A este Búho le parece increíble que hayan pasado 37 años de la tragedia del Fokker, el avión que se estrelló en el mar de Ventanilla con el primer equipo de Alianza Lima aquel lejano 8 de diciembre de 1987. Ese fatídico día perdimos a una gran generación de talentosos que pudieron ayudar a evitar la crisis en que se fue sumiendo nuestro fútbol hasta hoy en que damos pena.
Ese día, los íntimos habían derrotado al Deportivo Pucallpa, en su misma ciudad por 1-0 con gol de ‘Pachito’ Bustamante, y se habían convertido en líderes del Descentralizado. Los dirigentes fletaron un vuelo chárter para el viaje de ida y vuelta, y les tocó el Fokker F-27, de la Marina de Guerra, piloteado por el teniente Edilberto Villar Molina.
Lo que pasó en ese viaje no se sabe con exactitud, pero al promediar las 8 de la noche la nave sobrevolaba el mar de Ventanilla, a unos cuantos kilómetros de su destino, el aeropuerto Jorge Chávez, cuando cayó. De los 44 ocupantes, murieron 43. Solo se salvó el piloto. Dieciséis eran jugadores, seis del comando técnico, cuatro auxiliares, ocho barristas, tres árbitros y seis tripulantes.
Hasta hoy, 37 años después, es una espina clavada en el alma de los peruanos. Por eso hubo bastante expectativa ante el estreno hace años de ‘F-27′, la película nacional basada en estos hechos tan dolorosos. Causó polémica, pues algunos familiares expresaron puntos de vista a favor y en contra de dicha cinta. Pero en el 87, apenas se supo de la tragedia, comenzaron a surgir las más variadas leyendas urbanas que intentaban explicar las causas del accidente.
La explicación oficial de la caída fue ‘error humano’. Por supuesto, muchos no la creyeron. Entre las versiones que circulaban por esos años estaba la de que el avión traía droga de la selva y por ese motivo fue derribado por los mismos marinos. También que a los jugadores los secuestraron, que balearon a los que se resistieron, a los militares y por eso sus cuerpos no aparecieron.
Se decía que el mismo Marcos Calderón había sido acribillado de varios balazos y hasta que el goleador Alfredo Tomasini, el único blanquito del equipo, estaba con vida, pues su cuerpo nunca apareció, así como los de ‘Pachito’ Bustamante, el ‘Potrillo’ Escobar, José Mendoza y William León.
Otra versión extraña es que el piloto Edilberto Villar se había quedado en Pucallpa, donde asistió a una reunión social, y que fue visto por varias personas. Así, la nave fue manejada por el inexperto copiloto. La misma versión señala que, conocida la tragedia, y para evitar el escándalo, la Marina fue a traer de inmediato a Villar. Por eso era el único que había resultado ileso.
La supervivencia de Tomasini fue creída por mucha gente y fue alimentada por la versión del piloto Edilberto Villar, quien contó que el atacante flotó junto a él durante algunas horas aferrado a una de las alas del avión, pero con una pierna fracturada lo abandonaron las fuerzas y fue tragado por el mar. A Tomasini muchos ‘lo vieron’ después en alguna cantina de Huacho, en España y hasta en Japón. Los más fantasiosos decían que debido al accidente había perdido la memoria y deambulaba en el norte de nuestro país. Hasta llamaron a su casa para atormentar a su familia diciendo que estaba en Los Ángeles, donde había sido secuestrado.
El informe de la Marina
El informe de la Marina establece que la noche del accidente, cuando se alistaban para el aterrizaje, el panel de mando del Fokker decía que el tren de aterrizaje no había bajado. Esto obligó a Villar a pasar ante la torre de control del aeropuerto para obtener la confirmación visual. Después intentó dar una segunda vuelta para confirmar y fue cuando le dio el mando al copiloto. Villar quería leer un manual de procedimientos que estaba en inglés y que él no dominaba. En medio de la oscuridad, no se dieron cuenta de que perdían altura, hasta que un ala se partió al tocar el mar y todo se acabó.
Esa noche Perú perdió a una generación de verdaderos cracks. Este Búho había visto, solo un año antes, al más jovencito de esos ‘Potrillos’, Braulio Tejada, sí, el hermano de la exvoleibolista Jessica Tejada, jugar un encuentro del campeonato interescolar. Él tenía 16 años y estaba en el histórico colegio nacional Nuestra Señora de Guadalupe, que enfrentó a una conocida unidad escolar de San Martín de Porres en el estadio San Martín, hoy en uso de Sporting Cristal. Tejada hizo magia esa mañana ante rivales evidentemente de mayores de edad ¡¡que tenían barba!! A todos los presentes nos quedó claro ese día que llegaría muy lejos. Lamentablemente, a él y a todos los ocupantes del Fokker la muerte se les cruzó en el camino. Descansen en paz. Apago el televisor.
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