A este Búho no le caben dudas de que nuestra democracia se encuentra en un verdadero peligro por el vil accionar de grupos violentistas que se infiltran en marchas pacíficas para transformarlas, de protestas legítimas por adelanto de elecciones, en un salvaje enfrentamiento con bala y dinamita contra la fuerza policial y después contra las fuerzas militares.
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Estas hordas camufladas detrás de las marchas desataron una escalonada y bien planificada ofensiva de destrucción de la propiedad pública, privada y la captura de puntos estratégicos, como aeropuertos o plantas de energía, además de arrasar con los locales símbolos del Estado como el Poder Judicial, la Fiscalía, las comisarías.
Hizo bien Dina Boluarte al declarar el Estado de emergencia, toque de queda y ordenar la intervención del Ejército en aquellas zonas donde la violencia había desbordado el control policial. El orden y la tranquilidad pública de millones de peruanos debe defenderse.
Me resultan cínicos los argumentos de aquellos que minimizan el demencial saldo destructivo de estos vándalos de distinto pelaje, los que causan daños que arrojan millones en pérdidas, quienes califican a aquellos que denuncian esa descarada infiltración de la que somos testigos millones de televidentes, como que ‘los están terruqueando’.
¡Por favor! La inteligencia de la Policía ha detectado con nombres y apellidos a condenados por terrorismo senderista como algunos de los principales cabecillas en varios desmanes.
Estos agitadores políticos, cuyo verdadero fin es crear más anarquía, buscan tumbarse al gobierno constitucional de Boluarte para instalar una Asamblea Constituyente al estilo chavista, cuando la apurimeña está en Palacio por culpa de Pedro Castillo, quien quiso convertirse en un dictadorzuelo y dio un golpe de Estado, por lo que está, con toda justicia, cumpliendo 18 meses de prisión preventiva junto a su par Alberto Fujimori.
Como bien sostuvo el ex ministro del Interior, Rubén Vargas, en entrevista con Trome, cuando le preguntaron sobre los responsables de la convulsión social: ‘Junto a Pedro Castillo hay sectores vinculados al Movadef, personajes vinculados a ese sector que denominó el ‘Bermejismo’ (por Guillermo Bermejo), son personajes vinculados a economías ilegales, especialmente minería y coca ilegal’.
Este análisis se comprueba por la presencia de un enjambre de lujosas camionetas 4x4 movilizando a los más violentistas manifestantes, vehículos manejados por empleados de los oscuros ‘zares’ depredadores de la minería ilegal del sur andino, mientras desde la selva central llegaban microbuses y camiones con pobladores y nativos asháninkas, los que habrían sido financiados por cocaleros abastecedores de los narcotraficantes.
Estas dos economías del delito, combatidas en anteriores gobiernos, vivieron épocas de impunidad y hasta incentivo durante el gobierno de Castillo.
Al caer el golpista, y con la llegada de Boluarte, que fue rápidamente reconocida por Estados Unidos, los ilegales se asustaron de futuras políticas antidrogas y apostaron por financiar los desmanes a favor de la vuelta del profesor o por una alternativa ‘constituyente’ de sus amigos los ‘Bermejistas’.
Felizmente el Congreso reconsiderará la votación y piensa aprobar el adelanto electoral, aunque la izquierda radical pretende boicotear la aprobación reclamando que se incluya la convocatoria ‘a una Asamblea Constituyente’, es decir, meter ‘gato por liebre’.
Pero el escenario más peligroso está en la calle. Antauro Humala, sin calibrar que tiene que mantener reglas de conducta, amenaza también con incendiar la pradera con sus pedidos delirantes. Este psicópata debería volver a prisión si amenaza la tranquilidad pública.
Mientras que en algunas regiones ya se anuncian más protestas violentas, a pesar de que hay un Estado de emergencia. Ni por fiestas navideñas quieren dar un poco de paz que el Perú reclama. Apago el televisor.
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