Este Búho estuvo pegado el domingo viendo la transmisión de la gala de los Oscar a través de TNT y en las redes de trome.com, donde se lució con sus comentarios mi colega Enrique ‘Kiko’ Silva, un erudito del cine, quien pronosticó que la película ‘Oppenheimer’, del director Christopher Nolan, iba a ser la más premiada de la noche.
Y se quedó corto, porque la cinta basada en la historia del científico creador de la bomba atómica se llevó ¡siete premios Oscar! Está basada en la vida del físico norteamericano Robert Oppenheimer (1904-1967), clave en un episodio tan desgarrador y a la vez tan contradictorio de la humanidad como fue la creación de la bomba nuclear, que mató a decenas de miles de personas en Hiroshima y Nagasaki (Japón), y que posibilitó el fin de la Segunda Guerra Mundial.
¿Es cierta esta premisa? ¿Se pudo terminar la guerra sin necesidad de lanzar un artefacto que literalmente pulverizó a miles? Esta y otras interrogantes se plantean en este espectacular filme. Pero sobre todo, durante las tres horas que dura la proyección, ingresaremos al complicadísimo universo del científico, quien fue a la vez el responsable del ‘Proyecto Manhattan’ para crear la bomba ‘A’ y luego se convirtió en el más encarnizado pacifista en contra de la otra bomba, la de hidrógeno, y también en contra de la propia guerra nuclear, por lo que terminó defenestrado de sus cargos y de ser ‘el hombre más popular del país’, al final de la guerra, pasó a ser acusado de ‘espía del comunismo soviético’, un traidor.
Es una película atrapante. El guion está basado en la clásica biografía sobre el físico en cuestión: ‘Prometeo americano’, de Kai Bird y Martin Sherwin. El resultado no es una simple ‘biopic’ de hechos. Más bien nos lleva por los delirios, zonas oscuras, tendencias temerarias y grandes pasiones del personaje.
Y luego nos hace vivir hechos epopéyicos: la construcción en el desierto de todo un pueblo, Los Álamos, para albergar en el más estricto secreto a más de un centenar de científicos con sus familias abocados a desarrollar la fórmula y luego la construcción de la temida arma. Todo esto en medio de una tensa trama de espionaje con el enemigo inicial, la Alemania nazi primero, y la Unión Soviética de Stalin después.
La obra empieza en el ocaso del protagonista, humillado por una comisión gubernamental que lo acusa de ser un espía soviético. Vemos mucha intriga judicial, pero también un ‘thriller’ psicológico y atormentadamente sexual con su amante comunista Jean (Florence Pugh) o contradictoria con su combativa y alcohólica esposa Kitty (Emily Blunt).
Las actuaciones son soberbias en un elenco de lujo: Casey Affleck, Kenneth Branagh, Ben Safdie, Josh Hartnett, Rami Malek. Al punto que muchos no reconocen al gran Gary Oldman, encarnando unos minutos al presidente Harry Truman, quien manda a rodar al físico arrepentido cuando le dice ‘siento que tengo las manos ensangrentadas’ y el mandatario le responde ‘científico llorón’.
Pero Cillian Murphy es quien realiza la actuación de su vida y merecidamente se llevó el Oscar a mejor actor. Él nos coloca en la piel del contradictorio personaje, su mirada atormentada, su dolor, impotencia, en otras palabras, un trabajo magistral. Y junto a él otro grande, Robert Downey Jr. (notable actuación y justo ganador como mejor actor de reparto), como el almirante Lewis Strauss, protector y luego enemigo del físico. Otro actor clave en esta historia es el general Leslie Groves (Matt Damon) como la persona que, a sabiendas de su pasado izquierdista y sus relaciones con miembros del Partido Comunista, elige a Oppenheimer para jefaturar el ‘Proyecto Manhattan’.
Es tan sustanciosa la oferta cinematográfica de Nolan que da pie también al cine epopéyico, cuando nos muestra todo el trabajo obsesivo de los científicos para dar con la fórmula correcta, los encuentros del protagonista con Albert Einstein, que le da consejos, el ensayo previo y el momento cumbre, cuando por radio escuchan que la bomba atómica cayó en Hiroshima, el grito de júbilo de Robert que luego se convertirá en terribles remordimientos.
Este columnista considera a Nolan como un director sorprendente, desde que vi la alucinante ‘Memento’ (2000) con Guy Pearce, que contaba una historia de misterio al revés. Ni qué decir de ‘El origen’ (2010), donde Leonardo DiCaprio es un ladrón de ideas en el mundo de los sueños. Pasando por ‘Interestelar’ (2014) y la bélica ‘Dunkerque’ (2017) o la trilogía de Batman, en la que destaca ‘El caballero de la noche’ (2008), que le devolvió dignidad y profundidad al hombre murciélago. Apago el televisor.
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