
Este Búho visitó la Feria Internacional del Libro de Lima, que hoy cierra sus puertas hasta el próximo año. Para mí, es un espacio cultural que le da un respiro a la ciudad, entre tanto pesimismo y desgano por la situación que vivimos. Se trata de un evento de dos semanas en el que niños, jovencitos y adultos se encuentran alrededor de la literatura y otras expresiones artísticas.
Asistí el último lunes y vi con emoción cómo decenas de niños se perdían entre torres de libros mientras, claro, buscaban a sus escritores favoritos, que ahora son youtubers como Chuy Mine o Iker Unzu. Uno como padre no puede imponerles los libros a los chicos, sino dejar que vayan descubriendo el placer de la lectura por cuenta propia, de acuerdo con sus curiosidades.
Mientras tengan un libro entre las manos y no un celular todo estará bien. Fue conmovedor también observar el homenaje que se le rindió a nuestro más grande escritor, Mario Vargas Llosa, quien falleció este año. Cada rincón de la feria tenía retazos de sus libros, sus textos, sus fotos. Ingresé a la exposición ‘El método Vargas Llosa’, en que el espectador se sumerge en una experiencia audiovisual sobre el riguroso y aplicado oficio de escribir de nuestro Nobel.
Uno halla información valiosa y novedosa: como el modelo de su primera máquina Remington, entrevistas escondidas, réplicas de sus manuscritos, las correcciones que les hacía a sus textos y una galería con las portadas de las producciones que se hicieron con sus novelas.
Durante estos días también hubo presentaciones multitudinarias, como la del libro del escritor peruano Jeremías Gamboa, ‘El principio del mundo’, o la del periodista Jaime Bayly. Pero también la del español Blue Jeans, que abarrotó la feria de muchachitos, y la de su compatriota Javier Cercas. En esta edición, se le rindió un sentido homenaje en vida al poeta centenario Leoncio Bueno, un justo reconocimiento a su trayectoria y su lucha poética.
Yo fui por un libro en especial, el que acaba de publicar mi gran amigo Cachuca, con quien más de una vez me perdí por esas angostas calles del Centro de Lima. Se trata de un libro biográfico en el que narra minuciosamente la formación de su emblemático grupo de rock Los Mojarras.
Punto aparte merecen las actividades infantiles, como los cuentacuentos, los conciertos y el surtido bulevar gastronómico, que sirven para darse un respiro entre la caminata. Volviendo a la feria, cada año los reportes indican que este evento convoca más visitantes, una estadística alentadora, pues contrario a lo que se cree, el peruano cada vez tiene más ánimos de coger un libro y sumergirse en la maravillosa aventura de navegar por un nuevo mundo, en donde las reglas las pone uno mismo.
Los jóvenes lectores también crecen, con sus tendencias y gustos propios. Así, van tomando la posta. Hoy, que es el último día, se espera que las editoriales ofrezcan grandes ofertas y rematen algunos buenos títulos. Es una gran oportunidad para darse una vuelta. Apago el televisor.
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