Este Búho cumplió 77 días de cuarentena y, la verdad, no me sorprende que la última encuesta nacional de mayo le dé un ‘cocachón’ al presidente Martín Vizcarra, al bajar su aprobación seis puntos. Es que la ‘muletilla’ de sus habituales conferencias: ‘como lo teníamos previsto’ o sus mentiras piadosas: ‘ya la curva se aplanó, van a bajar los contagios’ (14 de mayo), o peor, sacando a relucir conceptos geográficos inéditos: ‘meseta irregular’ (se ‘aplana’, pero surgen ‘picos altos’), no solo resultaban una humorada, sino que le quitaron credibilidad. Pero, sobre todo, el bajón se explica por el caos, la ineficiencia y mala distribución en la entrega de los ‘bonos de emergencia’.
Ahí empezó a resquebrajarse su ‘luna de miel’ con los más pobres del Perú, pues según la encuesta, los sectores altos y clasemedieros lo apoyan fuertemente, mientras que baja en pobres y muy pobres. Ellos representan a los que no han recibido ningún bono, ni siquiera una canastita para engañar al estómago. A los que tienen familiares o amigos fallecidos porque no los recibieron en los hospitales del Estado, o no les dieron oxígeno o respiradores, los allegados a gente que murió en su casa sin auxilio o en plena calle.
A los que trabajaban como ambulantes, la emergencia los dejó sin ingresos y por desafiar la norma fueron apaleados brutalmente y confiscadas su mercaderías, es decir, los que sienten que ya no tienen nada que perder y salen a vender para llevar unos soles a su hogar. Vizcarra y el Gobierno cometieron el error de ‘vender el boleto’ de que ‘estábamos venciendo al Covid-19’, anunciando que iban a bajar los contagios y hasta podíamos sacar a los niños ‘a tomar aire y caminar’, cuando la epidemia había tomado por asalto las ciudades.
Ahora que Martín le renueva la confianza a los doctores Pilar Mazzetti y Óscar Ugarte al frente del Comité que lucha contra la pandemia, sabemos la verdad, que todavía no hay ninguna ‘meseta’ y se vienen semanas terribles, sobre todo en Lima, y no veremos ningún ‘aplanamiento’, pues aumentarán los contagios en paraderos y en el transporte público. Los síntomas también serán más severos, como ahogamientos debido a insuficiencia respiratoria y los hospitales no podrán suministrar oxígeno suficiente. El panorama es, en otras palabras, totalmente distinto al que nos presentó el jefe de Estado.
Pero no solamente los comerciantes informales son los más afectados con la crisis (ellos son el último eslabón de una cadena económica que empieza en talleres, pymes y empresas formales), frente a la que el Ejecutivo no solo exhibe una evidente incapacidad para afrontarla, sino que cae en casos escandalosos como el de ‘Richard Swing’. Farandulero de baja estofa a quien, en plena cuarentena y con millones de peruanos sin trabajo ni ingresos, la ministra de Cultura le pagó, con plata de todos, 33 mil soles para que dé charlas virtuales a la burocracia de su cartera.
La demora en renunciar de la ministra se habría debido a que el criticado personaje, según investigaciones serias de El Comercio, sería ‘recomendado’ del mismísimo Martín. Con semejante ‘chicharrón’ aún no aclarado, ¿cómo no iba a bajar en las encuestas? Sin embargo, los mayores errores del Gobierno se ubican en el tema de la reactivación económica. Por ejemplo, no solo en el sector servicios, sino en otros, la buena iniciativa del Ministerio de Economía para ‘liberar’ más sectores económicos choca con trabas burocráticas inconcebibles de los ministerios de la Producción y de Trabajo, que impiden que se reactiven con rapidez las empresas y así generen más empleos.
Si seguimos a este ritmo, el PBI decrecerá este año en ¡¡20 %!!, según expertos, una cifra que sería traumática e inédita. Se vienen tiempos difíciles, dramáticos, recios. Pero los peruanos hemos demostrado que podemos resistir crisis traumáticas. Y aunque este enemigo es silencioso, traicionero y mortal, tenemos armas para combatirlo: el aislamiento social, guardar las distancias, usar mascarilla, higiene de manos constante. Esa es la tarea fundamental desde nuestro hogar y en la calle si nos toca salir.
El Gobierno tiene la suya y esperemos que sus miembros se comporten como los líderes que necesitamos en estos tiempos de emergencia. Recuerden que el pueblo y la historia los juzgarán. Apago el televisor.