
Este Búho se entera por agencias extranjeras que Ismael ‘El Mayo’ Zambada, fundador del temible Cártel de Sinaloa, se declaró culpable de narcotráfico. Durante décadas eludió a las autoridades mexicanas y estadounidenses. Este poderoso narco ayudó a fundar el cártel con Joaquín Guzmán Loera, ‘El Chapo’, con quien construyó una sofisticada red criminal que traficaba con cocaína, heroína y otras drogas ilegales a través de la frontera con Estados Unidos, ejerciendo el poder mediante asesinatos y corrupción de políticos para proteger y ampliar su vil negocio.
Se espera que sea condenado a cadena perpetua. El asunto es que desde su detención se especula que el hijo del propio ‘El Chapo’ fue quien habría entregado a su padrino a los agentes antinarcóticos de Estados Unidos. Esta entrega ocurrió, sin un solo disparo, en el aeropuerto de Santa Teresa, un pequeño pueblo de poco más de seis mil habitantes en la frontera entre Estados Unidos y México.
La detención de ‘El Mayo’ fue un golpe al corazón del Cártel de Sinaloa. El abogado de ‘El Mayo’ aseguró en su momento que su cliente fue secuestrado por su propio ahijado. El capo habría sido atado de pies y manos y sometido a los militares. Todo esto sucedió mientras ‘El Chapo’ Guzmán purga condena en una prisión en solitario con media hora de patio y una visita al mes. Hoy, vemos que existe en el cable toda una alegoría al delito, sobre todo de narcotraficantes, a quienes en series de televisión muy populares los pintan como personajes carismáticos e inteligentes para planificar sus sucios negocios, al punto que no son pocos quienes los admiran.
Como ejemplo se ven las historias producidas de Pablo Escobar o ‘La reina del sur’. Pero el juicio a ‘El Chapo’ permitió que la gran mayoría de la opinión pública —y el jurado de Nueva York— conociera la otra cara del narcotráfico, en su faceta más siniestra. ‘El Chapo’ cobardemente ofreció ¡un millón de dólares! para que asesinaran a la modelo colombiana Andrea Vélez Fernández, quien fue reclutada como testigo protegido por el FBI.
¿Quién era Vélez Fernández y por qué ‘El Chapo’ quería silenciarla? Fue la secretaria personal del narco ‘colocho’ Alex Cifuentes. La caleña reconoció en el juicio que ella, a pedido del sinaloense, instaló una agencia de modelos en México que solo era una fachada, pues servía en primer lugar para conseguirle las más hermosas mujeres a Joaquín, quien —según la testigo— se obsesionaba con algunas, les interceptaba sus teléfonos y si eran ‘infieles’, terminaban en una tumba o eran violentadas o desfiguradas.
La otra ‘misión’ de Vélez era encargarse de que sus ‘modelos’ les ofrecieran favores sexuales a políticos y altas autoridades militares y policiales corruptas de México, por orden de Guzmán, para de alguna manera mantenerlos ‘felices’ de integrar sus ‘planillas’.
También confesó que Guzmán la quería muerta porque le encargó que le ofreciera a un general mexicano ¡diez millones de dólares! para que dejara de perseguirlo. Como el militar no aceptó, el narco pensó que Andrea lo había traicionado y pidió a los ‘Hell Angels’ (Los Ángeles del Infierno), pandilla de motociclistas, que la asesinen.
La modelo pidió perdón al juez por haber trabajado por el narcotráfico. “También le pido perdón a usted, señor Guzmán. Soy la voz de muchas víctimas de esta guerra, pude sobrevivir, pero otras perdieron la vida”, sostuvo entre sollozos, mientras el condenado la miraba impávidamente.
Cuando le tocó el turno de hablar, ‘El Chapo’ dijo que con él se cometió una ‘injusticia’ y que su encierro en una prisión federal ‘es una tortura física y psicológica’ las veinticuatro horas del día. La Corte de Nueva York también ordenó que se le incauten propiedades y cuentas ascendentes a doce mil setecientos millones de dólares que deberá pagar de reparación civil.
La otra cara del ‘exenemigo público número uno de Norteamérica’ la desnudó uno de sus más sanguinarios sicarios. El relato de Isaías Vélez Ríos puso los pelos de punta a los miembros del jurado, a quienes les reveló cómo Guzmán mató a dos hombres de la organización rival ‘Los Zetas’. A otro le disparó, pero no lo asesinó y lo hizo enterrar vivo. Esos relatos escalofriantes convencieron al jurado de que ese hombre bajito de bigotitos, que parecía no matar ni una mosca, era un tipo cruel y sanguinario. Así terminará también ‘El Mayo’. Apago el televisor.
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