Este Búho está convencido de que la inseguridad ciudadana le importa muy poco al gobierno de Pedro Castillo. Al contrario, me entero con indignación de que se estaría ‘cocinando’ darle de baja a un gran oficial de la Policía, el general Óscar Arriola, jefe de la Dirección Nacional Contra el Terrorismo. Se trataría de una venganza desde las altas esferas del poder por las indagaciones a personajes investigados por presuntos vínculos con la subversión, como Guido Bellido y Guillermo Bermejo. ¿El ministro del Interior, Avelino Guillén, avala lo que está sucediendo? También estarían en la mira policías que desarticularon a ‘Los Dinámicos del Centro’, esa organización criminal que, según la tesis de la Fiscalía, lideraba Vladimir Cerrón. Nada es casualidad en política. Cerrón, un condenado por corrupción, entró como ‘gran líder’ a Palacio de Gobierno la semana pasada para darle su respaldo al presidente contra la vacancia. ¿Qué cosas se negociaron en esa reunión? ¿A qué se comprometió Castillo para salvar su cabeza? Este Búho estará con sus ojos bien abiertos. Pero les comentaba que vivimos una terrible ola de robos y asaltos. En Lima, por citar un caso, no hay distrito que no esté tomado por bandas delincuenciales que impiden a los ciudadanos transitar libremente sin el riesgo de ser asaltados de forma violenta por unos malditos que son capaces de dispararte sin piedad por un celular. Los robos a agencias bancarias también aumentan por la cercanía a las fiestas de fin de año.

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FUEGO CONTRA FUEGO

Justo en la madrugada me puse a hacer ‘zapping’ en Amazon Prime y me encontré con la película ‘Fuego contra fuego’ (‘Heat’, de 1995). Espectacular filme de Michael ‘Miami Vice’ Mann. Tuvo la particularidad de reunir a dos monstruos de la actuación: Robert De Niro y Al Pacino. Si bien ellos participaron en la segunda parte de la extraordinaria ‘El Padrino’, nunca rodaron una escena juntos, pues De Niro encarnaba al joven Vito Corleone. En la trepidante cinta de Mann, Robert De Niro es el frío y escurridizo Neil McCauley, un especialista en asaltos a bancos que reúne a una banda de profesionales recorridos en atracos por cuyas venas corre sangre helada, como Chris Shiherlis (Val Kilmer), para dar su último golpe. Ya quiere retirarse y vivir tranquilo. Por otro lado, Vincent Hanna (Al Pacino) es el jefe de la División de Robos y Homicidios de Los Ángeles. El policía fue marine y, así como McCauley es el capo en robos de bancos, Vincent es el mejor en desactivar a las más peligrosas bandas de Nueva York y Chicago. Dos colosos de la actuación encarnan a los dos mejores en su campo. El mejor ladrón y el mejor policía. De toda la película, me quedo con la impresionante secuencia del asalto al banco y el posterior tiroteo en las calles de Los Ángeles. Una delicia para los amantes del mayor cine de acción. De forma magistral, el espectador se ve transportado al escenario mismo de los sobrecogedores disparos con potentes armas, por obra y gracia de Mann y de Dante Spinotti, su director de cinematografía. Esta película también inspiró a dos delincuentes de la vida real para asaltar un banco en Los Ángeles y enfrentarse a balazos con los agentes. El saldo final de esa sangrienta aventura: diez policías y siete civiles heridos, y los asaltantes muertos. Otro clásico del cine de este tipo es ‘Bonnie and Clyde’, dirigida por Arthur Penn, fue un gran éxito en 1967, cuando se estrenó. Protagonizada por Warren Beatty y la bella Faye Dunaway, este clásico recrea la vida de los asaltabancos Bonnie Parker y Clyde Barrow, quienes se enamoran y recorren los Estados Unidos cometiendo sangrientos robos, lo que los lleva a ser considerados enemigos públicos entre 1931 y 1934, muriendo brutalmente acribillados por la policía. Estos famosos criminales norteamericanos se convirtieron en leyendas, inspirando una decena de películas (hasta pornográficas) y las más extravagantes versiones sobre su personalidad, como que Clyde era homosexual y Bonnie una ninfómana. La cinta de Penn es, tal vez, la más popular sobre la pareja, que hasta tiene su festival cada año en la autopista 154, al sur de Gibsland, en Louisiana, donde murieron. Apago el televisor.

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