
Este Búho se sacude un poquito de los temas espinosos del día a día. Ya los más pequeños de casa salen de vacaciones y las familias van armando planes para divertirse por Fiestas Patrias y aprovechar al máximo. No soy ajeno, tengo dos ‘cachorros’ que están en la flor de su niñez y tienen una batería que no se les acaba nunca. A veces quisiera seguirles el ritmo, pero cuesta. La resaca de los años trajinados pesa en este periodista.
Sin duda, nuestra primera parada será la Feria Internacional del Libro de Lima, un evento al que asisto cada año. Esta vez, será escoltado por mis retoños. Además de visitar los stands de literatura inglesa, francesa y rusa, recorreré las librerías para niños. El año pasado encontré una hermosa edición de ‘El Principito’, con ilustraciones del artista Marcelo Wong. Una obra de arte en papel cuché y tapa dura. Además, me hice con unos cuantos libros animados de dinosaurios.
Pero la Feria no solo es literatura, también son talleres y manualidades, espectáculos de música e interesantes conversatorios. En los primeros días estuvo el inmenso Javier Cercas, el siempre pícaro Jaime Bayly y el ídolo de los jovencitos: Blue Jeans.
Estos días también serán motivo para salir de la caótica Lima. Una de nuestras paradas favoritas es Calango, la tierra de los camarones. Está a una hora al sur de Lima. Lo maravilloso de Calango, además de su aire puro y su tranquilidad, es su gastronomía. Ahí pude probar una de las mejores torrejas de camarones de mi vida, con arrocito blanco, yucas fritas y salsa criolla. Acompañado de tártara y chicha morada fresquita. Ni qué decir de su chupe y de sus chicharrones crujientes.
Siempre es bueno desintoxicarse de la capital porque a uno lo puede terminar devorando. También es buena opción las Lomas de Lúcumo en Pachacámac: donde los cerros, debido al invierno, se han llenado de vegetación y es una maravilla realizar trekking por ahí.
Está apenas saliendo de Lima. Y si no hay presupuesto, pues los planes en casa también son divertidos. Ahora con Internet uno tiene las puertas abiertas al mundo y puede encontrar series completas como ‘Los años maravillosos’, una joyita de antaño que a pesar del tiempo sigue siendo conmovedora y nostálgica.
Una verdadera producción familiar en la que un inocente Kevin Arnold va descubriendo el mundo con errores y aciertos. Quienes crecimos con esta serie nos hemos identificado con el personaje principal, pues es un muchacho lleno de preguntas, de ímpetu, pero también con las revoluciones al máximo y con la curiosidad a tope.
Este columnista antes armaba su agenda con epicentro en el Centro de Lima. En el Queirolo o en el bar Don Lucho, con los ‘viejos zorros’ del periodismo. Pero son páginas de un libro que voy pasando. Ahora, en mis feriados, prefiero la tranquilidad de un día en el campo, una buena lectura o película, visitar huariques que me recomiendan los amigos o asistir a eventos musicales. Apago el televisor.
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