Este Búho ve el panorama político más movido que Kike Suero brindando el fin de semana largo con una damajuana de la trepadora cachina chinchana. Por eso, agarro mi ‘espada del augurio’ de ‘Los Thundercats’ para que me permita ver ‘más allá de lo evidente’ y así poder dar mis acostumbrados ‘Picotitos’, bien rabiosos.
CASTILLO Y SU GOLPE. El último sábado se cumplieron dos años del fallido golpe de Estado perpetrado por Pedro Castillo, quien de forma cínica insiste en afirmar que no dio un golpe y que solo leyó ‘un discurso’, pese a que millones de personas lo vimos en vivo y en directo, y por lo que con justicia está preso.
Como sus seguidores más desvergonzados, el chotano también repite que fue ‘la ultraderecha’ que le dio un golpe y que él es un ‘secuestrado’. Lo extraordinario es que aún hay gente, aunque cada vez menos, que le cree y que lo consideran un campesino ‘pobrecito’. Lo cierto es que desde el inicio se rodeó de los rateros más angurrientos y de senderistas a los que hizo entrar a Palacio de Gobierno.
DINA, LA SUCESORA. El gobierno de Dina Boluarte es la continuación de Castillo. En realidad asistimos a un desastre de gobierno, pues ella misma es otra incapaz que se ha rodeado, en la mayoría de los casos, de malos ministros que no hacen su trabajo y se dedican a defenderla de las acusaciones en su contra para mantenerse en sus cargos.
Pudo pasar a la historia como una buena presidenta que se dedicó a resolver los problemas más graves del país, como la delincuencia asesina, pero en cambio será recordada por sus mentiras, sus frivolidades, sus cirugías estéticas y los Rolex.
DELINCUENCIA ASESINA. De manera peligrosa se está normalizando que las sanguinarias bandas de extorsionadores detonen bombas en barberías, bodegas o cebicherías, y que acribillen e incendien buses con pasajeros. Y esos bárbaros actos criminales de ninguna manera se pueden normalizar. El Gobierno sigue declarando más distritos en estado de emergencia, pero eso a los delincuentes no les importa porque siguen asesinando.
Por qué se destinan miles de millones de soles en una empresa como Petroperú que solo da pérdidas, pero no se da un mayor presupuesto a la Policía, que enfrenta con muy pocos recursos a miles de organizaciones criminales que están poniendo al Perú contra las cuerdas.
LA ECONOMÍA AGUANTA. La estabilidad macroeconómica de nuestro país en las últimas dos décadas nos ha permitido soportar verdaderos terremotos como la pandemia del coronavirus y el gobierno de Pedro Castillo. Pero la pobreza creció y la única forma de acabar con ella es creando riqueza. Así que necesitamos que el próximo gobierno atraiga las inversiones para que se creen más puestos de trabajo formal.
Basta de votar por loquitos odiadores e ignorantes que prometen convertir a los peruanos en ricos de la noche a la mañana y que insisten con ideas descabelladas como apropiarse de las empresas. Esos discursos solo espantan las inversiones, dejan a la gente sin trabajo y aumentan la pobreza.
LOS PERUANOS SALEN ADELANTE. Pese a las autoridades incapaces, a la altísima corrupción, al aumento de la delincuencia, este columnista no tiene dudas de que el país volverá a crecer y recuperaremos la paz. Siempre pongo como ejemplo los años más oscuros y sangrientos de Sendero Luminoso, cuando llegamos a temer incluso que el genocida Abimael Guzmán y sus huestes del mal podrían llegar a tomar el poder.
En esos días los ‘coches-bomba’, las torres de alta tensión dinamitadas, los asesinatos selectivos y muchas otras atrocidades eran pan de cada día. No podíamos ir ni al cine porque podían hacer volar la sala con todos adentro. El atentado en la calle Tarata, en Miraflores, dejó más de veinte muertos y decenas de heridos.
El país supo derrotar al terrorismo y lo mismo haremos hoy con los delincuentes, la corrupción y la pobreza. No podemos perder las esperanzas. Apago el televisor.
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