Este Búho recuerda que allá por el 2016 una noticia remeció los cimientos de ‘Chollywood’. A través de su cuenta de Facebook, Susy Díaz anunciaba que colgaba las tangas, plumas y lentejuelas. Muchos sostenían que su estrella ya se había apagado. Pero pudo reinventarse y moverse como una ávida orca en las redes sociales, convirtiéndose en influencer, buscada y asediada por grandes marcas y para hacer TikTok con Mark Vito o el rapero Chris Milligan, quien la jaló a su jocoso videoclip ‘Todo por un like’.
Díaz cumplió 60 años hace poco viajando sola a Miami. “A mis 60 años no pienso enamorarme de nadie. No, ya tuve cada ‘sonsera’ al lado y es tiempo de que nadie me moleste. El chakra de la abundancia está en el sexo y a todos les iba bien, menos a mí. Ahora quiero mi abundancia solo para mí”, precisó.
Este 2023 llegó a su vida con un logro que no imaginaba cuando anunció su retiro, su película ‘Susy, una vedette en el Congreso’, que sorprendentemente conquistó en su primer fin de semana a más de 100 mil espectadores, pese a competir con un estreno de Hollywood: ‘Five nights at Freddy’s’.
Francamente ella tiene razones para creer que está bendecida por el cariño del público. Tiene un imán demostrado en 40 años de carrera. Creo que hay más Susies que dedos en la mano. Un personaje creado por ella misma, porque desde el primer día que Polo Campos quiso moldearla lo mandó al diablo.
A cocachones escaló en el mundillo de ‘Chollywood’ para convertirse en un tótem, para bien o para mal.
El Búho ingresa al túnel del tiempo
No puedo evitar ingresar al túnel del tiempo. Cuando era un periodista jovencito, la fui a entrevistar para una revista que ahora yace en el cementerio de papel. En ese tiempo, en los 80, ella era una real belleza, sin cirugías, y andaba del brazo del inmenso Polo Campos. Había sido elegida ‘Miss Tanga’ y trabajaba como recepcionista de Panamericana, en los mejores tiempos de ‘Papaúpa’ Genaro Delgado Parker.
Todos la enamoraban en el canal. Artistas, periodistas, gerentes, pero el floro de un viejo espadachín en cuestiones del amor como Polo la cautivó. Cuando la entrevisté ya estaba separada del maestro criollo. Era una veinteañera espectacular y me sorprendió su desenfado cuando me dijo: ‘Te voy a decir con quién perdí la virginidad’. Y me dio el nombre de un conocido locutor radial.
Susy me resultó muy graciosa porque se inventaba una vida de ficción, que había estudiado en un colegio exclusivo de Ica y que soñaba con ser monja. Pensaba que me estaba ‘relojeando’, pero yo me reía por dentro. Sabía muy bien que había sido una palomilla alumna del Colegio Nacional Mercedes Indacochea, de Barranco.
Recuerdo que algunos años después, en 1991 o 92, una actriz cómica más madura me recibió en su departamentito de Miraflores. Estaba dando la hora conduciendo un pionero programa de cumbia en el canal del Estado. Todavía no se había hecho esas extrañas operaciones en la cara. Estaba, creo, en su esplendor. Esa mañana le dijo a mi fotógrafa que primero haga las fotos para conversar tranquilos.
‘Para que el redactor pueda explayarse en la entrevista’. Mi compañera se fue y Susy se quedó con un explosivo baby doll rojo de infarto. No les miento, en las dos horas que pasé en el reducido ‘depa’ miraflorino de Susy, recibió llamadas de la compañía de teléfonos, de seguros, Sedapal, y a todos les decía lo mismo: ‘Amiguito, pasa por mi casa mañana, gracias. No me pongas mora…’.
Recuerdo que fue portada de la revista y el título era ‘Susy... de las mil camas’. Era una estrella del café teatro con obras tan ‘profundas’ como ‘Caperucita Rota’ o ‘Susy y el ángel calibrador’. Todavía no era congresista. Una vez la encontré en ‘La Máquina del Sabor’ de la avenida Venezuela. Me quedé helado, con nada menos que un famoso empresario millonario taurino, congresista y dueño de un camal.
Un hombre muy viejo para ella. Pero esa noche la bailarina se emborrachó. De una mesa la estaban fastidiando y ella, que estaba con una minifalda de infarto, les hizo la bronca. Yo tengo ese recuerdo porque estaba con mi amiga, la recordada ‘Guardia Serafina’, Roxana Ávalos, y su pareja, un tío periodista maduro con el que jugaba ajedrez en el diario ‘El Peruano’.
Un periodista talentoso y a la vez juerguero, con el que Roxana bailaba tango en el Sheraton. Una de sus frases preferidas es ‘Vive la vida y no dejes que la vida te viva’. Susy ingresó al Congreso enseñando el ‘totó’ al mismo estilo de la italiana ‘Cicciolina’ que enseñaba los senos.
Lamentablemente en el Congreso se hizo tristemente célebre porque en la votación trascendental para impedir la re-reelección de Fujimori, se fue extrañamente a Arica de turismo con pasajes regalados por el ‘Doc’ Vladimiro Montesinos. Por ello la enjuiciaron y condenaron. Por eso pagó 200 mil soles de reparación civil con el dolor de su corazón.
Dio el ejemplo a muchos políticos sinvergüenzas, corruptos y millonarios que se niegan a pagar durante años un solo centavo de reparación civil. Desde entonces ha corrido mucha agua bajo el puente. A sus 60 años vive como ‘El señor Barriga’, de sus rentas de alquiler y atenta a los llamados de todos los que quieren que los toque para que les contagie ese apreciado don de ser un personaje querido por el público. Apago el televisor.
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