Este Búho recuerda con nostalgia esos años noventa, cuando mi viejita se sentaba frente a su enorme televisor Panasonic y a la hora del almuerzo sintonizaba el melodrama mexicano por excelencia, ‘María la del barrio’. Entonces me obligaba a verla con ella. Y mientras yo suspiraba por la hermosa protagonista, Thalía, ella lo hacía por el galanazo de moda, Fernando Colunga.
Era una rutina necesaria mientras almorzábamos un rico arroz con pollo y su sarsa criolla o unas lentejitas con su pejerrey arrebozado. Las novelas mexicanas han apuntalado –de alguna manera- la idiosincrasia peruana. Varias generaciones crecieron con ellas. Impusieron su moda y palabras.
Recuerdo esto luego de leer un comentario desatinado y fuera de lugar de un compatriota peruano que radica en México, quien sin ningún rubor habla de la sexualidad de uno de los galanes más prestigiosos y respetables de Latinoamérica, a quien no le llega ni a los talones; me refiero a Fernando Colunga.
El mexicano tiene una trayectoria de cerca de 40 años, sin escándalos ni enfrentamientos. Aunque estudió ingeniería civil, su pasión siempre fue la actuación que lo llevó a la cima de la gloria. Ha sabido cultivar su carrera a base de esfuerzo y disciplina. A sus 59 años sigue protagonizando producciones internacionales. Y también sigue siendo el adonis de muchas mujeres de base cuatro en adelante. Colunga supo mantener a los periodistas a raya, pues lleva una vida privada lejos de las luces y reflectores.
Es quizá por eso que se han creado leyendas urbanas sobre sus romances. En su momento se especuló que tuvo un affaire con la misma Thalía y hasta con la ojiverde Aracely Arámbula, quien fue pareja de Luis Miguel. En la industria mexicana se conoce a Colunga por su sobriedad, su profesionalismo y porque nunca estuvo involucrado en algún barullo.
‘No me gusta perder el tiempo en escándalos’, dijo alguna vez. Su dilatada carrera está marcada por novelas estelares que fueron la sensación en su época: ‘María Mercedes’, en la que fue contratado en un papel secundario para 9 capítulos, pero terminó grabando 90. Esto le sirvió para saltar como protagonista en ‘María la del barrio’, en 1995, en donde interpretó a Luis Fernando de la Vega. Desde entonces su ascenso fue meteórico: ‘Marimar’, ‘Esmeralda’, ‘La usurpadora’, ‘Abrázame muy fuerte’, ‘Amor real’, entre otras producciones.
Hace un par de años pude conversar con Colunga, con motivo del lanzamiento de ‘El secreto de la familia Greco’, una producción de Netflix. Ya no protagonizó al galán de siempre, sino a un asesino, un personaje con una mirada fría y perversa. Hizo un giro radical, porque quiso imponerse nuevos desafíos profesionales. En esa conversación le consulté si acaso los años, la vejez, no era lo peor que le podría pasar a un galán de telenovelas. Y él respondió: ‘No, creo que eso es algo que desde el primer día que naces sabes que va a suceder. Eso no viene con el galán de telenovela, eso viene con la vida. Simplemente hay que irse amoldando a las cosas’.
A sus casi seis décadas, la prensa mexicana asegura que Colunga acaba de convertirse en papá, fruto de su relación con la actriz y modelo Blanca Soto. Pese a ello, ninguno de los dos ha querido confirmarlo. Él se mantiene firme en sus convicciones, de no darle ‘carnecita’ a la prensa rosa. Le doy la noticia a mi viejita y vuelve a suspirar, pero ya no por amor, sino de resignación, pues en sus años mozos Colunga fue, como ahora dicen los muchachitos, su ‘crush’. Apago el televisor.
