
Este Búho abre los ojos y observa con gran preocupación el avance imparable de las mafias criminales de extorsionadores que tienen en jaque al Perú. Todos los días balean a choferes del transportes público. Esta gravísima situación de inseguridad, agudizada por la corrupción de los políticos ha hecho que miles de ciudadanos indignados salgan a las calles en los últimos días a expresar su rechazo contra el gobierno y el Congreso.
Los transportistas también han marchado desesperados porque los asesinan, pero nadie hace nada. La noche del último sábado, Daniel José Cedeña Alfonso, conductor de un bus de la línea conocida como ‘El triángulo’, fue acribillado por dos criminales en moto mientras trasladaba pasajeros en San Juan de Miraflores. Fue frente al Hospital María Auxiliadora y, aunque lo llevaron de inmediato a dicho centro médico, no pudieron salvarle la vida.
De esa forma, se convierte en la última víctima mortal del transporte, si es que hasta el momento en que termino de escribir esta columna no han matado a otro. El Perú de hoy es inviable. Como consecuencia de este nuevo crimen, los transportistas han anunciado que, en solidaridad con su colega caído, hoy harán un nuevo paro de 24 horas. No saldrán a las calles a marchar, pero no brindarán su servicio.
Será una protesta de ‘motores apagados’ que anuncian repetirán cada vez que uno de sus conductores sea asesinado. Esto, por supuesto, afectará a millones de trabajadores, estudiantes y negocios.
Los crímenes por extorsiones se han disparado en el país desde el 2021, justo el año en que Pedro Castillo llega a Palacio de Gobierno. En todo este tiempo ni él ni Dina Boluarte, quien fue su vicepresidenta y lo sucedió de manera constitucional tras su fallido golpe de Estado, han sido capaces de hacer algo contra la delincuencia.
La crisis que estamos padeciendo es la consecuencia de haber votado por gente incapaz de la izquierda que se llena la boca diciendo que luchan por el pueblo, solo para ganar votos de los ilusos, pero que han demostrado con hechos, una y otra vez, que en realidad desprecian a ese pueblo y se ríen de su dolor.
Castillo, quien se pintaba como un inocente profesor rural que no tenía ninguna maldad por proceder del ande, apenas ganó las elecciones y antes siquiera de asumir el poder, lo primero que hizo fue reunirse en citas clandestinas a altas horas de la noche en la casa de Sarratea con ‘empresarios’ de dudosa reputación para hacer arreglos bajo la mesa.
Ya instalado en Palacio, participó en el esquema de cobros para ascensos en la Policía y hasta elegir ministros terroristas, burros y rateros, a los que cobraba para mantenerlos en el cargo, sabiendo muy bien que le estaban robando al Perú. Pero muchos se creyeron su cuento de que tenía las uñas cortas porque decía que en su casa le habían enseñado a no robar. Esa es la narrativa que repiten todos los días en las redes. Que no lo dejaron gobernar.
Dina tiene hoy la desfachatez de decir que su gobierno es tan bueno que está dejando la valla bien alta al próximo mandatario. Es más indignante que sea precisamente la jefa de Estado quien diga eso en medio de la crisis de inseguridad que estamos viviendo, porque ella es la principal responsable de combatir a la delincuencia. Debería guardar prudente silencio, más aún cuando ella sí camina bien resguardada hasta con 50 policías y ya son dos años que Vladimir Cerrón continúa prófugo de la justicia.
El fundador del partido del lápiz es el padre del desmadre que vivimos, pues él cobijó en su agrupación a Castillo y Boluarte, sabiendo sus limitaciones. El acusado de lavado de activos se burla de los peruanos atacando a sus rivales por redes sociales y hasta da entrevistas. ¡Pero no lo pueden capturar! Es obvio que lo protegen. Mientras tanto, Dina sigue en Palacio despreocupada y disfrutando del poder que le cayó del cielo, pues está segura de que se quedará en Palacio, ya que es sostenida por Keiko Fujimori, César Acuña y el hermano de Cerrón.
Estas opciones no son viables para el país, así que por el bien de todos tendría que aparecer una alternativa que sí lo sea. Hoy la gente está asqueada de tanta muerte y tantos políticos rateros. Cuidado, porque las calles comienzan a calentarse. Apago el televisor.
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