Este Búho abre sus ojazos para ver en vivo lo que sucede en Bolivia, tras el intento de golpe protagonizado por un grupo de militares que tomó por asalto la sede del gobierno, luego de forzar las puertas con un carro blindado. De inmediato el presidente Luis Arce, cercano a Evo Morales, denunció unas ‘movilizaciones irregulares’ de algunas unidades.
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El general rebelde fue detenido horas más tarde y acusó a Arce de ‘montar’ la intentona para levantar su popularidad. La verdad es que este tipo de ‘golpes’ son del siglo pasado. Tengo que ingresar al túnel del tiempo. Recuerdo muy lejanamente que en octubre de 1968 estaba niño y mi tío Kike me fue a recoger demasiado temprano al colegio.
El cura se sorprendió, pero mi tío le dijo al padre Rafael: ‘El general Velasco le dio un golpe al presidente, han sacado los tanques’. Recuerdo que comenté una inocentada: ‘¿Tío, dónde le dio el golpe, en la cara o en la barriga?’. Nadie eligió a Juan Velasco Alvarado, una junta de generales del Ejército decidió echar al presidente democrático Fernando Belaunde de madrugada. Lo sacaron en pijama a la puerta de Palacio y lo deportaron a Argentina. Fueron doce años de gobierno militar estatizante que alejó al país de los más importantes centros financieros internacionales. Fue un gran retroceso para el Perú. Poco a poco la economía se hundió.
El parque automotor solo ofrecía autos obsoletos, pero lo peor es que escaseaba la gasolina y había que sacar calcomanías de colores para circular solo algunos días a la semana, el tristemente famoso ‘pico y placa’. La escasez era terrible. No había leche, arroz, azúcar, carne. Recuerdo que mi viejita me levantaba a las cuatro de la madrugada para que vaya a guardarle la cola en el mercado. El Perú se atrasó muchos años con los militares en el poder, quienes expropiaron los medios de comunicación -una de las peores medidas de todas- y así las monumentales corrupciones de los jerarcas del régimen eran silenciadas. Como ahora sucede en Venezuela.
Todo dictador ataca a la prensa. Con diferentes excusas. Son solo pretextos. Los ‘gorilas’ son intolerantes a las críticas. Pero el pueblo abre los ojos. Sendos paros nacionales y huelgas en todo el país obligaron al general Francisco Morales Bermúdez a convocar a una Asamblea Constituyente en 1978 y en 1980 se realizaron elecciones democráticas.
Recuerdo emocionado que fue mi primera votación. Para desgracia del país apareció el terrorismo de Sendero Luminoso. Una noche antes de las elecciones del 14 de abril de ese año, en un pueblito ayacuchano llamado Chuschi, columnas terroristas llegaron al colegio donde estaban las ánforas, cédulas y padrones electorales, y los quemaron en la plaza del pueblo. ¡¡No a la farsa electoral!! Así Sendero le declaraba una guerra al Estado que acabó con más de 50 mil muertos y la destrucción incalculable de torres de alta tensión, que colocó al país en el colapso, al punto de que ningún empresario extranjero se atrevía a invertir.
En 1985 me tocó cubrir las elecciones donde un joven Alan García ganó la presidencia con una votación espectacular y con su verbo florido que prometió un ‘futuro diferente’. Pero su gobierno se desbordó con sonados casos de corrupción, hiperinflación, masacres en los penales. Fue una completa decepción. Pero como señalaba Luis Alberto Sánchez, ‘somos un país con destino circular’.
En el 2006 el pueblo volvió a confiar en él y se ciñó nuevamente la banda presidencial. Pasan los años y los servicios de agua y desagüe son los excluyentes de la región y hay millones de peruanos a quienes les falta este vital servicio. Durante el gobierno de Pedro Castillo, muchos pedían que los militares lo derroquen, pero el ignorante profesor se disparó a los pies y su intento de golpe terminó con su desastroso gobierno. Esta vez sí los militares se pusieron en el lado correcto de la historia. Apago el televisor.
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