Este Búho tiene más de seis lustros siguiendo, como periodista, la política en el país, y nunca, jamás, me tocó ver una actuación de una mayoría congresal tan irresponsable como la de ayer. Todo estaba fríamente calculado, ‘cocinaron’ en la madrugada (para que no lo vea el pueblo peruano por TV) la negación del voto de confianza al gabinete de Pedro Cateriano. Justo ahora cuando sufrimos el embate de un tsunami viral que ya mató a más de 43 mil peruanos y no se detiene. Veamos. Una película del gran director Sam Peckinpah se llama ‘Traigan la cabeza de Alfredo García’ (1974).
Según el propio premier, quien lo reveló a amigos cercanos, el 29 de julio recibió una invitación del presidente de Congreso, Manuel Merino, para conversar en ‘privado’. Allí, sin ningún tipo de rubor, le pidió, al mismo estilo de Peckinpah, que la única manera de que el Pleno le dé el voto de confianza era ‘que entregue la cabeza del ministro de Educación, Martín Benavides’.
¿Por qué las principales bancadas del Legislativo enfocaban sus dardos hacia el titular de Educación? Muchas universidades ‘trafas’ no fueron licenciadas, algunas de las cuales son de propiedad de actuales parlamentarios que entusiastamente promovieron la negación de confianza. ‘Si Pedro botaba al ministro, su confianza pasaba por un tubo’, se lo hicieron saber.
El expremier es principista y se negó al vulgar ‘chantaje político’, y cuando ya sabía que no le iban a dar la confianza, les dijo en su cara a los parlamentarios: ‘A mí no me van a amenazar’. Y murió en su ley, saliendo dignamente del ‘hemicirco’, con el orgullo de no sacrificar a un ministro que defendió a la juventud que aspira a progresar estudiando una carrera universitaria y librarlos de los malditos ‘buitres de la educación’. Dicho esto, pasemos a comprender la votación de las bancadas:
1) ¿Por qué Podemos, el partido de Urresti, votó unificadamente en contra del voto de confianza? Porque José Luna, dueño del partido, es también dueño de Telesup, una universidad que la Sunedu no licenció porque hasta funcionaba en ‘gallineros’.
2) ¿Por qué Acción Popular, la mayor bancada, votó de manera tan dispersa? Se manejan algunas hipótesis. Uno de sus líderes, Raúl ‘Pollo’ Diez Canseco, también es dueño de una universidad y la Sunedu le exigió y le exige -como a todas- rigurosidad y respeto a las normas. Pese a ser su universidad licenciada, no les gustaría que los fiscalicen y, según fuentes de Acción Popular, habrían llamado a votar en contra y, en todo caso, ‘abstención’, que igual significaba sentenciar al premier.
3) Mis lectores me preguntan: ¿Búho, por qué Fuerza Popular apoyó a Cateriano? Solo me queda decirles que esta votación se hizo con calculadora en mano. El vivo de Diethell Columbus le dijo a su bancada: ‘Acción Popular, Podemos, UPP y los termocéfalos de la izquierda, el Frepap y Frente Amplio van a tumbarse al primer ministro, ¿para qué nos vamos a ensuciar las manos?’. Pero ‘aunque la mona se vista de seda, mona se queda’, no engañan a nadie.
4) Para los analistas, el papel más siniestro lo cumplió Alianza Para el Progreso, del que sueña con la presidencia todos los días, César ‘Plata como cancha’ Acuña. Ordenó a sus 22 congresistas abstenerse, que era una manera hipócrita y cobarde de hundir al premier sin quemarse. Pese a que sus universidades fueron aprobadas por la Sunedu, Acuña y varios de sus familiares enfrentan serios cargos penales por diversos delitos, y una ministra de Justicia, con los antecedentes de rectitud como los de Ana Neyra, escogida por Cateriano, les producía terror. De ahí a realizar una jugada de ‘carambola’, de vengarse de Benavides, quien le hizo sudar la gota gorda para aprobar con las justas la licenciatura de sus universidades, y de paso se tumbaban a una ministra que iba a vigilar de cerca que sus procesos judiciales sean justos y no haya ‘aceitadas’ de jueces en el norte. Pero que no haga fiesta, es muy probable que Vizcarra la ratifique. Sobre la votación en contra del Frente Amplio y el Frepap, pienso que ambas agrupaciones son inimputables. Se parecen, viven del dogma marxista o bíblico, pero fuera totalmente de la realidad terrenal de la pandemia. En resumen, aquí no se tumbaron a Cateriano por políticas erróneas frente al coronavirus o en materia de propuestas. Todo fue un vulgar interés empresarial de un grupo de congresistas, e intereses electoreros, populistas y oportunistas de otros. ¡¡Qué vergüenza!! Me quedé corto. Me falta escribir sobre la responsabilidad, que la tiene, del presidente Martín Vizcarra, y las jugadas que baraja el Ejecutivo. Apago el televisor.