Dina Boluarte . (Foto: Alessandro Currarino / @photo.gec)
Dina Boluarte . (Foto: Alessandro Currarino / @photo.gec)

Este Búho es un convencido de que, dentro del amplio y sanguinario espectro de la criminalidad en el país, los malditos extorsionadores son los enemigos públicos número uno. Son ellos los que están desatando y en muchas zonas del país. El tema es muy complejo y lo más triste es que tenemos un gobierno de Dina Boluarte incompetente, incapaz y temeroso, que no reacciona ante lo grave del avance de la criminalidad.

¿Por qué la presidenta no convoca de urgencia al Consejo Nacional de Seguridad Ciudadana para tomar medidas urgentes con el apoyo de las Fuerzas Armadas? El Estado no protege a los pobladores. Miserables sicarios en moto asesinan sin piedad a humildes choferes y las coordinaciones salen de los penales de Ancón, tal como lo demostró el domingo un buen reportaje de ‘Cuarto poder’.

Un reo condenado a cadena perpetua exige que le pongan señal de Internet y tenía una lista de restaurantes, clínicas, bodegas y otros negocios. ¿Ya se bloqueó la señal en los penales? Si el Gobierno no decide combatir con inteligencia policial y mano dura a todo nivel a la delincuencia, nos vamos a arrepentir. Puede llegar el momento en que las mafias criminales nos dominen por completo.

Si estos extorsionadores ya no respetan a nadie y son tan malditos que ponen bombas en colegios en pleno horario escolar y disparan a buses llenos de pasajeros, son capaces de todo. Este delito es terrorismo. ¿Qué está haciendo este Congreso lleno de ‘mochasueldos’ para impulsar leyes drásticas para este tipo de delitos? Aprendan del salvadoreño Nayib Bukele, quien continúa con su ‘lucha a muerte’ contra las sanguinarias pandillas ‘Mara Salvatrucha’ (M 13) y ‘Barrio 18′. Bukele inauguró la cárcel más grande de América con el traslado de dos mil pandilleros al inmenso Centro de Confinamiento del Terrorismo, con capacidad para cuarenta mil presos exclusivamente pandilleros.

El video del traslado que presentó el gobierno fue impresionante. Los presos de la ‘M 13′ solo en shorts blancos, rapados y con sus impresionantes tatuajes en el cuerpo y rostro, fueron colocados en un inmenso patio para luego ser trasladados enmarrocados en fila india a la nueva prisión.

La cárcel que necesita el Perú en estos momentos

“Antes en las cárceles tenían celulares, televisión, drogas e ingresaban mujeres. Ahora no tendrán nada de eso, van a venir a pagar sus crímenes, no a disfrutar”, comentó el mandatario. El Centro de Confinamiento del Terrorismo es una cárcel que necesita el Perú en estos momentos. El Salvador era un infierno y todo cambió cuando llegó en el 2019 el polémico Bukele, con sus 37 años, el presidente más joven de la historia de su país. Declaró la guerra a las pandillas y metió a la cárcel a 64 mil de ellos.

Lógicamente, los índices de criminalidad bajaron. De 103 homicidios por cien mil habitantes en el 2015 a 10 por cien mil habitantes en el 2022. El cambio en la sociedad ha sido impresionante y eso se refleja en los altísimos índices de popularidad del mandatario en la mayoría de la población, que quería ver a las pandillas expectoradas de la sociedad.

‘El Salvador ha logrado pasar de ser el país más inseguro del mundo al país más seguro de América’, escribió el presidente al presentar el centro en Twitter. “¿Cómo lo logramos? Metiendo a los criminales en la cárcel. ¿Hay espacio? Ahora sí. ¿Podrán dar órdenes desde adentro? No. ¿Podrán escapar? No. Esta será su nueva casa donde estarán por décadas, mezclados sin hacerles más daño a la población. Una obra de sentido común”, afirmó.

Controvertido, polémico, se puede discrepar en muchos puntos con Bukele, pero no de su manera en la que enfrenta a un ejército terrorista y demencial como las pandillas salvadoreñas. Más bien en el Perú, donde la criminalidad llega a niveles espantosos, ya es hora de tomar decisiones drásticas. A todos esos que atacan buses con pasajeros y ponen bombas en colegios, por ejemplo, los deberían encerrar en un penal como el diseñado por Bukele. Basta de cárceles doradas. Acá se necesita un Bukele. Apago el televisor.

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