Los cinéfilos de todo el mundo nos quedamos conmocionados con la noticia de que el gran Bruce Willis, actor icónico de las últimas décadas, se retira de la actuación al sufrir de ‘afasia’, una enfermedad causada por ‘un daño cerebral que afecta su capacidad de comunicación para hablar, escribir y comprender el lenguaje, tanto verbal como escrito’, se leía en un comunicado de sus familiares, firmado también por su exesposa y madre de tres de sus hijos, la actriz Demi Moore.
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Este columnista ha seleccionado un puñado de películas emblemáticas del actor, nacido en Alemania Occidental y criado en Nueva Jersey, a manera de homenaje.
DURO DE MATAR (1988). Su tercer largometraje lo catapultó al estrellato y le forjó la fama de héroe solitario en el reluciente Nakatomi Plaza de Los Angeles. Allí ingresaría como John McClane, el policía de Nueva York que empezó sus aventuras enfrentándose sin recursos y hasta sin zapatos, en las alturas del edificio hecho de cristal, a una gavilla de terroristas extranjeros comandada por el despreciable Hans (notable Alan Rickman). McClane tiene que rescatar a su esposa, empleada de una gran corporación japonesa.
Tan bueno y trepidante fue el primer filme de John McTiernan, que le siguieron cuatro secuelas, la quinta y última en el 2013, pero ninguna tan buena como la primera. La única película ‘navideña’ que arrojó tantos muertos y heridos. Gracias a ese papel se le abriría una carrera profusa de entretenidos filmes de acción.
EL SEXTO SENTIDO (1999). Una película inolvidable donde las notables actuaciones de Willis como el psicólogo Malcolm Crowe y el niño revelación, Haley Joel Osment en el papel de Cole Sear, se juntaron en una increíble historia del director M. Night Shyamalan.
Bruce sorprendió porque demostró que no solo era un actor de películas de acción con sangre y balas. Se puso en la piel de un psicólogo que buscaba ayudar a un niño que sufría las más aterradoras visiones, pero la verdadera y espeluznante historia la sufriría el calmado médico. De lo mejor de su filmografía.
El Búho sobre Bruce Willis: El cine se pierde a un grande
EL ÚLTIMO BOY SCOUT (1991). El recordado director Tony Scott reflotó su carrera a inicios de la década de los noventas. Cuentan que en el rodaje todo el mundo se metía cuchillos. El productor y Willis contra el director Scott. Bruce no tragaba a su coprotagonista Damon Wayans y el guionista Shane Black tenía que rehacer los diálogos a diario.
El asunto es que, pese a los problemas, la película constituyó una perfecta cinta de acción con la clásica temática de los trabajos más taquilleros de Bruce: un policía retirado que termina de fracasado detective privado, al que la esposa le pone los cuernos con su mejor amigo y su hija adolescente medio punk lo desprecia.
Joe Hallenbeck (Willis) hace una tremenda dupla con Jimmy Dix (Wayans), megaestrella de fútbol americano hundido en el infierno desde que su esposa embarazada murió en un accidente de auto el día que él se jugó el partidazo de su vida. Y para colmo, un grupo de sicarios asesina a su novia. Por eso se unirá a Joe y juntos serán dinamita, y harán el clásico saludo scout de ¡siempre listos! contra la mafia. Diálogos brillantes, socarrones, de humor negro. Después de ‘Duro de matar’, me quedo con esta, del policía humanizado y perdedor redimido.
TIEMPOS VIOLENTOS (1994). La obra maestra de Quentin Tarantino reservó un lugar a Willis que, sin ser protagonista -John Travolta, Uma Thurman y Samuel Jackson se llevan también escenas memorables- realiza una extraordinaria actuación en la piel del desesperado boxeador Butch Coolidge.
Los cinéfilos y cinéfilas dirán que ‘Tiempos violentos’ (Pulp fiction) es la mejor película de la carrera de Bruce. Coolidge (Willis) solo lidera la segunda de las tres historias que entreteje Tarantino en su filme de culto. Butch es un boxeador acabado a quien el mafioso Marsellus Wallace le ordena que se deje ganar. El boxeador solo tiene a su pareja, la devota Fabienne (tierna María de Medeiros), con quien quiere fugar al extranjero después de ganar el combate, cobrar el dinero de las apuestas, a riesgo de perder la vida por desafiar a Wallace.
En el alucinante guion de Tarantino, Willis cargará con ser el ‘antihéroe’ perseguido y sumergido en un submundo tenebroso. Son minutos de intensidad brutal los que nos entrega el personaje. Para los críticos, la mejor actuación de su carrera. El cine se pierde a un grande. Apago el televisor.
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