Nicolás Maduro (Juan BARRETO / AFP)
Nicolás Maduro (Juan BARRETO / AFP)

Este Búho cree que el final del miserable dictador está cerca. El gobierno de Estados Unidos ya puso precio a su cabeza al considerarlo como ‘cabecilla de una organización de narcotraficantes’. En las próximas horas tres destructores estadounidenses, equipados con el sistema Aegis, una tecnología de defensa diseñada para rastrear múltiples objetivos y neutralizar amenazas aéreas o marítimas de forma simultánea, llegarán frente a las costas de Venezuela.

El despliegue se enmarca en un operativo que involucra a alrededor de cuatro mil marines en la región del Caribe. El aumento de presencia militar responde a una política prioritaria del presidente Donald Trump. Se busca emplear todos los recursos en la lucha contra los carteles de la droga, calificados como organizaciones terroristas internacionales, entre ellas al Cartel de Sinaloa y otros grupos criminales mexicanos, así como al Tren de Aragua, que también opera en el Perú.

Es evidente que uno de los objetivos es Maduro, uno de los políticos más despreciables de esta parte del continente. No solo arruinó política y socialmente al pueblo venezolano, sino que le robó la elección a Edmundo González.

Venezuela, el ‘gobierno del pueblo’, es un desastre. El sueldo mínimo, que antes alcanzaba para pagar el alquiler de la casa, la comida y los servicios básicos, hoy equivale a un poco más de tres dólares producto de la hiperinflación, y con eso solo se puede comprar un cartón de huevos.

Por eso, según los reportajes, hay niños, adultos y ancianos buscando en la basura trozos de fruta o verduras para cocinarlos en casa. Otros más avezados se dedican al robo y el secuestro. Nada funciona bien en la Venezuela chavista. Las empresas estatales, copadas por el ‘socialismo del siglo 21’, han sido saqueadas por corruptos y ofrecen servicios totalmente deficientes.

La luz y el agua se cortan durante días y semanas sin que nadie lo solucione. A Maduro le espera la cárcel o la muerte, salvo que un país como Rusia, China o Corea del Norte lo asile. El pueblo ansía un cambio luego de décadas de hambruna y una migración masiva de venezolanos, como nunca se había visto: más de ocho millones, según las Naciones Unidas.

En más de 25 años en el poder, el chavismo ha hecho una alianza siniestra con una camarilla de militares que saca los tanques cada vez que el pueblo protesta. Hace un tiempo, la gran esperanza de la oposición era María Corina Machado, quien fue golpeada salvajemente años atrás cuando era diputada y le impidieron postular. Le dieron patadas en el piso y le fracturaron el tabique nasal. Ella no se asustó y siguió con su trabajo. Por eso y por su valentía, la llaman la ‘dama de hierro’.

El chavismo le inició juicios e inhabilitó quince años para ejercer cargos públicos. Por eso vive en la clandestinidad. El propio Maduro sabe que su final está cerca.

Este sujeto se llena la boca afirmando que lucha por los más pobres, pero es un ladrón de aquellos, pues las autoridades de Estados Unidos le han confiscado más de 700 millones de dólares en activos, que incluyen varias casas, dos aviones, una residencia en República Dominicana, numerosas mansiones en Florida, una granja de caballos, nueve vehículos y millones de dólares en joyas y dinero en efectivo. ¡Qué tal luchador social! Apago el televisor.

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