Este Búho no se come cuentos. Lo dije desde la campaña presidencial: el plan cerronista era un disparo a la cabeza para nuestro país. Hoy ya no endulzan sus discursos con frases populistas como ‘no más pobres en un país rico’. Desde el Gobierno, se han propuesto impulsar un referéndum para una Asamblea Constituyente y así atornillarse al poder, como sucede en países cercanos como Cuba, Venezuela y Nicaragua.
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El cerebro carcomido por ideologías extremistas de Vladimir Cerrón tiene la misma línea que Nicolás Maduro o Daniel Ortega. El modus operandi de estos sátrapas es copar el aparato estatal de tal manera que puedan mover sus hilos con impunidad.
Por eso, el dueño de Perú Libre, Vladimir Cerrón, dijo suelto de huesos: “Para tener el poder hay que tener el control del Ejército, de la Policía, el control del cuerpo de magistrados, el control de la burocracia estatal y el control del clero”.
Es una empresa que el nefasto ‘Doctor Anemia’ conoce mejor que nadie en este país, pues durante sus periodos como gobernador regional de Junín aplicó con milimétrica perfección el enquistamiento de aliados en diversos puntos claves de su administración.
LOS DINÁMICOS DEL CENTRO
‘Los Dinámicos del Centro’, una mafia que controlaba la emisión y revalidación de brevetes en Junín, es un claro ejemplo de lo que escribo. Cerrón llenó de ‘lapicitos’ la dirección regional de transportes de Junín, desde donde una red criminal abusaba de su cargo y cobraba coimas a humildes choferes.
Según la tesis fiscal, ese dinero habría servido para financiar la campaña del profesor Pedro Castillo. Cuando viajé a Huancayo para conocer de primera mano las gestiones de Cerrón supe también que para él operaban siniestros personajes que se encargaban del trabajo sucio, como amedrentar a las voces discrepantes.
Es el caso de un colega que durante meses venía denunciando actos de corrupción en el gobierno regional y un día fue secuestrado y lanzado al río Mantaro. ‘Off the record’ me dijo: “¿Quién más pudo ser, sino la gente de Cerrón?”.
A otro periodista valiente le dejaron un perro muerto en la puerta de su casa. Las denuncias nunca prosperaron, pero las sospechas apuntaban a un mismo autor: el gobernador.
Hace algunos meses, conversando con Leopoldo López, un activista venezolano que durante años se enfrenta al régimen chavista, me pintó lo que ocurriría si Pedro Castillo llegaba al poder.
“El mismo modelo que llaman (en Venezuela): el socialismo del siglo XXI, que plantea la regulación de precios, que plantea la división social en todos los ámbitos, que hace política desde el resentimiento, el odio, la confrontación, que le hace apología a la violencia, al terrorismo, a grupos de choque. Todo eso que busca cercenar la libertad de expresión, ir asfixiando una a una las distintas libertades que tenemos consagradas en la Constitución… Si eso llega a ocurrir en el Perú, pues los resultados van a ser los mismos”, me dijo entonces.
Fue un presagio que se ha hecho realidad en nuestro país. ¿Y cómo endulzó el chavismo a los venezolanos? Según Leopoldo López: “Se creó una ilusión de que las cosas podían cambiar simplemente cambiando a los actores y la Constitución. La gran oferta era hacer una nueva Constitución. Y muchas personas pensaron que, con solo hacer una nueva Constitución, por arte de magia, el país iba a cambiar”.
VENEZUELA CAMBIÓ HACIA LA DESGRACIA
Y realmente Venezuela cambió, pero cambió hacia la desgracia. La crisis política y económica ha hecho que más de cinco millones de llaneros salgan de su país huyendo de la miseria, el hambre, la dictadura y la sanguinaria delincuencia común.
Fue el caso de Gabriel Costanzo, un reconocido abogado y exjuez para el Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela, quien llegó a Perú a trabajar de operario de limpieza.
“Todos los poderes públicos fueron secuestrados. Entonces, la oposición siempre estará criminalizada, siempre será un delito disentir”, me confesó.
Este es un Gobierno con un plan siniestro, encabezado por un recalcitrante comunista -condenado por corrupción-, Vladimir Cerrón, y apañado por un incapaz y sombrío profesor, Pedro Castillo.
Buscan instaurar en el país un modelo que solo ha llevado miseria y destrucción del Estado. En el Perú no debemos ceder un paso a estos propósitos afiebrados. Apago el televisor.