”Yo no me comí ni un gol”. Así responde el arquero Ramón Quiroga sobre la eterna polémica de la histórica goleada de Argentina sobre Perú en el Mundial de Argentina 1978, que al final les permitió a los albicelestes ganar su primer título mundial. Hace algunos días se acaba de estrenar el documental en la plataforma Disney Plus, ‘Argentina 78′, donde el ‘Patrón’ José Velásquez reitera lo que dijo hace algunos años en Trome y fue portada.
“Seis jugadores se vendieron. Es como que se inicie la guerra y empieces a fusilar a tus propios compañeros. Eso se dio. Seis de nosotros recibieron dinero, los principales prácticamente o los que jugaban mejor. Empezando, quizá, por el arquero. El arquero es determinante en cualquier partido. Algo que tenía, simplemente, agacharse y agarrar el balón. Él se quedó inmóvil, no se movió para nada”, dijo Velásquez.
“Ese día no me comí ninguno”, responde Quiroga, quien tenía puestas las miradas encima por haber nacido en la tierra de Messi. Entro al túnel del tiempo. Argentina era gobernada por una feroz dictadura militar encabezada por el teniente general Jorge Rafael Videla. Ese régimen militar secuestraba a estudiantes, obreros, dirigentes políticos y estos no volvían a aparecer. No solo ‘desaparecían’ argentinos, sino también extranjeros, profesionales, curas, monjas, bajo las acusaciones de ser subversivos.
Por esta razón, los gobiernos de Italia, España, Francia, Holanda e Inglaterra reclamaban a la Cancillería gaucha sobre el paradero de sus compatriotas y planeaban boicotear el Mundial. La dictadura no respondía. Por eso, el Mundial de 1978 significaba mucho para la Junta Militar. Un fracaso deportivo iba a acelerar las protestas. No solo debían organizar el torneo, sino ganarlo sea como sea.
En el Perú, el gobierno militar de Francisco Morales Bermúdez también estaba jaqueado por las protestas de los sindicatos y estudiantes. Un paro en julio de 1977 paralizó, literalmente, al país. Decenas de dirigentes populares eran encarcelados. Pero en 1978, cuando se gestaba otro paro nacional, trece dirigentes de izquierda y de sindicatos fueron detenidos y no los llevaron a Seguridad del Estado ni los deportaron, los metieron en un avión militar encapuchados y los llevaron a Argentina, a Jujuy, donde los depositaron en un cuartel militar.
El senador Genaro Ledesma —uno de los secuestrados— declaró al juez argentino Norberto Oyarbide que Morales Bermúdez y Videla hicieron un pacto en el marco de la siniestra ‘Operación Cóndor’, que involucraba a los militares de Argentina, Chile, Bolivia, Perú y Uruguay, para darse una ‘manito’ en la captura de opositores políticos y desaparecerlos.
Ledesma dijo: “Videla aceptó recibir a los prisioneros peruanos y esperó a cambio una ayudadita en el resultado por el Mundial”. Argentina necesitaba ganar 4 a 0 a Perú para eliminar a Brasil y jugar la final y le metió seis. Durante muchos años se habló de que hubo una echada. Informes, reportajes denunciaron que Rafael Videla y Henry Kissinger, secretario de Estado norteamericano, bajaron al vestuario para hablar con los dirigentes peruanos.
José Velásquez declaró que varios jugadores le exigieron al técnico Marcos Calderón que tapara Ottorino Sartor en vez de Ramón Quiroga, argentino nacionalizado, y que el entrenador aceptó. Pero al día siguiente salió ‘Chupete’ de titular. Es más, dijo que seis seleccionados fueron sobornados y nombró a Manzo, Muñante y Gorriti. No se explicaba cómo Marcos lo sacó a los diez minutos del segundo tiempo cuando solo perdían dos a cero. Pero hay que recordar que Muñante al primer minuto de juego se metió un carrerón y lanzó un disparo que sobrepasó a Fillol y chocó en el palo.
El ‘Jet’, antes de fallecer de cáncer, desmintió a Velásquez. El colombiano Fernando Rodríguez Mondragón, hijo del tristemente célebre narcotraficante extraditado a Estados Unidos, Gilberto Rodríguez Orejuela, jefe del Cártel de Cali, ‘El ajedrecista’, en su libro ‘El hijo del ajedrecista’ afirmó que su papá, junto a su tío Miguel, hicieron una bolsa para sobornar a los jugadores peruanos para que se echen ‘para atrás’ contra Argentina.
Los del Plata terminarían campeonando en su Mundial al derrotar a Holanda por 3 a 1. Pero pese a la euforia del campeonato, la dictadura militar caería y varios de sus verdugos terminarían con sus huesos en la cárcel, como Rafael Videla, quien murió en prisión. En el informe de Ernesto Sábato, ‘Nunca más’, se detalló la diabólica y sistemática política de desaparición de detenidos en campos de tortura y muerte de la Marina y el Ejército. Se calculan diez mil muertos desaparecidos. Nunca como ese año 1978 la pelota estuvo tan manchada de vergüenza y sangre. Apago el televisor.
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