratapa del libro.

Talese cuenta la fascinante historia de Alden Whitman, jefe de obituarios del New York Times. No firmaba sus textos, pero tenía un importante poder de decisión al momento de elegir qué persona merecía o no un obituario escrito por él. El reportero, escribe Galese, recorría grandes distancias para entrevistar a un candidato famoso y de edad avanzada cuyo funeral estaba próximo.

Su objetivo era reunir detalles que solo se podían conseguir charlando y mirándole la cara al entrevistado. Lo llamaban ‘El espíritu maligno del The New York Times’. ¿Cómo hacía Whitman para convencer a las personas que pensaba entrevistar? Les explicaba que su diario deseaba ‘actualizar sus archivos’ sobre la vida de personas distinguidas, como ellos, buscando sus ‘percepciones y reflexiones biográficas’, para lo cual les solicitaba un encuentro breve. Como era obvio, jamás decía que se trataba de un ‘avance de su obituario’ y menos utilizaba la palabra ‘muerte’.

Tampoco les especificaba que las entrevistas estaban programadas para ser publicadas póstumamente, pero la mayoría de los receptores entendía de lo que se trataba. Uno de ellos fue Harry Truman, el expresidente de Estados Unidos, quien murió en 1972. Cuando lo recibió en su casa, Truman le dijo al periodista Whitman: ‘Sé por qué está aquí y mi intención es ayudarlo cuanto pueda’.

Frank Sinatra está resfriado

Talese cuenta otra sensacional historia del detrás de cámaras sobre la galardonada crónica ‘Frank Sinatra está resfriado’, que escribió sobre aquel famoso cantante norteamericano. El periodista narra que, tras un acuerdo entre su editor de la revista Esquire y el representante de Sinatra, se pasó varias semanas enteras acompañándolo a todos los lugares, ensayos y reuniones a los que iba, incluidos los bares de moda a los que acudía rodeado de todo un séquito de amigos, asesores, guardaespaldas, productores y bellas mujeres que jamás faltaban. El acuerdo para escribir y publicar la crónica sobre Sinatra incluía una entrevista con él mismo, a la que luego se negó, pese a que la había aceptado.

Tras esa negativa se armó una trifulca entre el editor de Talese y el representante del cantante. Al final, Talese escribió la crónica de todo lo que había visto, describió el carácter cambiante de Sinatra, quiénes eran los miembros de su círculo más selecto, su vida bohemia, sus miedos, sus venganzas personales, descubrió al doble del cantante que era utilizado en circunstancias especiales, y muchos más secretos que sus seguidores no conocían y jamás se hubiesen imaginado.

El título de su texto ‘Frank Sinatra está resfriado’ surgió porque el día que lo conoció personalmente el artista estaba hecho un energúmeno: había cogido un resfrío que no le permitía cantar ni divertirse. ‘Sinatra resfriado es un Picasso sin colores o un Ferrari sin gasolina, solo que peor’, escribió. La crónica de Gay Talese, publicada en 1966, es considerada una obra maestra que hasta hoy se debate y estudia en las más prestigiosas escuelas de periodismo del mundo. Apago el televisor.

MÁS INFORMACIÓN:


Contenido sugerido

Contenido GEC