Este Búho piensa que no hay casualidades en política, ni los corruptos del ‘Club de la Construcción’ se vuelven santos de la noche a la mañana y se iluminaron para cantar como Juan Diego Flórez ante el fiscal Germán Juárez. Y por otro lado, me parece ya una letanía los casos de presuntos actos ilícitos que salen a la luz e involucran al presidente Martín Vizcarra, en los últimos meses de su mandato. El revuelo por la contratación irregular del ‘gelatinoso’ Swing es una pulguita ante las acusaciones de empresarios corruptos que lo jalan a su rebaño con tal de librarse de la cárcel. Pero esta denuncia sí es gravísima, porque el aspirante a ‘colaborador eficaz’ (Numero 10-2018) de la Fiscalía no es una secretaria, un contador o un conserje, sino el mismísimo gerente general de la empresa ‘socia’ del corrupto ‘Club de la Construcción’, ‘Obrainsa’, Edgar Tejeda Moscoso, quien asegura que en el 2014, en su oficina, le pagó en dos armadas un millón de soles de ‘coima’ por su ‘ayudadita’ para la adjudicación de una obra de más de ochenta millones de soles, requerida por el Gobierno Regional de Moquegua, cuyo presidente era don Martín.
Tejeda cantó más alto que Pavarotti, porque estaba prófugo de la justicia y definitivamente el fiscal iba a pedir una fuerte pena para él en enero, cuando acaba la investigación y procede la acusación. Los abogados del empresario prometieron al fiscal ‘una bomba’ en documentos que implicaban al mandatario, si al entregarse no lo mandaban a la cárcel. Atoche casi se cae de espaldas cuando el abogado del gerente, que fuera amigo y socio de Vizcarra en el 2003, cuando el moqueguano era un mediano empresario constructor, entregó facturas de pagos ilícitos, cheques, copias de correos, mensajes de texto que fundamentaban su versión. La semana pasada se entregó y está en un cómodo arresto domiciliario. El jefe de Estado está en serios problemas. La fiscalía está cotejando fechas y aparentemente coinciden.
APARECEN MÁS ‘MUERTOS’ DE VIZCARRA: El presidente se presentó en un programa dominical y parecía confiado, con cara de que ‘el que nada debe, nada teme’ y negó tajantemente todo lo manifestado por el ‘colaborador eficaz’, evitando decir el nombre de su examigo, con el que un día -cuando no era autoridad- hicieron negocios lícitos y hoy pone su cabeza en bandeja a la fiscalía. Sostuvo que él no tuvo nada que ver con esa licitación, porque estaba a cargo de la oficina de las Naciones Unidas para Proyectos (Unops) y no de la región, lo que es cierto. Pero en su contra juega el antecedente de que en muchas regiones, presidentes pilllos le sacaron la vuelta al organismo internacional en el tema de licitaciones. También asegura que no estuvo en Lima en las fechas que, asegura Tejeda, llegó a las oficinas sanisidrinas de Obrainsa. Pero su problema es que las secretarias de la firma han declarado que sí estuvo y se reunió con el gerente general. Jura que no recibió ni un sol. Hasta allí llega su defensa. Solo faltaba que terminara sosteniendo: ‘Bueno, pues, ¿hay un video donde se me ve recibiendo la plata como hacía Montesinos? Si no hay, entonces es su palabra contra la mía’. Sin embargo ese ‘lo niego todo’ ¿le servirá también para defenderse del testimonio de otro empresario del ‘Club de la Corrupción’, perdón, ‘Construcción’, desesperado por acogerse a la ‘colaboración eficaz’, como José Castillo Dibós, de ICCGSA? Este habría ofrecido información sobre una presunta coima de cinco millones de soles al entonces gobernador regional a través del actual ministro de Vivienda, Carlos Estremadoyro, por la construcción del hospital de Moquegua. Obra que fue adjudicada en los últimos días del actual mandatario como autoridad regional.
INVESTIGACIÓN Y NO CIRCO: Las imputaciones que continúa recogiendo la Fiscalía contra el jefe de Estado son gravísimas, pero tienen que ser corroboradas exhaustivamente, con total transparencia y personal capacitado. Para que esta investigación llegue hasta el fondo de la verdad, se necesita que no se haga circo en el Congreso ni se vuelva con la cantaleta de la ‘vacancia’ para mandar al naufragio al país. Además, la indagación está en curso y no se necesitan las nefastas ‘comisiones investigadoras del Congreso’. Seguramente el presidente se pondrá a disposición del fiscal Germán Juárez para defenderse y esclarecer su crítica situación. Decir que ‘esto es una venganza de Odebrecht’ no lo ayuda. Como ciudadano, este columnista siente profunda desazón al comprobar que cuatro presidentes ‘al hilo’ están salpicados de corrupción y Vizcarra parece hacer méritos para integrar ese nefasto club. No sé por qué esta situación me recuerda el dicho ‘cuando el río suena...’. Apago el televisor.