Este Búho abre sus ojazos para leer con atención sobre la trágica muerte de Liam Payne, el que fuera músico de One Direction, en un hotel de Buenos Aires. La prensa empezó a contar los detalles previos a su fallecimiento luego de precipitarse desde el tercer piso del hotel. Ahora se sabe que horas antes había contratado los servicios de dos damas de compañía, a través de una conocida app de citas sexuales. Ambos mujeres ya declararon a la Policía y revelaron que consumieron alcohol en esa habitación. Pero esta investigación recién empieza, pues es evidente que el británico estaba intoxicado con varias drogas al momento de su caída.
Payne fue declarado muerto en la escena. Sus heridas eran tan graves que no pudo ser reanimado, según los servicios de emergencia. La autopsia inicial muestra que el joven sufrió 25 heridas y todas las lesiones corresponden a una caída de altura. Todo tiene que investigarse. ¿Estaba solo al momento de caerse? ¿Lo empujaron? Ayer hablaba sobre Gustavo Cerati y se me vienen a la mente otras tragedias en las que estuvieron involucradas figuras del rock.
Recuerdo cuando escuché por primera vez a Nirvana, la emblemática banda estadounidense liderada por Kurt Cobain. La voz del cantante salía del parlante de una radio como un grito desgarrador que estremecía las entrañas. Era ‘Something in the way’, una canción que Cobain escribió sobre sus noches bajo el puente de la calle Young, en su ciudad natal Aberdeen, una pequeña localidad situada en el oeste del estado de Washington, Estados Unidos.
Desde pequeño tuvo que ingeniárselas para conseguir un lugar donde dormir: en la casa de sus amigos, en la sala de espera de los hospitales, en departamentos abandonados. Y cuando no encontraba dónde, se refugiaba bajo aquel puente y se cubría con trozos de cartón. Nunca se supo adaptar a la fama, esa que consiguió cuando lanzaron al mercado uno de los CD más espectaculares que haya oído: ‘Nevermind’ (1991) y del cual se desprende ‘Smells like teen spirit’, considerada una de las mejores canciones de la historia, y que Kurt Cobain llegó a odiar porque tenía que cantarla en cada concierto que ofrecía.
En aquella producción ya se podía percibir claramente el contenido lúgubre, sombrío y deprimente de sus canciones. En ellas volcaba sus emociones, su vida entera. La música era su guarida, su último refugio. Sobre todo después de que sus papás se separaron, cuando él apenas tenía 8 años. Esa edad en que los niños no entienden de divorcios.
Él nunca lo entendió y fue determinante para su vida y para su personalidad. Se hundió en la depresión y, a los pocos años, comenzó a fumar sus primeros ‘porros’ de marihuana. Su carrera musical crecería al mismo ritmo que su adicción. Si la separación de sus padres desvió su vida hacia caminos oscuros, su relación con Courtney Love lo llevaría a la muerte.
Ella fue una cantante, actriz, bailarina exótica y groupie que durante toda su juventud se encargó de perseguir y acosar rockeros. Kurt Cobain se enamoró de ella perdidamente, aunque la relación fue enfermiza y destructiva. Unidos por las drogas, la gran diferencia entre Courtney y Kurt era la ambición. El cantante jamás tuvo interés por el dinero, solía comprar su ropa en tiendas de segunda mano. Mientras que ella despilfarraba la fortuna de su pareja en vicios ya conocidos y en comprar autos de lujo. Muy pronto se casaron y tuvieron una hermosa hija: Frances Bean Cobain, quien en su adultez reveló que no le gustaba la música de su padre.
Durante su embarazo, Courtney hizo una escalofriante revelación que indignó al mundo: “Consumí heroína mientras gestaba”. Muchos de su entorno, hasta su propio padre, dicen que era así: fría, calculadora, ambiciosa y perversa. Por eso no extraña que hasta hoy se especule que estuvo involucrada en la muerte de Kurt Cobain, quien se suicidó de un balazo en la cabeza el 5 de abril de 1994 en su casa de Seattle.
Las especulaciones tienen bases fundadas, pues la escopeta que usó para matarse era tan larga que sus brazos no habrían llegado. Otro motivo fue el hecho de que no encontraron huellas dactilares en el arma, lo que significa que alguien se encargó de borrarlas. Lo curioso fue que a pocas semanas de la muerte de su esposo, Courtney lanzó su grupo musical. Algunos amigos de la pareja comentaron que Kurt Cobain estaba pensando en divorciarse de ella, por lo que le cedería la mitad de su fortuna, pero con su muerte ella se quedó con todo. A sus cortos 27 años Kurt Cobain ya había revolucionado la escena musical. Apago el televisor.
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