
Este Búho ve el panorama político más movido que Kike Suero después de ver a la selección ante Uruguay tomando una damajuana de la trepadora cachina chinchana. Por eso, agarro mi ‘Espada del augurio’ de ‘Los Thundercats’, para que me permita ver ‘más allá de lo evidente’ y así poder dar mis ‘Picotitos’, bien picantes, como exigen mis lectores.
CASTILLO DIO EL GOLPE. Veo en redes a gente cegada por ideologías, odios y resentimientos, que con ánimo ruin y mentiroso trastoca la realidad y repite hasta el cansancio que a Pedro Castillo le dieron un golpe de Estado. Falsedad que la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, repite sin ningún sonrojo. No les importa que millones de personas hayan visto al chotano en vivo y en directo, y por televisión nacional, dar un golpe de Estado en el que ordenaba el cierre del Congreso y tomar el Poder Judicial, el Ministerio Público, la Junta Nacional de Justicia y el Tribunal Constitucional. Afirman sandeces como ‘lo drogaron’, ‘lo amenazaron’, ‘no fue él, fue la inteligencia artificial’, ‘solo leyó un papel’ y otras para limpiarlo. Castillo dio un golpe de Estado, que felizmente fracasó porque las Fuerzas Armadas no le hicieron caso.
BORRACHA DE PODER. El Tribunal Constitucional ordenó la liberación de Betssy Chávez no porque sea inocente, sino porque la Fiscalía pidió fuera del tiempo la ampliación de su prisión preventiva. Un tecnicismo. Una leguleyada. Pero las imágenes de televisión previas al mensaje a la Nación de Castillo la muestran como la articuladora del golpe de Estado. Hay tantas pruebas en su contra que lo más seguro es que sea condenada. Ella lo sabe, por lo que en libertad podría solicitar asilo en México, el refugio de moda de los criminales de izquierda, donde la recibirían con los brazos abiertos. Chávez diría que es una perseguida política. Parecen lejanos los días en que, instalada en el poder, se mostraba soberbia, daba trabajo a los amigos de su novio tacneño, a su pareja y familiares. Estaba endemoniada y borracha de poder. Polarizaba y dividía al país junto a Aníbal Torres, sí, el viejito que amenazaba con ‘ríos de sangre’.
SUELTAN AL LAGARTO. Como en el caso de Chávez Chino, la liberación de Martín Vizcarra no es porque sea inocente. El Poder Judicial solo dictaminó que su excarcelación es porque el juez que le dio prisión preventiva se excedió en sus funciones. Pero son tantas las pruebas en su contra, que recibió millonarias coimas cuando era gobernador regional de Moquegua, que parece que de todas maneras será condenado a prisión. Acá no interesa si es popular o no. Solo importa si cometió un delito. Su abogado ha asegurado que de ninguna manera se escapará ni pedirá asilo en algún país. El Comercio informó esta semana que mientras estuvo preso, su juicio avanzó a buen paso, muy diferente de cuando estaba libre, pues su proceso caminaba lento como una tortuga.
EL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL. Este organismo deja más dudas sobre su accionar con la orden de liberar a Betssy Chávez. Hay que ponerle bastante atención a dicho Tribunal cuyos integrantes fueron elegidos por el fujimorismo, el acuñismo y Perú Libre de Vladimir Cerrón. Qué tal sancochado. Cualquier cosa se puede esperar. Vengo escuchando cada vez con mayor insistencia que el objetivo sería eliminar el ‘caso Cócteles’, lo que obviamente beneficiará a Keiko Fujimori y al fujimorismo de cara a las elecciones. Por eso, se afirma que dar libertad a Betssy Chávez fue una ‘lavada de cara’ anticipada, antes de fallar sobre los ‘Cócteles’. Así, dirán que este Tribunal actúa con imparcialidad.
SÁBANA ELECTORAL. Faltan solo ocho meses para ir a las urnas a elegir al nuevo presidente, senadores y diputados. Serán meses intensos en los que debemos estar atentos con lo que hagan el Congreso y el Ejecutivo. La cédula de sufragio es una sábana extensa que causará desconcierto en muchos peruanos, los terminará confundiendo y votarán por cualquiera. Parece que ese es el objetivo de ciertas autoridades electorales: crear caos, aturdimiento en los electores. Cuidado que esta tómbola favorece a los aventureros, a los ladrones, a los ignorantes y radicales. Ya hemos visto que en el Perú cualquier torpe puede terminar sentado en el sillón de Pizarro. No vayamos a tener en Palacio a uno peor que Castillo, quien estuvo a punto de hundirnos. Apago el televisor.








