Este Búho cree que en política no hay casualidades y pienso que el candidato de ‘Perú Libre’, Pedro Castillo, no solo es muy astuto, sino un gran actor. Cuando una cámara lo ‘sorprendió’ llorando al despedirse de una niña, no pude evitar pensar que su jefe de campaña vio varias veces ‘El campeón’, el lacrimógeno filme con Jon Voight y Ricky Schroder que hizo llorar a toda la platea.
¿Ese mismo Castillo lloroso no es el aquel que no se conmovió con el llanto de desesperados padres de familia que le imploraban que suspenda la huelga de maestros que dejó sin clases a un millón de alumnos de colegios nacionales de junio a setiembre del 2017?
El candidato representaba a una facción más radical de los sindicalistas magisteriales, la que al final impuso prolongar la huelga y exigió que, para levantar la paralización, se eliminen los exámenes a los maestros para su promoción, en base a una justa meritocracia.
Hoy es el candidato ‘sorpresa’ y prefiere no recordar su participación en esa huelga. Ahora como candidato en el partido que maneja Vladimir Cerrón, nos presenta un programa económico estatista, que anuncia la ‘nacionalización’ de las grandes empresas extranjeras, pretende eliminar proyectos mineros que pueden no solo generar divisas y sobre todo trabajo en zonas deprimidas de la sierra.
HUGO CHÁVEZ Y NICOLAS MADURO
Este columnista recuerda que este tipo de gobiernos solo han traído pobreza a los países que algún día fueron los más prósperos de la región. ¿Dónde quedó la envidiada Venezuela antes de que Hugo Chávez iniciara su suicida programa de estatizaciones de grandes empresas y de hidrocarburos?
La patria de Simón Bolívar languidece a pesar de que ¡cinco millones de venezolanos! han huido de la dictadura del sucesor del ‘Comandante’, el impresentable Nicolás Maduro. El Perú también vivió una situación parecida. Los terribles años de los generales Juan Velasco Alvarado y Francisco Morales Bermúdez (1968-1980).
Velasco decidió estatizar no solo compañías petroleras extranjeras, sino las principales concesiones mineras, pesqueras, hasta los supermercados privados. Todos pasaron a ser controlados por el Estado. Hasta los medios de comunicación fueron confiscados y los periodistas deportados. Se suprimieron todas las libertades.
Uno escucha a los principales voceros del candidato del ‘lápiz’ y parece que oyera a los voceros de la dictadura militar de aquella época. ¿Cuál fue el resultado de tan nefasto experimento militar? Se produjo un terrible desabastecimiento de comestibles en los estatales supermercados ‘Super Epsa’, escaseaban la leche de tarro, la carne, el arroz, azúcar.
La gasolina también desapareció y tuvimos que tener el ‘pico y placa’ y había días en que los autos estaban prohibidos de circular. Pescaperú -la empresa estatal creada con la expropiación a los poderosos armadores que daban trabajo e hicieron de los puertos costeños un polo de desarrollo- se convirtió en una empresa corrupta.
MISERIA, DESEMPLEO Y SUBDESARROLLO
En conclusión, el programa estatista trajo miseria, desempleo y subdesarrollo, mientras los capitales migraban a Chile que mantuvo una economía abierta a las inversiones y nos sacó lustros de ventaja. Pienso que por la nefasta experiencia vivida en carne propia, no podemos permitir que por dogmas ideológicos se pretenda tumbar un modelo económico que hizo crecer a nuestra economía y sacó a millones de peruanos de la pobreza.
En todo caso, se debería buscar hacerlo más perfectible. En medio de una espantosa pandemia que dejó quebrada a nuestra economía e hizo más pobres a los pobres, y dejó sin negocios a los emprendedores, necesitamos un gobierno que promueva la inversión privada, no que expropie las empresas. El pueblo lo que pide es salud y trabajo, eso lo logramos con inversiones que garanticen más ‘chamba’. Apago el televisor.
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