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El gran Pocho Rospigliosi y los programas en YouTube

Alfonso ‘Pocho’ Rospigliosi fue comentarista deportivo, transmitía los partidos en radio Ovación y los sábados conducía durante nueve horas el programa ‘Gigante deportivo’
El gran Carlos Alfonso Rospigliosi Rivarola. (@gec)

Este Búho, como buen periodista, está muy atento a las redes sociales y a la impresionante cantidad de programas que ahora están en el espacio. Hace unos días vi un ranking de Data Tube, que registra los programas más vistos, y me sorprendió que entre los diez primeros figure uno de deportes. ¡Cómo han cambiado los tiempos! La gente ahora se informa de múltiples formas, las tradicionales y otras más modernas.

Quién diría que una de las razones de que este columnista se hiciera periodista la tuvo el gran Alfonso ‘Pocho’ Rospigliosi, quien fue un hombre de prensa que marcó época en el Perú. Fue comentarista deportivo de prensa escrita, transmitía los partidos en radio Ovación y los sábados conducía durante nueve horas el programa ‘Gigante deportivo’ en Panamericana.

‘Pocho’ realizaba entrevistas a deportistas, presentaba videos inéditos de los goles de los pocos futbolistas peruanos que militaban en el extranjero, como Teófilo Cubillas; a las estrellas de la música que llegaban de pronto a Lima, como un mocoso con el pelo en la cara, Luis Miguel, a quien le hizo una entrevista de antología.

También Oscar D’León o Dámaso Pérez Prado, por mencionar a algunos, y hasta al rey Pelé lo persuadió para que colaborara como columnista de su revista Ovación, la publicación referente del fútbol peruano que nació con la portada del ‘Cholo’ Hugo Sotil, autor de los dos goles con que Perú venció a Chile en Lima en el primer partido de la Eliminatoria mundialista para Alemania 1974.

En la radio tenía un programa llamado ‘3 en Ovación’, en el que colocaba tres ‘joyas’ de tres artistas internacionales famosos, sacadas de su fastuosa discoteca personal, pues en los múltiples viajes por el mundo ‘Pocho’ gastaba su dinero en dos cosas.

Contrariamente a sus colegas que evaporaban sus viáticos y sus noches en locales llenos de humo con lucecitas rojas y chicas traviesas y abundante licor, Rospigliosi no tomaba y se iba a las tiendas de discos a comprar cajas de vinilos, y luego a los mejores restaurantes a comer empanadas y otras delicias, y a los teatros de variedades en México y Argentina donde se presentaban los principales actores y estrellas de la televisión de ambos países.

Ovación fue, quizá, el último gran programa deportivo de la radio peruana y ‘Pocho’ logró ingresar con éxito a la televisión a color con su equipo íntegro de periodistas radiales. El arrugado experto en básquet ‘Koko’ Cárdenas, el maestro del automóvil y vóley, Lucho Izusqui Tataje, el ‘chino’ Alberto Chung o el pelucón Lucho Valdez Reluz.

Rospigliosi fue quizá el primero o uno de los primeros en el Perú en fusionar el periodismo con los negocios, pues rompió el antiguo acuerdo ético no escrito que estipulaba que la información y la publicidad podían ir juntas pero no revueltas. Cuando contrataba la transmisión de partidos vendía al mejor postor los goles, penales, tiros libres, laterales y todo lo que podía.

Cada evento en mención tenía un mensaje del auspiciador de turno e involucraba también a los deportistas más conocidos en sus comerciales. Un tiro libre: ‘¡Pollos y parrilladas Hilton, qué placer! ¡Donde se hace deporte, allí está Ovación!’.

Al terminar una entrevista en ‘planta chata’ siempre decía: “Chocherita Sandoval, pregúntale cuál es la pila, cuál es la pila” y el deportista debía contestar diligentemente: “Rayovac es la pila”.

‘Pocho’ era el rey indiscutido del periodismo deportivo. Además de su profesionalismo y dedicación extrema al trabajo, siempre lo recordaremos por sus frases inmortales como: ‘Ya vienen los goles de Cubillas’.

La historia fue la siguiente: Resulta que una vez ‘Pocho’ dijo al inicio de su programa: “Dentro de un rato tenemos los goles de Cubillas”. Se refería a un video de los goles que había hecho Teófilo en su equipo, el Fort Lauderdale Strickers de Estados Unidos. El video lo tenía un amigo que supuestamente iba a bajar del avión y llevarlo corriendo al canal. Pero los minutos pasaban, el video no llegaba, y antes de cada comercial ‘Pocho’ decía: ‘Tras los comerciales llegan los goles de Cubillas’, ‘ya llegan los goles de Cubillas’, ‘ahora sí, ¡los goles de Cubillas!’. Al final pasaron las horas y el video nunca llegó, pero la frase quedó marcada en el habla popular. Se le extraña al gran ‘Pocho’. Apago el televisor.

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