
Este Búho sufre de insomnio y se desconecta de la realidad en las madrugadas. Una de mis grandes pasiones es el cine y a veces, haciendo zapping, me encuentro con ‘joyitas’ que vale la pena volver a ver. Nunca olvidaré la primera vez que vi esa notable película de los famosos hermanos Coen, ‘Fargo’, de 1996. Una cinta de bajo presupuesto, que ganó dos premios Óscar (mejor guion original y mejor actriz).
Marge Gunderson, interpretada por una extraordinaria Frances McDormand, es una oficial y jefa de policía de Brainerd, un pueblecito de Minnesota donde el diablo perdió el poncho y la nieve lo cubre todo. No hay voluptuosidad ni opulencia en el pueblo. Ella es una agente honesta, valiente y buena, que está embarazada de siete meses de su fiel y comprensivo esposo Norm (John Carroll Lynch), con quien lleva una vida apacible, amorosa, simple, que es como se debe vivir.
Pero la llaman por teléfono para resolver los crímenes perpetrados por dos psicópatas, que de los malos son los peores: Carl Showalter (genial Steve Buscemi) y Gaear Grimsrud (Peter Stormare), quienes viven en Fargo, Dakota del Norte, y que fueron contratados por el administrador de un concesionario de autos vil, sombrío y ambicioso, Jerry Lundegaard (brillante William H. Macy), para que secuestren a su esposa Jean (Kristin Rudrüd) y pedirle así un jugoso rescate a su millonario suegro y también jefe, Wade Gustafson (Harve Presnell).
Pero los criminales tenían otros planes, la situación se sale de control y en el tranquilo pueblito se origina una carnicería. Bueno, no cuento más. Si no la han visto, búsquenla. Tanto éxito obtuvo el largometraje, que a Ethan y Joel Coen les propusieron en el año 2013 ser productores ejecutivos de una serie de televisión llamada también ‘Fargo’.
Se emitió en el 2014, ganó premios Emmy y Globos de Oro en varias categorías. Todos se enamoraron de la visión de esa parte de Estados Unidos, de pueblos donde abundan el frío y la nieve en cantidades industriales. Donde los habitantes no pasan de medio millar.
La mujer policía embarazada, que tiene un hogar ideal, se esfuerza por aclarar los asesinatos que estremecen al pueblo, pero más a ella, que pasa las tardes con su esposo y su hija viendo un programa concurso soso.
Ella es sagaz. Tiene raza de detective. En ese pueblo no había ni choques. Pero ante los crímenes que desata un asesino terrible, Lorne Malvo —un malvado Billy Bob Thornton—, todo cambia. Al despiadado asesino le gusta el lugar frío, inhóspito.
El sheriff, en el cargo solo porque era el único que había estudiado en la universidad, vomitaba cada vez que veía un nuevo cadáver y le dio toda la responsabilidad a la oficial que tiene ocho meses de embarazo, la entrañable Molly Solverson (Allison Tolman).
La primera temporada trata sobre un oscuro vendedor de seguros, Lester Nygaard (Martin Freeman), que, en una noche de tragos, le cuenta a Malvo que odia a un antiguo compañero de aula, Sam Hess, porque le hacía bullying. Al día siguiente, ese tipo aparece muerto en un prostíbulo, con la cara ensangrentada.
El vendedor de seguros se hace el loco, pero ya no puede quitarse de la cabeza que hay un asesino en el pueblo. Su esposa Pearl (Kelly Holden) lo desprecia por todo, lo insulta y él la mata a martillazos en un arranque de locura.
Luego, pide ayuda al asesino para desaparecer el cadáver. Así transcurre la serie. Habita un monstruo en ese pueblo, en medio de gente honrada. Se pensó que una primera temporada era suficiente, pero la segunda es aún más alucinante. Y hasta hubo una tercera, cuarta y quinta. Apago el televisor.
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