La minería ilegal no solamente está destruyendo aéreas selváticas, sino que también está contaminando tierras y ríos de los que dependen los pueblos indígenas.
La minería ilegal no solamente está destruyendo aéreas selváticas, sino que también está contaminando tierras y ríos de los que dependen los pueblos indígenas.

Este Búho ve con indignación cómo los congresistas legislan en favor de oscuros intereses y no pensando en lo mejor para el Perú, como es su obligación. Lo último que acaban de hacer es, a través de la Comisión de Energía y Minas, aprobar la ampliación hasta diciembre de 2027 del Registro Integral de Formalización Minera, el famoso Reinfo, un padrón del Ministerio de Energía y Minas que permite a mineros informales seguir operando, amparados por la ley, mientras se formalizan.

El problema es que miles han tenido varios años para poner su situación en regla y no lo han hecho porque no les conviene. Pero lo realmente grave es que, en la práctica, esto beneficia a poderosas y sanguinarias organizaciones criminales de mineros ilegales que se hacen pasar por ‘pobres’ mineros artesanales. Esas organizaciones depredan la naturaleza, protagonizan masacres de trabajadores como las perpetradas en Pataz, invaden minas formales a sangre y fuego, dinamitan a sus enemigos, fomentan la prostitución infantil, violan todos los derechos laborales y explotan en condiciones infrahumanas a niños y adultos, y evaden impuestos multimillonarios al Estado.

(Fotos: Cesar Bueno @photo.gec)
(Fotos: Cesar Bueno @photo.gec)

Para darse cuenta del tremendo daño que causan a la naturaleza solo basta ver la terrible destrucción que han perpetrado en la zona de amortiguamiento de la Reserva Nacional de Tambopata, en Madre de Dios, donde miles de hectáreas han quedado igual que la superficie de Marte o como un campo de batalla bombardeado sin misericordia, árido y sin vida. Es difícil creer que allí hubo hasta hace poco bosques milenarios con innumerables especies animales. Nada de esto convenció a los legisladores de que era importante que voten en contra de la prórroga. El parlamentario Víctor Cutipa, de Juntos por el Perú, quien preside el grupo de trabajo que aprobó la ampliación del Reinfo, siempre se mostró bastante solícito y apresurado para que se dé el visto bueno. En la avenida Abancay, frente al Parlamento, cientos de mineros hacían presión desde hace días.

Esta ampliación deberá ser debatida y votada finalmente en el Pleno del Congreso, donde mucho me temo que la aprobarán por diferentes motivos, entre ellos por un irresponsable y dañino cálculo electoral, pues nos acercamos a las elecciones. Así que luego pasará al Ejecutivo para que el presidente José Jerí la apruebe o rechace. Pero el premier Ernesto Álvarez señaló que aún no han tomado una posición sobre el tema, lo que es más preocupante.

Pero la minería ilegal en el Perú no es nueva, aunque en los últimos años se ha expandido de manera vertiginosa, siendo la actividad ilegal más lucrativa, pues mueve unos 12 mil millones de dólares al año, mucho más que el narcotráfico. Solo un gramo oro cuesta en promedio unos 320 soles y si es de mayor pureza ronda los 450 soles.

Con tanto dinero en manos de organizaciones criminales es lógico pensar que van a destinar una buena parte para corromper autoridades en todos los niveles, desde las más humildes hasta los que tienen más poder. En el Congreso es obvio que ciertos parlamentarios se baten con todo para favorecerlos. Y también está claro que las campañas políticas de varios candidatos para las elecciones del 2026 están siendo financiadas por narcotraficantes y mineros ilegales con dinero manchado de sangre.

Esa ayuda no es gratuita, pues si salen elegidos lucharán para favorecer sus actividades ilícitas. Por si alguien aún tiene dudas de la magnitud de lo que está en juego, la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) informó que en el Perú, desde enero del 2015 a setiembre de este 2025, o sea, en diez años, la minería ilegal habría lavado unos 22 mil 800 millones de dólares. Solo así se entiende por qué estos hampones cometen las terribles matanzas de mineros y vigilantes en los socavones de Pataz.

Las bandas criminales están en guerra por las fortunas que hay en juego y que no están dispuestas a ceder. Corresponde al presidente José Jerí asumir una posición de principios. Apago el televisor.

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