Este Búho lee algunos portales mexicanos que ‘rebotan’ los audios en los que Nicola Porcella habría ventilado la vida privada, personal del actor Fernando Colunga, con quien comparte créditos en la telenovela ‘Amanecer’ que produce Juan Osorio. Según dicen, el peruano se habría metido en un problema por abrir la boca más de la cuenta sobre la orientación sexual de uno de los galanes más respetados de México.
Hace unos días el canal de YouTube de espectáculos, Kadri Paparazzi, filtró un video en el que se escucharía a Nicola diciendo que Colunga es gay y del impresionante salario que gana el querido actor de Televisa. Porcella dice que es mentira, que han sacado de contexto sus palabras, pero ya algunos periodistas hablan de que en cualquier momento el peruano ‘caerá enfermo’ o buscarán la forma de desaparecerlo de la telenovela.
Antes estos temas eran tabú, no se tocaban. Ahora vivimos tiempos de apertura y de libertad. En otras épocas, en el verdadero Hollywood, en los tiempos dorados de la meca del cine, los actores no podían darse el lujo de dar a conocer su real sexualidad. Vivían ante el temor de ser relegados y sus carreras destruidas por los grandes estudios. Había mucha homofobia.
El caso más emblemático fue el del gran Rock Hudson. No solo era un rostro de galán, sino que era un gigante que medía 1.95 y que con su tamaño y físico elevaba los suspiros de millones de mujeres que pagaban su entrada para verlo en plan seductor. P
ero su mejor actuación no fue en ‘Gigante’ (1956), sino la que hizo durante toda su vida, haciendo el papel de galán ante el público y sus amistades más cercanas, siendo en realidad homosexual, identidad que mantuvo escondida en lo más recóndito del clóset. Solo salió del armario pocos meses antes de que muriera de sida, en octubre de 1985.
Hudson ha pasado a la historia no solo por ser una mítica estrella de Hollywood, que hasta fue caricaturizado por los entrañables ‘Picapiedra’ en un capítulo donde prestó su voz a su personaje, ‘Rocka Hudson’. También fue la primera estrella del celuloide que demostró lo temible y destructivo que podía ser el padecer la ‘peste rosa’, como llamaban al sida. Nadie olvidará su imagen transformada.
Pasó de ser un hombre robusto a un hombre de rostro famélico, irreconocible, que alertaba y ponía la cara para lanzar un mensaje de advertencia sobre lo contagioso de la enfermedad. El actor tuvo la valentía que no asumió Freddie Mercury seis años después.
Cuando en 1991, ya en su etapa terminal del mal, su hermana y los miembros de Queen le pidieron que grabara un video instando al mundo a la prevención de la maldita enfermedad, este se negó. El libro ‘All That Heaven Allows’ (Solo el cielo lo sabe) es la biografía definitiva de Rock Hudson, cuyo verdadero nombre era Roy Harold Scherer, nacido en Winnetka (Illinois).
El autor, Mark Griffin, reveló aspectos desconocidos sobre el calvario que vivió más allá de sus esfuerzos por ocultar su homosexualidad. Su infancia fue triste porque sufrió el abandono de su padre y la presión de una madre manipuladora y dominante que le creó inseguridades que formaron un carácter débil durante toda su vida.
Para colmo, le tocó un padrastro alcohólico que habría abusado de él. Lee Garlington, uno de sus amantes y a quien Rock en sus últimos días lo calificó como ‘el amor de su vida’, aseguró que terminaron ‘porque él buscaba una figura paterna’. Griffin cuenta que tuvo una aventura con Marilyn Monroe en sus inicios, pero que la rubia lo despachó rápido porque intuyó las inclinaciones de la futura estrella masculina.
Hudson se tuvo que prodigar entre las mujeres como ‘pantalla’, con los hombres por verdadero placer. Pero nunca estaba tranquilo, como sostiene el libro, pues desconfiaba de sus amantes masculinos, algunos siempre dispuestos a dar detalles sobre su inclinación gay a cambio de un cerro de dólares.
El puntillazo final se lo dio su joven pareja, el angurriento Marc Christian, quien lo denunció por diez millones de dólares bajo la acusación de haberlo puesto en riesgo por ocultarle la enfermedad que padecía el actor. Christian consiguió, después de un larguísimo litigio, un acuerdo millonario con los herederos de Hudson. Apago el televisor.
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