Este Búho se enteró hace unos días que había muerto Ennio Morricone. Y entrecerrando los ojos me vino una revelación e ingresaron a mis oídos, directamente a mi cerebro y a mi corazón, aquellas extraordinarias melodías de las colosales bandas sonoras compuestas por el músico italiano. Producciones imperecederas, muchas de ellas que pasaron a la posteridad, en gran parte, gracias a la música de este ícono del cine, quien murió a los 91 años. El romano, a pesar de haber recibido un Oscar honorífico en el 2007 y otro trofeo de Hollywood en el 2016 por la música de la película de Quentin Tarantino ‘Los ocho más odiados’, era un hombre extremadamente sencillo y afirmaba en entrevistas: ‘Mi estilo es siempre el de la película. Trabajo para un director, no para mí’. El maestro se fue de este mundo con 500 bandas sonoras en su haber. Incluyendo también el recordado himno del Campeonato Mundial de Argentina 1978, considerado el más hermoso en la historia de los mundiales. Pero su paso por la historia del cine estará ligado a su amigo de infancia, el director Sergio Leone (1929-1989), con quien trabajó codo a codo en recordadas cintas de vaqueros. Ingresemos al túnel del tiempo.
LOS ‘SPAGUETTI WESTERNS’: El compositor acompañó al recordado director en filmes legendarios como ‘Por un puñado de dólares’ (1964), ‘Por unos dólares más’ (1965) y ‘Érase una vez en el oeste’ (1968), pero ninguno como el inolvidable ‘Lo bueno, lo malo y lo feo’ (1966). Esa película marcó a una generación. Con presupuestos reducidos, un director italiano como Leone contrataba a actores norteamericanos para relanzar, en la vieja Europa, el género western que en los años 40 y 50 impulsara a la fama a John Wayne y que ya caía en desgracia. Parecía una locura, pero encontró en Almería (España) una locación muy parecida a Texas y hacia allá enrumbaron los actores Clint Eastwood (el bueno), Lee Van Cleef (el malo) Y Eli Wallach (el feo). Pero lo que los espectadores, pese a que pasaron muchos lustros, seguimos recordando es la banda sonora compuesta por el romano. Los adolescentes salíamos del cine y juntábamos nuestras manos para transformarlas en ese instrumento de viento característico en sus composiciones –recordemos que a los cuatro años tocaba la trompeta y a los ocho compuso su primer tema– e imitábamos la música del momento en que Clint Eastwood, con su poncho, ingresaba al pueblo con su revolver justiciero.
’CINEMA PARADISO’ (1988): Este filme de Guiseppe Tornatore no sería lo que fue sin la música del maestro. Recuerdo que lo vi en el cine con Anita, mi enamoradita de San Marcos, que en algún momento lloraba sin que tuviera un pañuelo para secarle las lágrimas. Hay escenas tan emotivas que, por efecto de la música, había que ser de piedra para no llorar, por la conmovedora historia de ‘Toto’, el niñito enamorado de las películas que pasaba el tío ‘Alfredo’ en el cine de su Sicilia pueblerina. Ese tierno y estremecedor homenaje al celuloide fue acompañado de la sublime y celestial poesía musical del genio. Por algo ganó el Oscar a la mejor película extranjera en 1990. Y el premio Bafta a la mejor banda sonora.
‘ÉRASE UNA VEZ EN AMÉRICA’ (1984): Sergio Leone le brinda al mundo la que sería su última película, su testamento cinematográfico, una verdadera obra maestra que duraba ¡¡cuatro horas!! No solo era una película épica de mafiosos, era un canto a la amistad, la ambición y traición en la historia de cuatro niños judíos que se convierten en gánsters. Pero lo que hará a esa película eterna será su banda sonora, considerada ahora, cuando el filme es de culto, como una de las mejores de la historia del cine. Hay un tema característico en la trayectoria del músico, ese instrumento de viento melancólico y lánguido que acompaña a los torturados personajes de Leone y que comprendía muy bién Ennio. Como en los alucinantes viajes de opio -en el barrio chino- de ‘Noodles’, interpretado por un inigualable Robert de Niro, secundado con propiedad por James Woods, Elizabeth McGovern y Joe Pesci. Ennio no murió, lo sobrevivirán sus magistrales composiciones.
Apago el televisor.