Este Búho se sorprende con la llegada a sus manos de un libro que promete darle frescura al monocorde panorama literario local. Se trata de la novela ‘La Generación Equivocada’ (2022), de Renzo Pariasca Mendoza o, como se hace llamar, simplemente Pariasca. Al leer sus intensas, entretenidas y a veces conmovedoras páginas, uno se halla con un narrador de 25 años que pese a presentarnos su ‘ópera prima’, nos sorprende con la madurez que expone con fuerza y convicción sus reflexiones y su visión de la vida, su papel en la sociedad, en el mundo.

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Hijo de migrantes de la sierra de Lima, su papá, canillita en Miraflores, y su madre ama de casa que trabajaba ‘cama adentro’ en distintas residencias pudientes, donde él desde muy niño los acompañaría a ambos. Esto a él lo ‘inspiraría’, como también el dolor que le produciría las primeras desilusiones, como la separación de sus padres cuando era un niño.

Y con esa sensibilidad, propia de los que llevan un alma de poeta, escribirá: “Aunque debo confesar que mis padres estuvieron 7 años juntos por piedad a mí, eso siempre retumbaría en mis oídos. Sobre todo, mi madre, a la que le fue imposible en los primeros años desprenderme del brillo oriundo de felicidad en mis ojos, cuando nos sentábamos cada mañana, tarde, o noche a comer juntos en la mesa.

De igual manera, lo que también los mantuvo juntos por esos siete años fue el barómetro de la costumbre y el temor que aqueja a todo hombre huérfano de esperanzas y amor: la soledad. Fue el tiempo suficiente que ambos pudieron aguantar. (...). Y así se desplomaría mi casita de cartón y yo no podía hacer nada más que llorar en silencio. Quedarían los restos de una familia en vidrios molidos resplandecientes en mi memoria cayendo con las primeras palmeras de un verano de lágrimas por el amor más transparente, el amor de madre y padre, que se perdía para siempre en el río de la vida”.

Su ‘alter ego’ es Manuel Esponja, un ser de ‘híbridas sangres’ y experiencias, que ya desde muy chico protagonizaba en las calles o barrios ‘picantes’, donde muchas veces las drogas y la delincuencia prohíben soñar, o, como él dice, ‘donde las cámaras de Dios nunca llegan’ -como el Cerro San Cristóbal o los ‘llonjas’ miraflorinos maleadas de Enrique Palacios- o de distritos como Los Olivos y San Martín.

Horas perdidas en los violentos colegios nacionales donde estudió, combinándolas con su ‘chambita’ ayudando a su viejo como canillita en madrugadas de inviernos desoladores. Tomando y formando poco a poco, como quien recoge los pedazos que formarán su rostro literario, su propia voz.

“La novela se presentará este miércoles en la tarde, en La Feria del Libro Internacional de Lima”

Para luego encaminarse con su generación, a la que se le ha llamado ‘La Generación Equivocada’ -rótulo que lo tomaría para el título de su obra- y relatar pasajes y lugares donde los jóvenes ‘callejeros’ y las culturas urbanas se formaban, además de Quilca y los ‘intelectuales’, o los sitios donde la droga se encontraba regada, hacia incluso menores de edad. Toda una geografía detallada e intensa de esta capital que ya es de ‘todas las sangres’. Y así retratar el levantamiento que años atrás se produciría con el derrumbamiento del efímero gobierno de Manuel Merino de Lama. Y como todo joven, retrata el amor por su amada ‘Adela’, con la cual viviría una odisea de pasión, como la de Ulises de regreso a Ítaca por su amada Penélope.

Al punto que él dejaría de lado sus estudios de Literatura en la Universidad de Buenos Aires (UBA) y se encaminaría con una mochila en la espalda, atravesando la cordillera de los Andes y endeudándose con medio mundo, para llegar hacia un pueblito ubicado entre las montañas limítrofes de la Ciudadela Inca y Abancay, Curahuasi, donde vivirían un tiempo por esas raras y enternecedoras locuras que la juventud puede otorgar, para luego ir a parar a Lima, antes de la pandemia, y posteriormente terminar llegando al país del tango o, como diría la canción del siempre recordado Gustavo Cerati, a ‘La ciudad de la furia’, Argentina, a vivir a pocas cuadritas de la cancha de su River Plate querido, dejando en Perú a su entrañable Unión Huaral.

Pero el amor acabó como acaba todo. Solo, triste y abandonado, se refugia en sus indescriptibles amigotes que se hacen llamar: ‘Los Niños Fantasmagóricos’. Una pandilla nacida en el mismo seno del Centro de Lima, llegados de todos los distritos, cerros y conos, y que entre tragos de moda para la juventud, como el ‘Fourloko’, hasta aquellos de dudosa procedencia, que siempre se puede encontrar en el centro, el temible ‘Rebelde’, los acompañarían en esas épocas que parecen tan lejanas hoy, pero están a la vuelta de la esquina.

Otro punto interesante es la dinámica musical que atraviesa como flujo de escenas a esta obra, como ‘soundtracks’ que aparecen en momentos exactos, y de todos los géneros como el rock, jazz, trova, cumbias, chicha, huaynos y salsas, como un estilo de película literaria. Como no podía ser de otra manera, la novela se presentará este miércoles en la tarde, en La Feria del Libro Internacional de Lima, en el auditorio Clorinda Matto de Turner. Allí comprobaremos que Pariasca existe y no es solo un seudónimo. Ya es una realidad. Apago el televisor.

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Feria Internacional del Libro de Lima se realizará del 22 de julio hasta el 7 de agosto
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